martes, 21 de agosto de 2012

LA MAGIA DEL PRIMER BESO...


Pocos recuerdos hay más dulces...
que el primer beso... Entre el éxtasis y el miedo,
 te mueves, lentamente, hacia el otro...

Labios que se abren suavemente, anhelantes...
Fugaz atisbo de lengua rosada, entre los dientes...

El mundo entero se detiene, y mira,
expectante...Su cara desaparece, es toda ojos,
nariz, y dientes...

Pero los ojos se cierran, enamorados,
y solo queda ella… Su naricita pecosa,
 y su piel, tan blanca...y sus labios sabor fresa...

Electricidad que recorre tu piel...al besarla...
Al sobrarte las manos, la acaricias,
suavemente, en las mejillas...

Y cuando os separáis, notas que te falta
un pedacito del alma... Todavía la recuerdo,
 y hace treinta años, algo menos, que no la veo...

Es la magia del primer beso, que no olvidas,
aunque fuera todo un juego... 

LA VIGILIA DEL FUEGO



Los oyes respirar... duermen... tranquilos...
como solo los niños pueden hacerlo...
y tú, en silencio, vigilas sus sueños...
Iluminadas por la mortecina hoguera,
sus caras y cuerpos se confunden,
en el corazón de la eterna noche...

Niños... eso es todo... tantas vidas...
tantos sueños, decepciones, miedos,
y la certeza de que todo saldrá bien...
Paseo la mirada por sus cuerpos,
sus caras, buscándola... a ella...
a mi pequeña princesa de hielo...

Apoyado contra la pared de la ermita,
noto en los ojos la llamada del sueño,
mas prefiero seguir mirándola... callado...
Está tan cerca de mí, que acaricio su mejilla,
y ella, mi dulce Amalia, sonríe... yo me inclino...
y la beso, suavemente, un leve roce...

Beso robado a la luz de la chimenea,
en la vieja ermita... aquél campamento,
mágico, en Bárcena Mayor, mil recuerdos...
Finales, comienzos, realidades y sueños...
Momentos y personas que cambian tu vida...
en torno a una vigilia al amor del fuego...

Viejos escenarios de la infancia, que te marcan,
como un hierro al fuego, personas que olvidas,
pero nunca los sentimientos.. y los sueños...
Y quiero soñar de nuevo, con princesas malas,
y dragones buenos... caballeros cobardes...
y mundos de tinta... donde todo es posible...

CASI CIENTO TREINTA HISTORIAS...


La primera letra es siempre la más difícil,  
pues de ella, en ocasiones, depende todo...
Demasiada responsabilidad para un solo dedo...
y, sin embargo, aparecen lentamente...

Casi ciento treinta poemas, de odio, de amor,
y sobre todo, de añoranzas, de sueños...
inconclusos casi todas las veces...
pero así los imaginé yo...

Silencio, es la musa quien trabaja...
quien trasmite a mis dedos cada letra,
y va elaborando un texto, sin pensar...
pues el sentimiento no conoce límite...

Imágenes y sonidos van pasando por mi mente...
y se convierten en sencillos versos...
que transmiten sentimientos...
y tal vez, pequeños trocitos del alma...

La escritura, como herramienta de seducción,
pues de todas formas, te lo aseguro,
sin mi esquiva musa, nada existiría...
quizás, ni siquiera tú... o yo...

Y surge un nuevo verso, una idea...
quizás esta vez triunfe el amor...
tal vez el eco de mis palabras
alcance las puertas de tu corazón...

Ya nada me queda por hacer,
salvo darte las gracias, como siempre,
por seguir allí, leyendo, pensando,
y soñando... con los ojos abiertos... 

YO NO TENGO UN CORAZÓN...


Si la voz no dice las palabras
que se agolpan en el corazón...

Si el corazón se vuelve cobarde,
y no se atreve a sentir pasión...

Si la pasión se convierte en rutina,
que ni a los cuerpos satisface...

Si los cuerpos engañan las almas,
con cantos de sirenas distantes...

Si las sirenas se convierten
en llantos de corazones heridos...

¿No se demuestra, de esta manera,
que la culpa de todo la tiene él?

Arráncate pues el corazón, amigo,
no dejes que ese perro traidor,
ese impresentable farsante,
te haga sufrir... otra vez...

Que de todas formas, sin él,
se vive bastante bien...

Vuestro amigo y vecino,
el hombre de hojalata...

