viernes, 31 de diciembre de 2021

112. Y TE BUSCO...

 En el limbo entre dos años, regreso a la palabra,
a los sentimientos convertidos en tinta,
y busco la verdad entre los sueños...
Sueños que me hacen volar hacia ti,
llevando en las manos un ramito de violetas,
porque siempre te gustó la canción de Cecilia.

Y qué mejor manera de estar contigo,
que entre los jardines de la Alhambra,
escuchando el sonido de la escarcha,
el lamento de los pájaros por el día que termina,
el crepitar de tu melena en el viento,
o el latido de nuestros corazones desbocados...

Al releer estos poemas, mi bella dama,
me di cuenta de que son un pretexto,
una excusa para sentirte más cerca,
y al mismo tiempo, decirte todo lo que pienso,
con los deseos que me callo mientras hablamos,
y solo pienso en acariciar tu cuerpo...

"Ya somos adultos", me dices, mientras me miras,
y me tomas de la mano, y la llevas a tus labios,
y yo acaricio tu cara, y lleno de miedo, te beso.
Pobre poeta enamorado, de su musa descarada,
que se refugia en el espacio y el tiempo,
sabiendo que son su maldición y su herramienta...

Y por eso, yo voy creando mundos de tinta,
te escribo poemas, te cuento lo que siento,
y espero, al otro lado de la pantalla o del libro,
para recoger los pedazos de tu corazón,
y sanarlos a besos, a versos, con el sueño,
con el ansia, de un poeta en el exilio...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...