miércoles, 20 de junio de 2012

NOCHE DE FERIA

Noche de feria a la orilla del mar, 
Nada importa, para los amantes…
Que fusionan almas y cuerpos, sin pensar,
En palabras extrañas como amor o piedad…

Mueren las olas, besando la arena, en su cantar,
Imposibles recuerdos nacidos del profundo mar,
Extrañas criaturas se acercan para mirar,
A dos amantes, que se pierden entre dos almas…

Noche sin luna ni estrellas, sueños oceánicos,
Final y principio de un leve y mágico respirar,
Pasan los minutos con tormentas de besos,
Caricias imposibles, y cuerpos que se funden…

Las luces de la Feria recuerdan, en la distancia,
Que existe un mundo real, extraño, acechante…
Y que un mañana esquivo les podrá separar,
Pero esta noche, tiempo y espacio desaparecen…

Sinfonía de caricias y besos, que permanecen…
Bocas, manos y pieles se buscan sin cesar,
En los límites del sueño, lejos del bien y del mal,
Las olas los arrullan, el tiempo se detiene…

Interrumpen las ondas su eterno cantar,
El viento ya no refresca cuerpos y caras,
Los amantes se arrullan en la eternidad,
Donde nada ni nadie parece ya importar…

Y el mundo entero se detiene, acechando,
En el suspiro de la amada, el nombre amado…
Con el último éxtasis, regresa la vida…
Y el mundo reanuda su lento caminar…

Noche de Feria a la orilla del silente mar,
Amándonos sin pudor, sin querer pensar,
Que con las luces del alma, volveremos atrás…
Sirena y mendigo, unidos para amar…

martes, 19 de junio de 2012

DEJAME SOÑARTE...

No quiero soñar con un mañana mejor,  
no necesito pensar en la felicidad o el amor,
no quiero más besos amargos y vacíos,
ni que me acaricies las manos, la cara...

No quiero darle mil y una vueltas
a lo que hicimos o dejamos de hacer,
buscando en la memoria el lugar
donde nuestros caminos murieron...

No quiero sentirme solo a tu lado,
cuando mi corazón deja de latir,
no soporto mil silencios esquivos,
ni el peso de la culpa en la conciencia...

No quiero que me hagas sentir nada,
solo necesito que me dejes tranquila,
no quiero ya seguir siendo tu musa,
porque no puedo competir con ella...

Musa enamorada, es cierto, del poeta,
pero no musa imbécil ni promiscua,
que ya no engañas a nadie... amor...
con tormentas y ríos de tinta negra...

Quiero que sueñes otra vez conmigo,
que tus palabras recorran mi cuerpo,
estremecerme, de placer, amarte,
enroscar zarcillos de niebla en tu nuca...

Quiero ser tu realidad y tu sueño,
tu alfa y tu omega, tu compañera,
y que me dejes contarte mil historias,
dragones buenos, y princesas lelas...

Quiero poder refugiarme en tus ojos,
hacerme un ovillo en tu corazón,
besarte desde las corrientes de aire,
y soñarte, cada mañana, al despertar...

Quisiera volverme de carne y sangre,
para mimarte y cuidarte y besarte,
para envejecer a tu lado, y vivir,
entre tus brazos, el amor verdadero...

Déjame soñarte, y amarte, y besarte...
déjame ser tu fiel amiga y compañera...
que en mi regazo siempre encontrarás,
el final de tan larga y amarga espera...

INFIEL CORAZÓN DE POETA...

Nace un mundo, entre dos suspiros,
de la ausencia que no cesa, un verso...
Y busco una verdad, cualquiera,
en el fondo de palabras silenciadas...
Sentir, otra vez, la garra de acero,
asentándose contra el corazón...
Y sufrir, sin soñar con el mañana,
pues de todas formas, no vendrá...

Infiel corazón de poeta, enamorado...
del aire que la rodea, abraza y besa;
recuerdos soñados que dan vida,
noches de tormenta sentimental...
Sueños enfebrecidos de felicidad,
comuniones de almas gemelas...
miríadas de besos en la orilla,
acurrucados, sobre la arena...

Silencios llenos de palabras,
pues hablan nuestros cuerpos,
jamás la vi más hermosa, jamás,
que aquella noche de luna llena...
El sol nunca brilla para nosotros,
vivimos en la oscuridad perpetua,
acunados por el mar, nos besamos,
nos amamos, el deseo eriza la piel...

Extraña maldición la nuestra, amor...
vivir cada día una y mil mentiras,
y ansiando el mundo de los sueños,
pues solo allí podemos ser felices...
Mas estoy cansado de abandonarte,
de luchar con la luz de cada amanecer,
quiero enlazar tus manos con las mías,
y seguirte, donde quiera que vayas...