MODO AUTOMÁTICO...


Respirar... y sonreír... es sencillo... 
como un muñeco, un autómata...
día a día... saludar... respirar...
los mismos gestos, la misma gente...
mas, en el fondo, todos distintos...

Lo único que se mantiene, y crece,
es el nivel de frustración...
que ni siquiera te sorprende,
cuando miran a través de ti...
Has pasado a la otra dimensión...

Tu cuerpo late, respira, fluye,
tu mente es libre, se desplaza,
de la nada al todo y al revés,
existes en función de los demás,
y si no, bueno, desapareces...

Y pasan las horas, y la vida...
y sigues viviendo desde fuera,
que no vale la pena pensar...
mientras en mi mente, viajo,
y exploro los mundos de tinta...

TENDRÁS UNA JAQUECA, HIJO MÍO...


Cuando el mundo se nuble y oscurezca
con hermosas vetas de colores brillantes,
y se ponga a dar vueltas y más vueltas...

Cuando el cascabel del gato resuene,
en tu mente, como la mayor campana,
y sus soplidos se vuelvan vendavales...

Cuando incluso te duelan las caricias,
y te molesten los besos, por moverte,
y solo desees desconectar del mundo...

Cuando tu cuello sea un rígido poste,
sobre el que descansen tus torpes ideas,
y ni puedas soportar el olor de la comida...

Cuando se te salga el cerebro por los ojos,
te hiervan las orejas y te duela el alma entera
si tienes que estornudar, por la alergia...

Cuando todas estas cosas te pasen a la vez,
y nadie lo vea, lo valore, se de cuenta ni importe...
y te digan: "No te quejes, no es para tanto..."

Cuando sin beber tengas lengua de trapo,
y un fuerte dolor, entonces, y solo entonces...
Tendrás una jaqueca, hijo mío...

"Por eso vete olvida mi nombre mi cara, mi casa,
y pega la vuelta, "pero hazlo de puntillas, sin ruido,
que hoy me está matando la muy zorra...

LA ENFERMEDAD DEL OLVIDO...


Un día más, antes del amanecer, se levanta... 
el sol se remueve en la cuna, perezoso, se estira,
y la mira con sus ojos de cielo, entre dos mundos...
mientras ella, una  mujer, se pone en marcha...

El astro rey la conoce desde hace mucho tiempo,
a los 17 años ya vivió por primera vez la plaga,
la enfermedad del olvido, de la pérdida absoluta...
y ahora, vuelve a empezar el mortífero ciclo...

Si duro es cuidar de un ser querido, mucho más,
cuando el cuerpo permanece, y quien se esfuma,
es la mente... Una vida entera que desaparece,
mientras otra, por desgracia, lo recuerda todo...

Recordar, a quien no sabe ni quién es, una vida...
mantener viva la ilusión, y dedicarle todo tu amor,
hacia una persona que desconoce tu identidad...
a quien llamas "abuela"... y luego, "mamá"...

Y día tras día, ella, una débil mujer, se convierte...
en el último baluarte de la memoria, de una vida,
en paladín de mil combates contra el tiempo...
y lo único que pide... es una débil sonrisa...

A veces me pregunto por qué un dios esquivo
permite tanto sufrimiento, tanta tristeza...
por qué nos priva del recuerdo de nuestra alma,
por qué nos mata, y nos tortura, de esa manera...

Mi amiga, por segunda vez en su vida,
tiene que luchar contra la enfermedad del olvido,
y aunque a veces le faltan las fuerzas del alma...
saca fuerzas del pozo de los recuerdos, y respira...

Y ella resurge, cada mañana, con la caricia del sol,
y comienza, de nuevo, la lucha, siempre más ardua,
cada día que pasa, su armadura de recuerdos...
y la espada, bien alta, del amor, la fe, y la esperanza...

No te rindas, amiga...

DESPEDIDAS...


Con el sol quemando mis pupilas, te intuyo,
en el limbo, en algún lugar, pero muy cerca.
Tu cara permanece entre las sombras,
y solo veo el blanco de tus dientes...

Tus ojos brillan cuando parpadeas,
un breve atisbo de tu infierno interior...
Estás aquí, me esperas, como siempre,
como entonces, pero no hay salida...

No puedo moverme, mi cuerpo...
lo que fue mi cuerpo, se muere...
Noto el calor de la sangre que fluye,
y las fuerzas me abandonan...

