martes, 31 de mayo de 2022

115. ENTRE DOS SILENCIOS...

Entre dos silencios, te busco,
por caminos que huyen los mortales,
los árboles abatidos me observan pasar,
sus ramas susurran tu nombre, y yo,
camino por tierras embarradas,
esquivo las piedras y los charcos,
me arrastro entre las zarzas y la retama,
y grito tu nombre en el silencio...

Me despierto, enfebrecido, en mi cama,
enredado entre las sábanas y la manta,
resollando como si terminase una carrera,
y la luz de la luna llena me persigue.
Grito tu nombre en el silencio,
el gato se une al concierto, y entre ambos,
lloramos por tu ausencia, tan larga,
por ese futuro, que no llegará.

Ahora, poco importa quién tuvo la culpa,
de quién fue la idea de separarnos,
de quedar como amigos, malditas palabras
que esconden el final de un amor, de una vida,
de tantos sueños en común, incluso pesadillas,
de tantos planes, ilusiones, risas y lágrimas.
Te fuiste, amada mía, y yo, te sigo buscando,
dormido, despierto, vivo, o muerto...

lunes, 30 de mayo de 2022

114. Y SIN EMBARGO...

 Hoy comencé la mañana
con el sonido de tu voz,
un mensaje en el móvil,
y un beso lanzado al aire.

Viento en popa a toda vela,
mi corazón viaja hacia ti,
para perderse en tu sonrisa
y engarfiarse en tu melena.

Nada queda, en el fondo,
de los malos momentos,
de las desilusiones pasajeras,
y de las tristezas de la ausencia.

Porque me basta con muy poco
para recobrar fuerzas y entereza,
más quisiera, más soñara,
pero interviene tiempo y distancia.

Sueño contigo al despertar,
me persigues en la vigilia,
y tan poco te pido, ni siquiera
la sombra de un esquivo beso.

Tan lejos, como en otro cuento,
a veces, fría cual princesa de hielo,
otras, caprichosa cual niña pequeña,
y, sin embargo... te quiero...

viernes, 27 de mayo de 2022

113. HACIA EL VERANO

 Pasan las horas, sin interés ni pasión,
con el trabajo bien hecho, todo tranquilo.
Alguna sonrisa escondida y deslumbrante,
el eclipse de una falda, esa blusa que nada oculta,
piernas desnudas entre lienzos de tela,
vestidos ceñidos al cuello que nada ocultan.

Siempre me ha gustado la primavera,
los colores del verano en la piel,
las caras y brazos bronceados,
los labios entreabiertos, las mejillas,
sonrosadas, anhelantes, incitantes,
y yo lo miro todo, invisible y discreto.

Las cámaras me muestran un mundo
al que en el fondo no pertenezco,
y vigilo, día y noche, las realidades,
pero también los sueños, de los paseantes,
les sigo con la mirada, compruebo que estén seguros,
y comparto las alegrías y los besos.

De noche, sobre todo, me muevo entre las sombras,
medio invisible, detrás de la mampara
que me aísla del mundo, y pienso,
en todas esas vidas que me son ajenas,
en todas las parejas que observo,
en las aventureras de la madrugada.

De vez en cuando, me ven, que no en vano
siempre soy la cara amable y discreta,
la sonrisa al empezar el día, y la despedida,
al caer la tarde, o en las profundidades de la noche,
y creo que mi alegría y buen humor son contagiosos,
pues me pagarían lo mismo por hacer lo contrario.

Y pasan los días, se acerca el verano,
y con él, con las ráfagas de sol a través del cristal,
regresan las energías positivas, las fuerzas,
quizás incluso el valor para mirarla,
bella desconocida que sin embargo
busca cada día mi sonrisa sin saberlo...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...