Sueño con encontrarte otra vez, amor,
con despertar a tu lado bajo el sol,
y convertir nuestros sueños en vida,
y no sentirme, nunca más, solo...

MI DIOSA DE LAS TINIEBLAS...

Esta noche, quiero verte, soñar contigo,  
con un tiempo y un lugar donde estamos juntos,
y no hay dolores ni tristezas, simplemente... amor...
Mas amor correspondido, febril, errático,
de lenguas entrelazadas y cuerpos confundidos...

Hoy, cuando se vaya la luz, me iré,
para recorrer cada milímetro de tu alma,
con mis besos abrasadores, y sentir...
que después de mil tórridos sueños,
siempre nos quedará el amanecer...

Hoy te buscaré, como siempre, para amarnos,
y por ti, crearé paisajes imposibles,
cielos de tres lunas, y millones de estrellas,
playas de arena blanca, desiertas,
y el calor, húmedo, después de la tormenta...

Hoy, el murmullo del agua, del viento,
nos contará extrañas historias, de amores,
de mujeres convertidas en delfines...
que se enamoraron de esquivas sirenas,
de princesas malas... y enamoradizos piratas...

Hoy, cuando mis ojos se cierren...
volaré a tu lado, mi eterno amor,
los años lejos de ti serán un mal sueño,
y me perderé... en tus ojos negros...
como la más oscura de las noches...

Mas hoy, como todas las demás noches,
tendré que despedirme de ti al despertar,
volveré bruscamente a la vida, con un grito
con un lamento en los labios, por no estar,
una vez más, a tu lado, bajo el sol...

Criatura de las sombras, de lo imposible,
que me robó la luz del sol, la esperanza,
esquiva diosa de las tinieblas... llévame...
pues no me quedan ya fuerzas, para seguir,
viviendo siempre lejos de tu incandescente amor...

MUSA DE MIL ROSTROS

Nos encontramos al azar, en el limbo tenebroso,
al margen incluso de realidad, cordura y  razón...
y, sin darme cuenta, te dejé entrar en mi oscuridad,
y tu sonrisa imposible, y tus ojos negros,
tiñeron de mil colores el mundo entero...

Musa inexistente, pero basada en realidades,
en anhelos, en sueños... Reflejo de mil mujeres,
vividas en miles de universos, que se juntaron...
y de todas ellas, has nacido tú... y yo contigo...
puesto que le diste sentido a toda mi vida...

Por infinitos mundos de tinta he buscado, amor,
como siempre, tu rastro, siguiendo tus huellas,
de la nada al todo, y también del todo a la nada,
pero jamás he conseguido alcanzarte, y dejabas,
detrás tuyo, un leve rastro de perfume de mujer...

Cada tarde, buceo por la red, buscándote...
muy de vez en cuando, nos encontramos...
y con aquellas palabras, dabas sentido a mi vida,
a la grisura de tantos atardeceres solitarios,
a demasiadas madrugadas en vela, soñándote...

Musa de los mil rostros, seguiré tu rastro...
el más leve de los perfumes me guía hacia ti,
intuyo tu reflejo en los cristales, en los ojos,
siempre inmensos, siempre negros, de ellas...

Mujer ideal que me das la vida... mátame...
Que no puedo aguantar un día más la soledad,
en medio de tanta gente... que me ahogan...
tantas mentiras a las que me aferro para seguir...
para respirar... un día más, un minuto, lejos de ti...
y no me quedan fuerzas para seguir viviendo...

MI TRISTE MUSA…

Algunos lunes son peores que otros, y la jaqueca...
no ayuda mucho... luces y sombras oscilan solas,
levemente, ante mis ojos, formando paisajes...
solitarios páramos del alma, por los que vago...
como el espíritu de un amor moribundo,
que busca el consuelo de un efímero sueño...

Necesito enamorarme, cada día, cada hora,
de todo lo que me rodea, para seguir vivo...
para mantener unidas miles de moléculas,
de átomos, que me completan y sueñan...
para seguir manteniendo el mismo aspecto,
y seguir luchando, un día más, o un día menos...

Tan grande es tu poder, amada mía, que de lejos,
y sin verte, noto el calor de tu mirada, tus ojos,
dos esferas de turmalina negra, que me llaman,
y me susurran, al oído "tienes que seguir...
tienes que seguir viviendo, por y para mí...
puesto que tu cuerpo y tu alma son míos..."