Así que esto es la muerte: el fin,
la banca siempre gana, me despido...
De quienes amé alguna vez...
y de quienes siempre odié...

Me voy sin amargura, ni sueños,
ni tristezas, ni carencias, nada...
Pues tuve una buena vida, amor...
hasta que llegó el último olvido...

domingo, 19 de agosto de 2012

CORAZÓN DE HIELO...

Tus ojos se cerraron, como el último adiós,
y perdí la luz de mi vida, la fuerza y la esperanza...
Dejaste de mirarme, como si quisieras grabar
cada detalle de mi cara en tu cándido corazón...
No latía en tus pupilas la antigua magia blanca,
formada de cálidos restos de nuestro amor...

Y yo, lejos de ti... y tú, retrocediendo,
 hacia la nada, te despedías, sin mirarme por última vez...
Límites rebasados sin pensar,
 buscando tus mágicos besos... y, sin embargo, te vas...
y yo me quedo solo... y me siento tan viejo…
Y entonces noto que el frío de tu ausencia
me está matando, amor... trocito a trocito, muero...

Yo, que había jurado que no volvería a amar,
que no sufriría más... que nunca estaría solo...
Este es el castigo por haberte amado...
que me quedo congelado al perderte...
Mis lágrimas heladas se hacen  copos de nieve...
y mi corazón se convierte en un témpano de hielo...

Prefiero no volver a amar... a sufrir de nuevo...
no llorar nunca más por el dolor de la ausencia...
Y dejar que el frío hielo se contagie del corazón,
a todo el cuerpo, y  morir por haberte perdido...

POR TANTAS COSAS…

Por todos los besos que no te di,
cuando pensaba que eras inmortal...
Por todas las veces que no te dije,
bajito, al oído... "Te quiero..."
Por cada vez que me llamaste...
y no acudí a tu lado rápidamente...
Por estremecerme, cuando me decías
"Mi vida...", y acariciabas mi mejilla...
Por algunas malas respuestas que te di,
perdiendo los nervios, al final...

Por haber olvidado el sonido de tu voz,
que tanta paz y sosiego me daba...

Por cada cuento que me contabas,
al oído, para llevarme al sueño...
Por los fuertes latidos de tu corazón,
que me traían tanta paz y consuelo...

Por cada vez que te necesitaba,
y tu venías conmigo, me escuchabas...
Por aquellas interminables conversaciones,
sobre el amor, la voluntad, y el perdón...

Por cada noche, cuando te llamaba,
transido de miedo, y venías conmigo...
Por todos los vasos de agua, fresquita,
que me llevabas a la cama, en tinieblas...

Por todas las palabras dulces, los ánimos,
las esperanzas, los sueños, que me dabas...
Por las gigantescas dosis de paciencia
que siempre tenías conmigo...

Por haber sido mi guía, mi Norte, y mi Sur,
mi compañero, amigo y mentor...

Por no haberme dado cuenta a tiempo
de lo mal que lo estabas pasando...
Por haberte perdido en los últimos meses,
y borrar tantas cosas, para no seguir sufriendo...
Por no haber estado contigo, aquella mañana,
y haberte cogido la mano, y cerrado los ojos...

Por tantas y tantas cosas, buenas y malas,
te pido perdón, te recuerdo y te quiero...
Abuelo...

TU ENAMORADO FANTASMA

La luz vela tu rostro, y tus ojos se cierran,
y la sombra de una lágrima resbala por tu mejilla...
¡Qué tormento, verte sufrir, de esa manera!

Quisiera poder sentarme a tu lado, suavemente,
y pasar mi brazo sobre tus hombros, como antes,
que notases el calor de mi cuerpo, en el alma...

Moriría por beber, otra vez, tus dulces lágrimas,
y besar tus cárdenos labios o tu pícara nariz...
Mataría por sentir la cálida piel de tu cuello...

Saborear, una vez más, el sudor entre tus senos,
y recorrerlos, pequeños y prietos, con la lengua,
y seguir bajando, por todo tu enjuto cuerpo...

Amarte no fue una elección... no tenía alternativa...
Pocos meses de amor, me temo. Catorce y medio...
Lo eterno, llegó a su fin, con mi muerte...

En el fondo, no me extraña: demasiado tiempo...
buscándote... soñándote... esperándote...
y mi pobre corazón no supo aceptar... la felicidad...

Morir no es tan difícil…Lo malo es el olvido...
Pocas cosas más difíciles que olvidar un amor...
Si hay una luz, al final del túnel, no la he seguido...

