jueves, 25 de abril de 2019

107. ÍNTIMA TENTACIÓN


La tentación existe al otro lado de la pantalla,
esos ojos miopes que me miran en la distancia,
el sonido de tu voz adormilada en el teléfono,
el tacto imaginado de tus manos sobre mi piel.

A veces merece la pena luchar contra molinos
si van a acercarme la presencia de mi amada,
pequeños trucos de truhán algo loco,
llevado por la tentación y mil ideas desatadas.

No sé qué me cuesta más, si amarte y olvidarte,
o soñarte cada noche hasta la madrugada,
entre mis sábanas y mantas me acompañas,
cuando por fin escapan de la cárcel mis pensamientos.

Es el ansia por besar tus cárdenos labios,
de abrazarte hasta que se pasen mil miedos,
y notar tu cuerpo bajo mis labios, la caricia,
casi con miedo, de tus dedos sobre mi piel.

En sueños, nos hemos amado mil y una veces,
y con la mañana, he sido arrancado de tu lado,
me he despertado con la respiración acelerada,
con la huella de tu cuerpo sobre mi piel.

Tentación, la fruta prohibida siempre es mejor,
más jugosa, con mil virtudes escondidas,
los amores imposibles son más interesantes,
y en la madrugada se realizan todos los anhelos...

Y yo, mortal dispuesto a caer en tus brazos,
a dejarme llevar por la felicidad y el miedo,
con el corazón en vilo, el amor por bandera,
y el sabor de tus labios murmurando una promesa...

miércoles, 24 de abril de 2019

106. SUEÑOS DE MADRUGADA

Vivo esperando que llegue la madrugada,
porque solo entonces soy libre de soñar
con perderme entre tus brazos, en tu mirada,
recorrer tu cuerpo con los labios, los dedos,
y piel contra piel, descubrir otros mundos,
en los que todo es posible, incluso amarte.

Durmiendo, compartimos la vida, la muerte,
quien sabe si otras realidades distintas,
mi alma se une a la tuya, en cruel torbellino,
me pierdo en tu mirada, me refugio en tus labios,
juego con tu melena, acaricio tus mejillas,
y trazo arabescos en la piel de tu espalda.

Sueños, pequeñas parcelas de realidad,
retazos de amores, pequeñas leyendas
que te cuento al oído al anochecer,
para que te hagan compañía, y luchen,
contra los dragones que te atormentan,
San Jorge enamorado de la dragona.

Tan lejos, y sin embargo, tan cerca,
cuando todo es posible de madrugada
unidos por el misterioso tejido etéreo
que ampara a los amantes, les consuela,
mezcla de amor, amistad, deseo y lujuria,
pero deseando fundirnos en ese único beso.

Sueños, que se esfuman con el cruel despertar,
abriendo los ojos a la realidad cotidiana,
cuando segundos antes notaba tu cuerpo
pegado al mío, bajo las mantas, y tu cabeza
reposaba sobre la almohada, tus labios se abrían...
Y nos fundíamos en ese beso, tan anhelado...

105. ENTRE SUSURROS

A pesar de mil y un silencios,
de las charlas que no tuvimos,
de los abrazos sin robar al viento,
continúa el pequeño gran juego,
done todo es posible entre nosotros,
incluso la esperanza de un hoy,
de un presente incompleto,
en el que estamos juntos.

Y voy lanzando mis besos al aire,
mensajeros de mañanas dispersos,
pequeños testigos de amores
donde ya no se distingue
quién ama y quién es amado,
porque tampoco está nada claro
el límite de almas y cuerpos,
ni dónde empiezan tus labios.

Sueños, lo único que tenemos,
lo que nos separa y nos une,
los presentes poco satisfechos,
los mañanas inexistentes,
cuando no existe el tiempo,
únicamente la distancia,
dos ciudades, dos silencios,
y el dolor de las ausencias.