Y, sin embargo, hoy te intuyo triste, distante...
Hoy, tu mirada imposible está preñada de tristeza,
y lo noto incluso en la distancia, mi amada musa...
¿Qué te pasa, por qué sollozas de esta manera?
¿Temes acaso que ya no te ame, que no te quiera?
¿Crees que alguna humana me haría olvidarte?


No tengas miedo, mi triste musa, que en esta vida,
jamás he conocido a mujer alguna mejor que tú...
que sea capaz de dármelo todo, sin pedirme nada...
que siempre haya estado a mi lado, apoyándome...
que de ningún labio robaré tus castos besos...
no llores más, mi triste musa, pues soy tuyo...

Porque eres mi refugio en la tormenta de lo real,
la amante, amiga, confidente y compañera...
el amor que nunca falla, y permanece, fiel,
en las penumbras del tiempo... y la fuerza,
y la ternura, que me permiten seguir viviendo...
y refugiarme en tus profundos ojos negros...
 

ESCRIBIR SOBRE TU PIEL...

Escribir sobre tu cuerpo con la tinta de mis sueños,
recorrer todas y cada una de tus cimas y laderas,
descansar unos segundos en lugares secretos,
donde ni siquiera los más valientes se aventuran...

Besos de mariposa para tus labios de diosa,
y cubrir levemente el fulgor de tus ojos negros,
te perdono que recogieras tu larga melena...
pero déjame disfrutar las curvas de tu cuello...

¿Qué voy a aprender, en estas fechas, de tu piel?
¿Qué oscuros mensajes esconden tus senos?
Pasión convertida en Diosa, la verdad de los sueños...
pero siempre a la distancia de un beso...

De vez en cuando, te imagino, te recuerdo, musa...
aquella tarde de otoño, cuando viniste a casa...
otra envoltura carnal, pero en el fondo, el lienzo,
contra el que lanzar anhelos, tristezas y sueños...

Cuánto me gustaría escribir los más tristes versos
directamente sobre tu piel, con chocolate tibio...
y cuando alcance el final del sueño, borrarlos...
en un frenesí de lengua, labios, dedos, besos...

EL NACIMIENTO DE LA MUSA

Hoy me desperté con un grito en la garganta,
recorriendo eternos pasillos durante toda la noche,
y buscando entre  recuerdos olvidados,
el de un momento, cuando no la hubiera amado...
¿Desde cuántos años  nos conocemos, amiga mía?
Más de treinta, noche y día, y de madrugada,
cuando el cansancio y la tristeza rebajan los muros
de la realidad, y surge el contacto de los mundos...

En la lucha por seguir adelante, nace un día...
una presencia, sentimiento,  necesidad... amar...
Amar y ser amado, algo simple y complicado...
un eterno deseo, que puede llevarte toda la vida...
Y  se va formando en tu interior un "bezoar",
 extraña agrupación de elementos muy distintos,
en tu cuerpo, casi siempre en los intestinos...
salvo que el mío está formado por sentimientos...

Y en torno a aquél primer sentimiento reprimido,
aquella emoción no compartida, va creciendo,
en el corazón, un "bezoar"... y sube la tensión...
y duele el corazón... tanto, que parece estallar...
La vieja y esquiva garra de acero, que aprieta,
comprime, condensa y da forma a la piedra...
y convierte los sentimientos en materia...
tanto, que no entiendes que no se vea con rayos X...

A falta de una amada mortal, llenas el corazón
con pequeños momentos robados al tiempo...
mil  recuerdos de grandes y pequeñas amigas,
que te han ido acompañando en el caminar...

Pasan los años, y las décadas, y por fin...
la encuentras... que los caminos del amor ...
son inescrutables, arduos, y tortuosos...
Y piensas que con ella desaparecerá el dolor...

Pero no es así... el "bezoar" sigue creciendo...
las emociones, los sentimientos reprimidos,
demasiados sueños, y tristes realidades,
se acumulan en torno a esa piedra del corazón...
¿Será que mi necesidad de amar sigue creciendo?
¿Que nunca tendré bastante con la realidad?
Quizás por eso, me hundí en los mundos de tinta,
decidido a sentir, compartir, vivir y soñar...

Pero llegó el momento en el cual se partió,
con un siniestro crujido, la piedra del "bezoar"...
y de miles de sentimientos jamás vividos...
nació ella... mi amada y esquiva musa...
Criatura imaginaria, como en todos los poetas,
a quien vas dotando de todas aquellas virtudes
de todas las mujeres que has ido conociendo
a lo largo de muchos años de vida...