Porque tu amor era lo que me daba la vida...
y por eso, prefiero seguir siempre contigo...
convirtiéndome en tu enamorado fantasma...

Verte sufrir, y no poder abrazarte, ni besarte...
saber que estás llorando por mí, y no consolarte...
puesto que murió mi cuerpo, pero no mi amor...

Que la luz del sol te acaricie y seque tus lágrimas,
que la brisa del amanecer sean mis besos...
y las hojas de los árboles te susurren mi amor...

lunes, 13 de agosto de 2012

EN EL LABERINTO …

Recorro lentamente los pasillos del alma, 
y mis pies se arrastran, dejando huella,
sobre aquella superficie de vieja moqueta
se amontonan los restos de recuerdos,
de felicidad postrera, de amores imposibles,
convertidos en polvo lejos de sus ojos,
de sus labios, de su sonrisa... de Ella...

Tan solo una vela, en palmatoria de barro,
ilumina el camino, en el oscuro laberinto,
de las mil y una puertas secretas...
No hay mapa, ni sueños, ni pistas,
ni otro sonido que el de mis pies...
o las tristes voces del viento...
que aúllan por tanta tristeza...

Toda una vida buscándola,
siguiendo su rastro de sueños,
acechándola en los despertares,
abrazándola desde lejos...
acariciándola con la mirada,
y bebiendo todas sus lágrimas...
Tantos sueños inconclusos,
condenados a desaparecer,
a desvanecerse en el limbo,
de los amores imposibles,
de las esperanzas perdidas...

Y me pierdo, en un marasmo,
de pasillos, puertas, rellanos,
huecos tristes y escaleras,
que llevan a ninguna parte...
Pues de todas formas, es inútil...
La vida, sin ella, no tiene sentido,
ni en el mundo real, que me rechaza,
ni en los páramos, desiertos,
y enfangados, de la memoria...

¿De qué sirve encontrar el Paraíso,
entre sus amorosos y cálidos brazos...
qué sentido tiene despertar a la vida
en lo más profundo de sus ojos...
o mirarme en las negras aguas de su alma?
¿Para qué seguir con vida, si Ella,
mi Amada, mi Niña, mi Reina...
se ha marchado con Caronte,
y ha cruzado ya la Laguna Estigia?

Pero yo la sigo buscando, incansable,
por el laberinto de los recuerdos no vividos,
de los amores imposibles y soñados...
de las realidades que nunca fueron...
y de los besos robados bajo las estrellas...

Pues la vida es muerte... sin Ella...

RESCATE

Hoy, al revisar las viejas fotos, veo tu cara... 
Tan joven, que yo ni siquiera había nacido...
Y noto una fuerte amargura, al recordar...
que no tengo en casa una sola foto tuya...
¿Acaso resulta lógico tratar así al amigo?

Viejos carnés que me hablan de tiempos...
ignotos, lejanos, pretéritos, extraños,
cuando las arrugas no surcaban tu cara,
y tus ojos, que cada día miro en el espejo,
no estaban cargados de profunda tristeza...

Tu voz regresa desde las sombras, abuelo,
pero solo en mi mente, pues olvidé el sonido...
cientos de horas de cuentos, y no queda nada...
ni una triste grabación de tus palabras o versos...
¡Lo que daría hoy por escucharte de nuevo!

Año 1955... con razón me cuesta tanto verte,
asociar aquellos tiempos con los míos...
Una decena de carnés, eso es todo, el resumen
de una vida, de mil luchas, y cientos de sueños,
que demasiadas veces, no viste cumplidos...

El tambor de mi vida resuena con fuerza,
bombeando sangre y recuerdos hacia la nada,
y quisiera pensar que hay algo más que materia...
y que de vez en cuando, mientras escribo, vienes,
y es tu presencia la que acaricia mi mejilla...

Voces que se llevaron el viento y el tiempo,
aquellos que murieron, pero no del todo,
pues el amor y el cariño de los vivos
todavía perpetúan su recuerdo... y escribo,
para rescatar a mi abuelo del olvido...

RECORDÁNDOLA...

No me preguntes si se puede añorar
lo que nunca has tenido, porque esa es,
justamente, la definición del amor...
No quieras conocer el sabor del dolor,
de un corazón roto, porque hallarás...
la respuesta en mis lágrimas...