Seguimos navegando entre susurros,
cuando las palabras ya no sirven,
las esperanzas se quedan cortas,
las caricias se resisten a nacer,
los labios no acarician tu piel,
los abrazos naufragan solitarios,
y mi alma clama en el desierto,
por estar tan lejos de tu mirada...

jueves, 18 de abril de 2019

104. MANOS


Manos que acarician
la curva de tus senos;
Manos que rebuscan
las migas del deseo.

Manos que sueñan
con mañanas tan diversos;
Manos que exploran
de tu cuerpo universos.

Manos que se engarfian
en los nudos de tus cabellos;
Manos que transmiten
mil y un sentimientos.

Manos que te besan,
dotadas de cien labios;
Manos que te sueñan
a pesar de tus silencios.

Manos como huérfanas
de tus abrazos y besos;
Manos que te escriben
cien poemas y versos.

Manos que lanzan al viento
coronas de flores y anhelos;
Manos que te persiguen
a través de los tiempos.

Manos que te amparan
cuando llegan los lamentos;
Manos que te cobijan
de todos los miedos.

Manos que te cuentan
historias en silencio;
Manos que te amparan
en pesadillas a cientos.

Manos que te aman
en cualquier momento;
Manos que te desean
desde el silencio…

Manos…

103. BESOS AL VIENTO



Como las lágrimas desprendidas de tus ojos
mis manos vuelan a tu encuentro, ingrávidas,
atravesando el espacio y el tiempo,
para aportarte el magro consuelo
de los viejos amantes despechados.

Hace ya varios años que empezó el sueño,
primero un juego, luego un lamento,
ahora quién sabe qué extraño movimiento
nos hizo encontrarnos al otro lado
de la pantalla, del mundo, de la realidad,
bastaron unas cuantas conversaciones,
por la tarde, por teléfono, unos atardeceres,
nuestras vidas se fueron ligando,
como en un trasnochado cuento de hadas…

Desaparecieron las palabras,
llegaron los silencios, pero seguimos adelante,
como burros con anteojeras, como esclavos
de la nada y del viento, y ahora,
nada existe más allá de tus lágrimas,
de tu voz en el teléfono, de mis versos,
de tantos recuerdos reales o imaginados,
de los libros que compartimos a distancia,
de las películas que nos enseñaron
que todo era posible, para los amantes.

Y te sigo lanzando besos al viento,
envueltos en versos, entre mil silencios,
y te sorprendo con pequeños regalos,
siempre pendiente, siempre presente,
siempre a tu lado en la cruel distancia,
envolviéndote en un protector capullo
como la ninfa o crisálida que nacerá
a su debido momento, entre mis brazos,
cuando de tus labios recolecte el primer beso.



sábado, 6 de abril de 2019

102. TE HE BUSCADO

Llovía esta tarde en Madrid,
y las lágrimas del cielo disimulaban
las que corrían por mis mejillas,
el calor llamando al frío interno,
la soledad amarga me perseguía.

Buscando tu reflejo en los charcos,
no alzaba la mirada, y la capucha,
negra, todo lo limitaba.

La realidad, sin ti, carecía de sentido.
Pero yo te seguía buscando.

En el agua sucia de los charcos,
con los restos de gasóleo
formando precarios arcoíris.

La sonrisa de una desconocida
tras el ventanal de un bar
me hablaba de tu ausencia.

El doble silencio de las calles,
con el oído desconectado tras volar
hacia otras realidades, mas no hacia ti,
me aislaba aún más que de costumbre.

Esas tontas ganas de cantar bajo la lluvia,
para que lo haga con más fuerza,
el repicar del granizo sobre el impermeable,
los pies de la gente al correr
buscando un refugio inexistente...

Y yo, a cada paso, más lejos de ti,
más perdido, más solo, más triste,
deseando con más ganas ese abrazo,
esos besos, tus caricias y tus manos,
pequeños milagros de la vida en común
que nos han sido negados por el tiempo,
por la distancia, por tus miedos...

Te he llamado entre océanos de tiempo,
te he buscado, incansable, para encontrarte,
refugiada en las líneas de un poema...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...