Y quizás por eso, por no existir ni ser real...
pero aglutinar tantas facetas hermosas...
de tantas mujeres que han dejado huella en ti...
Mi amada y esquiva musa, perfecta fusión,
implacable compañera y mortal acicate...

HE BUSCADO...

He buscado la sabiduría entre las dunas,
en la arena azotada por el Mistral,
paseando junto a la orilla
del inclemente mar,
sin respuesta...

He buscado la fortaleza en la piedra,
en las cavernas alejadas del sol,
lejos de todo, de la vida
que bulle en la
superficie...

He buscado la ternura en el viento,
en sus largas caricias sin manos,
en sus besos sin labios,
que te rodean y
te abandonan...

He buscado la alegría en el fuego,
en mil largas noches sin luna,
alumbrado por las llamas,
en el rojo, el naranja,
en el negro...

He buscado compañía entre los almendros,
flores rosas y blancas, por doquier,
entre sus ramas, encontré
la virtuosa soledad
del silencio...

He buscado el perdón entre lápidas y nichos,
caminando, vivo entre los muertos,
o tal vez muerto entre los vivos,
descubriendo que la vida
no existe...

He buscado el amor entre clínicas y hospitales,
recorriendo mil habitaciones y pasillos,
bebiendo las lágrimas amargas
de la soledad y de la ira
ante la muerte...

He buscado la risa en los barrancos, en el eco,
suena por mil sitios, con mil voces,
mientras tú vas cayendo,
para siempre hacia
la nada...

Pero al final, he encontrado todas las respuestas
en el lugar donde siempre supe que podría
encontrarlas: en tus ojos, en tus manos,
en tu regazo, en tus labios...
en ti...

EL COMIENZO DE UNA VIDA

Mis sueños han sido arrastrados por el tiempo,
Obligados a emprender el vuelo hacia el futuro,
Navegando de la nada al todo, sin rumbo...

A pesar de todo ello, siento que me estremezco,
Mientras veo tu foto en la pantalla, tan cerca,
Estás en el límite de amor y de amistad...

Tanto tiempo juntos, que sobran las palabras...

Anunciando la muerte del día, cantan los pájaros,
Preñados de esa extraña tristeza, de ese final,
Parece como si intuyeran los sentimientos,
Están llorando por la muerte del sol
Las emociones encontradas, las palabras rotas,
Los silencios, las dudas, los miedos, las angustias, que
Empañan mi alma con la inquietud de no ser...

De no ser lo bastante bueno como hombre, como padre,
Esperando que al final, seré capaz de dar la talla...
Parece mentira, pero creo que a todos los hombres
Unos más, otros menos, nos entra siempre la misma
Inquietud, la misma angustia... Pero tal vez
Sea justamente aquél el mayor secreto...

La necesidad de temer, para poder proteger...
Ese hijo que mes a mes se convierte en real..

Pues estás viendo cómo crece en aquél cuerpo
A la vez conocido y extraño, pues no reconoces,
Sobre todo al principio, los síntomas del cambio...
Sabes que ella está embarazada, por supuesto, y
Elevas los ojos al cielo con cada absurdo antojo...

Venganza, tal vez inconsciente, por las molestias...
Incluso te tomas con buen humor cuando te toca
Emprender una expedición de fresas con nata,
Noche sí, noche no, pues no le gustan del día anterior, y
Sospechas que lo está haciendo a propósito...

Aunque cuando te mira, con eso ojos hermosos,
Ves cómo desaparece tu enfado, y te vistes, y
Emprendes el camino hacia cualquier sitio que,
Contra todo pronóstico, tenga al menos las fresas...

Mas luego, cuando vuelves a casa dos horas después,
Observas, defraudado, que ella se ha quedado dormida,
Incapaz de despertarla... te comes las fresas... aunque las odias...

Vivir un embarazo es toda una experiencia, pues no
Existen dos mujeres iguales: unas no tienen antojos,
Rara vez piden helado de cabrales de madrugada,
Se conforman con arrasar con todo lo que hay en la nevera...

La mía... cualquiera sabe con qué me sorprende...
Espero que no sea algo que no tengan en el chino...

Todavía no hemos empezado a vivir aquella historia,
O tal vez todo esto sea un calentamiento psicológico,
Una especie de prólogo, de juego, de paradoja...
Tener ganas de antojo, sin conseguir el embarazo...

O quizás, yo necesite enfrentarme a mis temores,
Universales, me temo, de no ser lo bastante bueno...

Luego, te cansarás de antojos, de nauseas, de caprichos,
Exclaman los amigos con experiencia... Ya verás....