Permite que el acre humo de la tristeza
llene de amarguras tu garganta, y sabrás...
cómo de roto me dejaste...
Amar sin medida, es hermoso, ¿verdad?
Pero solo en teoría... que la realidad...
es tan distinta...

Pasión eterna... siempre controlada...
amargos sentimientos del futuro...
contra la soledad del hoy...
Alma cautiva por redes de sueños,
ojos hechiceros que prometen mundos...
pero solo para otro...

Y de las cenizas surge la antigua llama,
incinerando el presente y el futuro...
porque sigo recordándola...

martes, 7 de agosto de 2012

DESTRUCTOR DE MUNDOS


Escribo para saciar mi alma,
curtida en mil solitarias batallas...
casi todas ellas, contra mí mismo...
y esas son las más duras de librar...

En las letras encuentro la paz...
al mismo tiempo que la calma...
y dejo fluir los sentimientos...
del cero... hacia la nada...

Vivo a caballo entre dos mundos,
el real, con sus magias, problemas,
sueños, presencias y ausencias...
y miles de pequeñas sonrisas...

Pero también me muevo, en silencio,
por las oscuras aguas de la tinta...
donde se reproducen las ideas,
los versos, las mentiras y los sueños...

Escribo, en silencio, mirando...
el reflejo de pedacitos de la vida,
y los convierto en sombras esquivas,
en luminosos fantasmas de imposibles...

Y con cada verso, cae un mundo...
con cada poema, un universo...
de todas aquellas cosas que imagino,
y comprimo en mi realidad...

Soy un destructor de mundos ideales,
pues los comprimo, moldeo y adapto
para que encajen, entre miles de restos,
que vagan por mi corazón y mi mente...

Y los lanzo hacia ti, desde el otro lado,
con mensajes de amor, de ausencias,
de ansias y pesares, de sueños...
hijos de un corazón enamorado...

EL OTRO LADO...


Soñar está en mi naturaleza, y pensar...
Tal vez sea el gran problema...
que la vida siempre está al otro lado...
de aquella colina, de aquella playa,
de aquél prado... de aquél recuerdo...

Imaginar otro mundo donde vivir,
otros brazos que rodeen mi cintura,
otro cuerpo, cálido, que me busque,
en mitad de la noche, del sueño...
otros ojos en los que buscarme...

Algunas personas se quedan allí,
incrustadas debajo de la piel,
y su mirada te sigue persiguiendo,
saltando de un mundo al otro,
de lo real... a lo que has soñado...

Sí... me acuerdo de ella... todavía...
el tiempo no pasa, se estanca...
y convertido en ciénaga golosa,
lucha por robar mi corazón...
dividiendo mi alma una vez más...

Sí... de alguna manera, la noto,
en las profundidades de mi corazón,
cada mirada, cada roce o leve caricia,
cada recuerdo, real o imaginario,
qué más da, si todavía lo siento...

Se quedará por siempre en el otro lado...
de la vida... del espejo... del sueño...
pues no hay nada más que realidad...
una cómoda bufanda de certezas...
que asfixia suavemente mis sueños...

EL CÁLIDO FANTASMA...


En silencio, recuerdo otros tiempos,
otras gentes y lugares, donde viví...
los esbozos de otras vidas, y sueños,
de otras realidades... que murieron...

El recuerdo es selectivo, casi siempre,
y por eso, borramos todo lo malo...
para seguir adelante, persiguiendo,
tal vez, un espejismo, un ideal...

Pero no se vive de ideales, y algunos,
solo valen para amargar el presente,
por un pasado que nunca ha sucedido,
que sin embargo nos parece más deseable...

Y yo me pregunto... ¿Se puede añorar,
incluso sufrir, por lo que nunca ha sido?
¿Es lógico explorar los caminos de la nada,
para encontrar mil y un recuerdos falsos?

Quizás en esta paradoja se manifiesta
nuestra condición de seres humanos:
en amar y desear lo que nunca tuvimos,
y menospreciar a quien está con nosotros...

Son juegos, es cierto, del amor y el deseo,
del espacio y el tiempo, soñando lo real...
buceando en aguas desconocidas,
el presente debería derrotar al pasado...

Sin embargo... sigo recordándola...
como el cálido fantasma que me mira,
y me sonríe, y me da fuerzas para seguir,
cuando el presente se vuelve más gris... 

LOS DESIERTOS DEL ALMA...


