domingo, 25 de septiembre de 2011

* El maullido...

Y la busco en la casa vacía,
donde las habitaciones claman,
en silencio, por su ausencia;
y me siento solo, más solo,
de lo que jamás creí posible...

Al memos, nuestro gato,
ya no maúlla al reloj,
pasadas las diez y media;
no quedan vencedores,
solo vencidos en la arena...

No hay regreso posible,
ni tampoco lo deseo,
no hay lugar para la duda;
solo un camino por seguir,
y sacar fuerzas de flaqueza...

Duele, la soledad, deseada,
y ni siquiera con la música,
las voces de la radio, se calla;
y esta tarde, yo también lo haría,
maullar al reloj en el vacío...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...