No les digo lo que pienso, que tener un hijo, incluso un
Embarazo, compartirlo con la mujer a quien amo,
Acaso sea la mayor aventura de nuestra vida...
Nada más... y nada menos, que crear desde la nada
Todo un ser humano, partiendo de un cachito de amor...

YO VIGILO TUS SUEÑOS

Sueño con tus labios, con tu sonrisa, con tu cuerpo...
El recuerdo se transforma en pesadilla,
pues no queda casi nada de ti, donde yo estoy.

La sombra de tu perfume me acompaña en mis noches,
en mis días, en mis tinieblas, en mis luces...

Yo te amo, lo sabes, aunque no te lo digo mucho...
Te he dado mi alma, y mi cuerpo, y mi piel...

Rozo tus labios con la punta de mis dedos, duermes,
y lentamente sigo la línea de tus ojos,
que se agitan bajo tus párpados...
Tú duermes, y yo vigilo, como siempre, tu sueño...
¿Sueñas conmigo? ¿Es una pesadilla, o una ilusión?

El alba hace bailar luces y sombras sobre nuestra cama,
y yo sigo la curva de tus labios, trazo arabescos
sobre tu cuello, y desciendo hacia la tibia piel de tu pecho...

Hace calor en el dormitorio, y solamente una sábana me separa de ti,
el camisón insinúa más cosas de las que esconde,
miro tus senos, siento el calor de tu piel cuando
los acaricio con la punta de los dedos, con mis labios,
tu cuerpo responde a mis caricias, y gimes suavemente...

Tengo ganas de hacer el amor contigo, y desaparezco entre las sábanas,
busco lentamente el calor en tus ingles, y te inflamas bajo mis labios,
y nos amamos lentamente, como si no hubiera nada más...

Y gimes tan fuerte, que sello tus labios con los míos,
y gozamos al mismo tiempo, entonces te despiertas... y me sonríes...
Nos quedamos abrazados algunos minutos, para recuperar la respiración,
bajo la luz del nuevo día... Nunca te ha gustado madrugar...
"Pero es siempre un placer que me despiertes tan dulcemente...
experimentando tanto placer, contigo..." y ronroneas como una gata
que busca un poco más de contacto, de amor, de erotismo, de ternura...

¡Dulces mañanas de Domingo, cuando los sueños se cumplen!

Y ENTONCES, DE TODO LO DEMÁS, ME HE OLVIDADO...

Quisiera volver a sentir, a soñar, como antes,
quisiera poder olvidar todas mis dudas,
quisiera pensar que todavía es posible,
quisiera creer que nada ha cambiado, mas...

Me estremezco al escuchar tu nombre...

Nunca más, afirmé, volveré a enamorarme,
nunca más, repetí, me dejaré sorprender,
nunca más, aseguré, tendré miedo al silencio,
nunca más, prometí, lloraré por una ausencia, pero...

Te enamoraste de mí... y yo de ti...

Siempre creí que existía un límite para el amor,
siempre creí que las diferencias no eran importantes,
siempre creí que con el tiempo llega la calma,
siempre creí que al final, podría olvidarte, pero...

La tormenta nos arrastró a tierras desconocidas...

Y me hundo en tus ojos hechiceros, verdes o castaños,
y escucho la dulzura de tu voz, susurrando en mi oído,
y acaricio, con la mirada, tus labios, y luego te beso,
y respiro aquél aroma en tu cuello, y sin embargo...

Exploro los recovecos de tu cuerpo... como la primera vez...

Y sueño, con verte de nuevo, cada noche,
y sueño, con esperarte escondido, robarte dos besos,
y sueño, con esquiar levemente, por todo tu cuerpo,
y sueño, con almacenar tantos hermosos recuerdos...

Comprobando que todo ello estaba justificado

Pues he visto que catorce años no son nada,
pues he amanecido más de dos mil quinientas veces a tu lado,
pues he acariciado tu cabello con mis labios,
pues he provocado tu despertar, y me has besado...

Y entonces, de todo lo demás, me he olvidado...

lunes, 18 de junio de 2012

EN EL FONDO DE TUS OJOS, ME BUSCO...

Tus ojos son verdosos, enormes, soñadores, almendrados, hechiceros,
prometen guardar fieramente mil y tantos mundos secretos,
que habitan en tu interior, en tu corazón, en tu cerebro...
son los fieles testigos de los cientos de veces
que has llorado por amor, desamor,
alegrías, tristezas, amargura,
pero también me hablan
de tus luminosos
secretos...