Buscando la esperanza en el fondo de tus ojos 
encuentro la tristeza...reflejo de los míos...

¿Acaso ya no queda del poderoso amor
ni siquiera la huella de una triste caricia?
¿Dónde se fueron mil caricias, dos soles,
infinitos besos y roces, dulces labios de amantes?

Ni recordar consigo el preciso momento,
cuando murieron las esperanzas...

La esquiva sombra de lo que pudo haber sido,
anida en mi pecho, y me hace sufrir...
Los sueños del pasado largo tiempo difuntos
resucitan, traicioneros, entre dos luces...

Y siempre parece más hermoso e interesante
lo que nunca se ha conseguido, que lo perdido...

Nacen y crecen y mueren anhelos y sueños,
pero el peso de la vida los arranca, implacable...
Del árbol del deseo y de los besos no florecen
bellos, dulces y tiernos pensamientos...

Un marasmo rutinario nos envuelve y asfixia,
mas yo soy el único en darse cuenta...

¿Compensa el seguir aguantándolo todo,
para evitar la soledad del navegante?
¿Sirve de algo el seguir luchando,
contra mil angustiosos desplantes?

Y lentamente, me voy quedando sin fuerzas
para escapar del barranco de las ánimas...

Mientras los fantasmas del pasado lloran
por no haberse convertido en presente...
Tú sigues desperdiciando el tiempo,
con mil pequeños y vacíos gestos...

¿Acaso no entiendes que se acerca
el último canto del corazón herido?

No pienses que el árbol del amor vivirá
sin el riego de tus besos y caricias...
Pues yo estoy cansando de arrastrarme
por los páramos y desiertos del alma...

¿ME RECUERDAS?


Soy yo, la esperanza, la voluntad, la fuerza,
todas esas cosas buenas, y alguna más,
que se esfuman, como el hielo,
bajo la luz del sol de mediodía...
y sin mí, solo te queda...
la nada...

Y no quieres sufrir, ni sentir, ni soñar,
no por miedo a perderme otra vez,
sino a conseguir que otro amor
te haga vivir, resucitar...
piensa si te vale la pena
el morir...

¿Me recuerdas ahora, mis ojos, mi sonrisa,
mis caricias, mis sueños, mis besos?
¿Recuerdas mi nombre, el sonido de mi voz,
cómo te robé el alma en siete vidas?
¿Acaso no fue algo mágico,
vivir en mí?

Ama... lo demás, no importa... 

CAMA VACÍA...


Los sueños me dan la vida, la fuerza...
me devuelven la ilusión por las cosas,
y la confianza en las personas buenas...

La risa de un niño junto a su madre...
la nana cantada en voz bajita, muy bajita...
el olor de la piel recién bañada con amor...

La mirada, eterna, de los viejos amantes...
el roce, la caricia, que sin decirte nada,
en el fondo, te lo dice todo, y te da vida...

Estas son algunas de las cosas buenas,
que invoco cada noche al dormirme,
para que me acompañen en tinieblas...

Necesito tus besos, tus abrazos, tu piel,
el aroma de tus cabellos, que adora...
cómo no, el perezoso de nuestro gato...

Mas demasiadas noches, no estás,
incluso durmiendo a mi lado...
y me persiguen las pesadillas.

EL ÚLTIMO BESO...


Te robé el último beso, de tus fríos labios,
una mañana de marzo, a pleno sol...
mas tu piel estaba helada, y no latía tu corazón...

Me acerqué a ti, con miedo, y cierto temor...
te devolví la vida con un beso de amor...
No pude evitarlo, debía arrebatarte la vida,
y llevarte conmigo, terminando tu viaje...
que la muerte ya no lleva capucha y guadaña,
ni viste de negro... Te perseguí, amor,
de una vida a otra, siempre escapabas...

Mas esta vez, te cojo en los brazos,
tu cuerpo no pesa casi nada, el calor...
la sangre, la ilusión, han tejido un velo,
y te encuentro... Si con un beso, te mato...
y con otro, resucitas... ¿podría vivir,
contigo, sin volver a besarte, jamás?

Tu corazón late muy despacio...
tus ojos se abren al mundo, otra vez...
y yo, con los ojos bien abiertos...
te beso, por última vez, y prefiero
matarte de nuevo... que perderte... 

sábado, 4 de agosto de 2012

PRINCESA...


Se marchó la princesa, con sus ojitos de cielo,   
y su boquita de fresa...
guardando en la maleta, dos puñaditos de plumas,
y el recuerdo de un beso...

