lunes, 12 de diciembre de 2022

124. SI ME DICES TE QUIERO

 ¡Qué no haría yo, si me dices te quiero!

Subir montañas a la pata coja,
saltar como un canguro en el metro,
ir en bici de mi casa a la tuya,
robarle un beso a un Guardia Civil,
escribirte doscientos poemas,
dejarme crecer el flequillo,
hacer deporte todas las tardes,
jugar a caballito con mis sobrinas,
rezarle a la luna de Valencia,
ponerte cuatro velas en el altar,
acariciarte como solamente saben los poetas,
recorrer toda tu piel con la punta del dedo,
besarte con ojos cerrados y alma abierta,
recolectar la primera nieve del invierno,
enviarte el mejor queso de oveja,
soñarte en la madrugada del desierto,
escuchar la música de las esferas nocturnas,
ponerle tu nombre a una estrella,
total, hay tantas, ¿quién iba a saberlo?
convertirme en payaso del circo,
para hacerte sonreír de diciembre a enero,
y luego hacerte compañía el resto del año,
acariciar a cada gatito callejero,
mientras colaboro con una protectora,
recitarte al oído poemas de amor,
escribirte canciones que cantará otro,
buscar en el baúl de los recuerdos,
tu sueño favorito, este tan perfecto,
¡gritarle tu nombre a la luna llena!,
encontrar entre tus sueños EL SUEÑO,
acompañarte en las noches de insomnio,
y prometerte sin mentir amor eterno...

Y mientras tanto, tú, en tu atalaya,
me miras como una reina a su siervo,
y yo... yo... noto que me muero por dentro,
ya que nunca escuché te tus labios
un simple te quiero...

140. UN REGRESO INESPERADO

Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...