Tus ojos son los mensajeros de tu alma, de tus sentimientos, y por eso
unas veces transmiten todo el amor del mundo, como los ríos
desbocados por la inundación de felicidad que te ilumina,
y entonces, para mí no hay en el mundo mujer
más hermosa, bajo mis ojos, tu belleza crece
hacia el infinito, a los secretos confines
del multiverso... y cuando te miro,
y al mirarte, solo lamento,
que estés durmiendo...


Tus ojos, Fátima, son la ventana hacia mis sueños, pues en el fondo
de ellos me refugio, cuando tengo miedo, cuando me agobian
las pequeñas tragedias de la vida, también las grandes,
entonces, me acerco tanto, que consigo verme,
casi entero, en el espejo de tus pupilas,
entre el marrón y el verde,
que se vuelve grisáceo
y cambian con
el tiempo...


Pero tus ojos, tan cambiantes de puro inquietos, tan luminosos, se cierran,
sin embargo, cuando te beso, lentamente, y no puedo encontrar
en tu fondo mi reflejo... ¿Por qué se cierran los ojos al besar?
¿Es para dar libertad a la imaginación? ¿Para soñar mejor?
O tal vez por algo mucho más simple: que cuando
dos amantes se besan, el mundo sobra,
y nada importa, cuando los labios
se rozan, y destilan amor
secreto...


Ojos de mujer enamorada, de amiga, confidente, compañera, que tal vez ahora
guardan en su interior un secreto, el de una vida que comienza en tus
entrañas... Si los ojos nada esconden... Si son el espejo del alma,
¿Por qué no me cuentan, entonces, lo que más deseo?
¿Por qué me niegas ese conocimiento que ansío?
¿Quizás porque todavía no lo sabes?
Y mientras tanto, yo busco,
en tus ojos, la imagen
de nuestro hijo...

COMO PALABRAS VARADAS

Al girar la cabeza, rehúyes mi mirada,
que te busca, te sigue, te encuentra,
mientras disfrutamos de la mañana,
perezosa, de domingo, entre las sábanas...
Desde hace algunos días, quizás semanas,
ya sabes lo despistado que he sido siempre,
no me miras igual, ha desaparecido algo,
la chispa, en tus ojos negros y almendrados...

Tus ojos ya no me sonríen como antes,
ya no vive en ellos la chispa del tercer amor,
ni siquiera del segundo, ni del primero,
y la letra de tu nombre me quema en el hombro como el fuego, la tinta,
fundida con mi sangre, me cuenta historias
de desamor y de tristeza... Pero claro, si tú,
mi diosa, permaneces en culpable silencio,
¿qué hacer, para que me digas lo que te pasa?

¿Qué te ha pasado, qué nos ha pasado, mi vida,
para que se haya esfumado la verdadera magia?
Y mientras tú te arropas en las sábanas y finges,
lo sé, dormir... yo sé que estás mirando fijamente
algún punto en la pared, buscando respuestas
en medio de la nada, y permaneciendo callada...
Son tus silencios los que más daño me hacen,
esos desiertos llenos de palabras varadas...

Cansado de permanecer inmóvil a tu lado,
me levanto, y lentamente lo recojo todo,
sin cerrar la puerta por completo, voy al baño,
chorros de agua caliente y vapor borran las huellas
de otra noche de pesadillas y medias verdades,
pues con las brumas del sueño comprendo
que poco nos une y mucho, me temo, nos separa,
y nos dejamos llevar por la mutua indiferencia...

Te observo, desde la puerta del dormitorio,
y sé que no duermes, pues las lágrimas
mojan tus mejillas, y los sollozos desgarran
tu pecho... y yo, cansado de verte llorar así,
me siento a tu lado en la cama, me agacho,
despacio, y empiezo a acariciarte lentamente,
tu larga melena negra, tus blancos hombros,
hasta que te serenas, y me dices lo que más temo...

ENTRE SÁBANAS Y ALMOHADAS

Los sueños se deshacen como la nieve al sol,
En los extraños días en que noto tu presencia,
Vivimos, comemos, dormimos juntos, pero
Ya hay demasiadas cosas que nos separan,
Que nos impiden incluso mirar en la misma
Dirección, o sentir que formamos parte
De un “todo”, de una entidad que es superior,
Y más importante, que nosotros por separado,
Dos mitades de de la cama, con un vacío
En el medio, que casi nunca llenamos de besos…

Nuestros cuerpos ya no se buscan en el sueño,
Tal vez porque la cama es demasiado grande,
El edredón demasiado cálido, o porque el tiempo,
Ese gran asesino del amor, incluso del afecto,
Nos ha traicionado entre sus heladas garras,
Reclutando al espacio como necesario compañero,
Mitigando lenta pero inexorablemente la pasión
Que antes nos unía… hasta hacerla tambalearse…
Y de la efusión de los primeros años o meses,
Llegamos casi a la jubilación anticipada…