Se marchó la princesa, con un hatillo de sueños,
botas de siete leguas,
una pestaña de hada, y tres madalenas, rellenas,
de jamón y de queso...

Se marchó la princesa, saltó de ventana a patio,
escalando una tapia,
trepando un viejo árbol, y prometiendo no volver,
a pisar este extraño cuento...

Se marchó la princesa, con su bolsito de mano,
sus zapatillas de ballet,
haciendo una última pirueta delante del gato,
que la miraba desde el árbol...

Se marchó la princesa, con su vestido azul,
y su rana de peluche,
y su libro de cuentos de las mil y dos noches,
y me dejó solo...

Se marchó mi princesa, para no volver...

SI TE PIDIERA UN BESO...


Si te pidiera un beso, solo uno...
¿me lo darías? 

Robarte un beso de tus cárdenos labios,
que durante tantos años me hablaron de amor,
de tristezas, soledades, ilusiones y muertes...
Probar al fin la miel que destila tu alma,
y fundir, al menos, los labios, que no los cuerpos...

Afrutados... con ese regusto a miel y limón...
cientos de veces me he asomado al paraíso,
rozando las puertas del cielo al besarnos,
un esquivo roce, la tentación eterna...
y la necesidad de romper el último muro...

Labios, como metáfora, señal y símbolo,
de la mayor entrega, y último sueño...
Última frontera entre amistad y amor,
que tú nunca cruzaste, mientras que yo...
llevo años soñando con romperla...

A veces, nos quedamos callados...
y nos miramos, hablando los ojos...
te acaricio suavemente la mano,
rozo incluso tu mejilla con el dedo,
y recojo la penúltima lágrima...

Tantos años juntos, y nunca te besé...
y sigo pensando en tantas cosas
que nunca hicimos, ni compartimos,
porque tú... nunca me amaste...
pero yo... desde el comienzo...

Cada vez que lloraste en mis brazos,
y tus lágrimas mojaban mi pecho...
que era en los malos momentos,
cuando más me necesitabas,
y más quería yo consolarte...

Mil años han pasado desde entonces,
la vida y el tiempo nos han separado,
y sin embargo... cada vez que nos vemos,
sigo añorando el sabor de tus besos,
que nunca me diste... y sigo queriendo...

Si te pidiera un beso, solo uno...
¿me lo darías? 

UN BESO AL VIENTO…


Me giro, en el último momento, al final de todo...
del largo y esquivo camino  que recorrimos juntos,
de todas las ilusiones que hemos dividido al irnos...
de miles de palabras que jamás pronunciamos...
de las pequeñas cosas de la vida nos separaron...

Y te veo, erguida, pero con el corazón desgarrado,
toda apariencia, cuando por dentro, tiemblas,
igual que yo, amor, pero eres tan orgullosa,
tú no lloras, ni sientes, ni padeces, ni te expresas...
y fue tu frialdad la que me terminó hartando...

Quizás para mantener el control, preciado legado,
por conservar la fe en ti misma, me has borrado,
de tu mundo, de tu vida, porque mi risa te distraía,
porque mis caricias te sorprendían, y mi perfume,
evocaba en ti otros amores... de otros tiempos...

Un buen día, comprendí que yo era, como mucho,
un "complemento de objeto directo" en tu vida,
pero que podías cambiarme por otros elementos,
sustantivos, pronombres, adverbios tal vez...
y que, en el fondo, no me amabas ni necesitabas...

Yo era, por lo tanto, el "mal menor", que servía
para mantener lejos a tu peor y feroz enemiga...
la Soledad... y por eso me marcabas límites,
pautas, territorios, momentos y complejos rituales,
para no quedarte solo con tu triste vida...

Pero me cansé... de estar por detrás de tus amores,
la música, la literatura, la escritura, conducir...
¡Incluso el gato, que por cierto, es mío, lo ponías
por delante de mí entre tus prioridades vitales!
Y decidí que se había acabado entre los dos...

Y te quedas allí, parada, con la mochila,
cargada de mil sueños y dislates, a los pies...
y yo me voy, altiva, y me despido de ti...
con un último beso lanzado al viento...
y no imaginas cuanta pena me das...

HACIA LAS BRUMAS DEL OLVIDO


Estoy olvidando el sonido
de tu voz...

He perdido la memoria
de tu risa...

No recuerdo el aroma
de tu piel...