Sí, es cierto, permanece la ternura, el deseo,
El hacer planes de futuro juntos, la complicidad
De mirar juntos en la misma dirección, sabiendo
Que aunque no estemos comiéndonos a besos,
Por algún extraño motivo, se complementan
Nuestras palabras y nuestros silencios cómplices…
Y casi leemos en nuestras mentes la llamada
De los cuerpos, la palabra se vuelve susurro,
Y luego beso, y el gesto termina en caricia,
Y de ella renace otra vez el deseo, perezoso…

Muchas veces creo que necesitamos algo más
Que nos devuelva la complicidad y la ilusión,
Al menos, de los primeros años de novios...
No debe ser tan difícil, ¿verdad?, recuperar
La magia que sigue latiendo en nosotros,
Y se despierta, y nos sorprende, algunas noches,
Algunas tardes, pues ciertas siestas son gozosas...
Un proyecto en común nos une, es cierto, pero
Nunca está de más añadir más argamasa, de cariño,
Y que nuestras sábanas y almohadas se mezclen de nuevo...

TUS OJOS GRISES

¿En qué piensas cuando me miras?
¿Que secreto esconden tus ojos grises?
¿Por qué está triste tu sonrisa?
¿Me ves realmente como yo te veo?

No me gusta que sean tantas las dudas,
y tan escasas las respuestas de tus ojos,
que tus labios permanezcan sellados,
mientras mi corazón late muy rápido...

Quisiera que la punta de tu rosada lengua
se asomase entre tus pulcros labios,
en ese guiño hacia el pasado, tan presente,
donde los besos llenaban de silencio el aire.

Pero cuando te observo, rehúyes la mirada,
y bajando los párpados, recatada y esquiva,
me privas del milagro de dos soles en la niebla,
dos faros que me indican y recuerdan el camino...

Daría cualquier cosa retroceder en el tiempo,
recobrar las caricias, los mimos, los abrazos,
las miradas cómplices del primer amor...
o la extraña y culpable sensación del último...

Tus ojos me guían a la tierra del olvido,
a los páramos de la desolación sin tu amor,
pues sé que no habrá más penas ni olvido...
porque todo terminó ya entre nosotros...

¿Quién tuvo la culpa? ¿Fuimos tú o yo?
¿Quién comenzó la guerra de silencios?
Poco importa ahora, cuando escribimos
el último capítulo de nuestra historia...

DEL COLOR DE LA ROSA

Te prometí una rosa
todos los martes de nuestra vida
pero nunca hablamos
de las espinas...

Rosas rojas
de pasión y deseo y sudor
al principio, como símbolo
de nuestro amor...

Fragantes flores de terciopelo
anunciando el comienzo
de la nueva vida,
nuestro hijo...

Cálidas rosas amarillas,
cuando el amor
se convierte
en rutina...

Frías rosas azules
de martes alternos,
por los sentimientos
que se fueron...

Y ahora, ya muerta,
deposito, con amor,
rosas rojas
en tu tumba...

PALABRAS MUERTAS

Ser valiente por última vez...

Ser sincero, para variar el guión,
y confesarte mis sentimientos...

Cae la última hoja del otoño,
y con ella se termina algo más,
nuestro amor y nuestra vida...

Demasiados inviernos gélidos,
con las corrientes de aire
que emanan de nuestras bocas,
convertidas en palabras muertas...

Demasiados silencios en los labios,
con verdades que pugnan por salir,
y mentiras que anidan en el alma,
los corazones ya no laten a la par,
sino cada uno, con su ritmo lento...

No más falsa pasión, dicen...
se terminaron las imposturas,
las falsedades, los miedos,
sobre todo, a la maldita soledad,
que tanto hechiza mis pesadillas,
convirtiéndolas en absurdos sueños...

Terminan pues las buenas palabras,
triunfan las malas obras, el egoísmo,
las acusaciones en furibundo silencio,
porque ya no puedo más, de verdad,
estoy harto, cansado, vacío, muerto...

Seguir más tiempo, sin que nada cambie,
salvo a peor, es un criminal suicidio.
el de la esperanza en un mañana mejor,
y ya no puedo engañarme más tiempo...

Alienarme con el trabajo ya no funciona,
nada me puede sacar del marasmo,
de la rutina de la tristeza y del tedio...

Por eso, prefiero marcharme, igual que vine,
con el viento en pleno invierno...

Solo te digo una cosa, mi amor: adiós...