El olor de tu cuello
desaparece...

El aire no se estremece
con tus cosquillas...

Ya no me veo en el fondo
de tus ojos...

El sabor de tus lágrimas se
ha esfumado...

Tus sedosos cabellos
no me rozan...

No me pierdo en las líneas
de tu mano...

Y mis ojos ya no esquían
por tu cuerpo...

Ya no lloro amargamente
por tu ausencia...

Ya no pienso en ti
a todas horas...

Lo impensable, al parecer,
ha sucedido...

Estás llegando a las tierras
del olvido...

Mi corazón va recuperando
sus latidos...

Poder verte, y despedirme,
es quimérico...

Mas se convierte en mi principal
objetivo...

Hundirme, una vez más,
en tus ojos...

Recorrer las líneas
de tu sonrisa...

Acariciar la piel sedosa
de tu rostro...

Y después, guardarte
en mis recuerdos...

Si hermoso, intenso,
fue el amor...

Más dulce podrá ser
el olvido...

Y TE FUISTE


Como barcos que se cruzan en la noche,
sin rumbo se mueven nuestras vidas,
sorda sinfonía de sentimientos sin besos,
de caricias sin manos y abrazos sin cuerpo,
busco tu recuerdo en los escollos de mi pasado,
y quisiera traerte a mi presente, mas no puedo...

Terminaron, entonces, para siempre,
las noches de insomnio, mirando fijamente
a la nada, contando los rayos luminosos
que irrumpen sin piedad en el dormitorio,
y me recuerdan que tu lado de la cama
está vacío, desolado, roto como mi alma...

Atrás quedaron demasiados recuerdos,
demasiados sueños rotos, sentimientos,
encuentros y desencuentros, llantos,
huellas de lágrimas en la almohada,
y sobre todo... soledades... vacíos...
ausencias... y retumbantes silencios...

Cuando surgen las palabras, expresando,
al menos parcialmente lo que en verdad
piensas pero no dices, queda esperanza.
Incluso cuando se convierten en gritos,
en acusaciones entrecruzadas, furiosas...

Pero cuando llega el silencio, es el fin...
El silencio, molesto, incómodo, pétreo,
usado como arma de doble filo, acerada,
que todo envenena, cada gesto y mirada,
que te destroza por dentro y por fuera,
al mirarte, sin verte, sin que me importe
ni siquiera lo que tú sientas o padezcas...

El silencio, asesino implacable y discreto,
ejecuta limpiamente cualquier resto
de sentimiento, y de repente no hay nada,
ni caricias, ni besos, ni roces, ni gestos,
y tu lado de la cama se queda tan vacío...
que no perdura ni el olor de tu recuerdo...

Mañana, cambiaré por fin las sábanas,
borrando el sutil aroma de tu cuerpo,
cambiaré los albornoces y las toallas,
impregnadas del olor a jabón y colonia,
lavaré mantel y servilletas menos una,
la marcada por el carmín de tus labios...

Y asumiré, espero, que te has ido de verdad,
que no hay retorno posible... que no estás...
Al vaciar tu armario, y regalar tu ropa al asilo,
y cribar tus libros, y quemar las cartas,
admitiré, por fin, tu muerte, lamentando
no haber compartido un último beso...

UN RELOJ ROTO


Sueños del mañana, que se convierten
en restos de intenciones no vividas,
en fragmentos de ilusiones olvidadas,
en restos de pedazos de corazones
arrancados de mil pechos palpitantes...

No quiero soñar con un mañana mejor,
pues de lo contrario, no querré cambiar
mi presente, seguro y mortalmente
aburrido, y carente de cualquier interés
con pequeños restos de esperanza...

No quiero pensar en un pasado lejano,
teñido por las brumas del olvido, densas,
que confunden los sentidos, y los sonidos,
que se propagan en las cavernas de la memoria,
alejando las voces amadas de los muertos...

Mi corazón es un reloj roto, anclado en el ayer,
pues en el fondo, el mañana me da miedo...
y puedo enfrentarme a cualquier mentira,
siempre que me permita aceptar mi pasado,
y anclarme en los arrecifes del presente...

Y llegará el mañana, y se convertirá en ayer,
y seguiré viviendo, leyendo, comiendo, durmiendo,
me despertaré algunos días queriendo olvidarme,
de todo, y de todos... mas serán tus labios, tus ojos,
los que me darán fuerzas para seguir viviendo...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...