LA TRAMPA DE TUS OJOS NEGROS

Susurras en mi oído tiernas palabras,
me hablas de futuros, de amores,
de sueños, de planes, de realidades,
siento tu cuerpo desnudo, fresco,
pegado a mi espalda, y tus manos,
traviesas, trazan arabescos en mi pecho...

Intentas que todo sea igual que antes,
que no haya cambios en la vieja rutina,
que se cumplan los tiempos y ritmos
del antiguo y hermoso cortejo amoroso,
incluso has preparado velas aromáticas,
y baño de espuma y música suave...

Pero lo siento, querida, esta noche,
soy yo quien no tiene ganas de nada,
incluso si mi cuerpo te desea, motivado,
no pasa lo mismo con mi alma, mi mente...
No sigas así, no lo intentes, no puedo...
otros pensamientos nublan mis sueños...

Demasiadas cosas me distraen para caer,
una vez más, en tu dulce juego, y no quiero,
hundirme en tus inmensos ojos negros,
pues si lo hago, ya no tendré fuerzas, lo sé,
para decirte que ya no te quiero como antes,
y desaparecida la magia, solo queda el cuerpo...

Pues el amor es una planta, y necesita riego,
y poda, y abono, y mimos, y besos, ternuras,
mil cosas, pequeñas y grandes, que en ti,
cariño, ya no encuentro... Y me asfixio, me muero,
de pena, y soledad, estando contigo... Pero nada
te digo, pues caigo en la trampa de tus ojos negros...

Intentaré acumular fuerzas, para hablar contigo,
otra tarde, otra noche, y decirte lo que siento,
buscaré el modo de avivar las viejas ascuas,
y las palabras que necesito, y los gestos...
Pero será otra noche, pues el agua está caliente,
y las velas iluminan dos amantes en el espejo...

LA ÚLTIMA LÁGRIMA

Pálida imagen de un recuerdo otoñal, tu cara,
Radiante incluso a media luz, evocando la
Inocencia perdida y la fragilidad...
Ninfa grácil que se aleja, para siempre,
Con tanta ternura como puedo,
Espero poder decirte "Adiós",
Simplemente esa palabra,
Adiós, Princesa...

Bien sabes tú, hermosa gacela,
El afecto que sentía por ti, el cariño,
Ángel de la media tarde...

Hacia el olvido, en el fondo, no había
Otra opción, y eso lo supe siempre,
Y sin embargo, por unos minutos, lo olvidé...

Mi alma ha cambiado tanto, por ti, por mí,
Especialmente, he recuperado la tinta y la sangre...

Desde el Purgatorio te escribo estas líneas,
Enviadas, como siempre desde el corazón...
Seguiría queriéndote, a mi manera....
Pero me he cansado de sufrir, de sentir,
Incluso de soñar o imaginar, no puedo más...
De todas formas, mi alma ya está seca,
O debería estarlo, ya no tengo ni piedad...

Daría casi cualquier cosa por verte de nuevo,
Estar junto a ti... y decirte "Adiós"...

Tus principales armas siempre fueron tu aspecto
Inocente, tu increíble sonrisa, y tu mirada...

Para mí, has sido un gran misterio, un reto,
Adorable, lejano, extraño, pero una incógnita...
Recordar una y mil veces tu sonrisa, cada gesto,
Al mirar tanto tu foto, se ha desgastado...

Sin embargo, hoy me despido de ti, Princesa...
Incluso he quitado tus fotos, los recuerdos,
Empezando por tu nombre en la gaveta,
Mil pequeñas huellas de lo que nunca fue,
Prefiero borrarte, pues no tiene sentido
Rumiar una y mil veces tanto silencio
En el final de una etapa que jamás empezó.

Adiós, por lo tanto, Princesa, esta vez,
Deseo alejarme yo... aunque me duela...
Indudablemente, es lo mejor, olvidarte,
Organizando los buenos recuerdos, y los malos...
Solo me queda una última lágrima... Se fue...

BESANDO SOMBRAS

Besando sombras, ese es mi pasado,
buscando alguien, y encontrándolo,
para luego, finalmente, darte cuenta
de que te has terminado perdiendo
a ti mismo, tus ideas, tus tristezas,
todo aquello que era y es importante,
al menos para ti, en las propias raíces
de tu personalidad, de tus sueños...

Perderte para encontrarte de nuevo,
esa y no otra es la paradoja del amor,
que si bien en teoría debe alcanzar
el mágico cincuenta por ciento, luego,
esa paridad no se consigue ni siquiera
en los momentos de mayor entrega y
sensibilidad, cuando los cuerpos se juntan
y las almas tienden a separarse después...

Que no te engañen, pues, hablándote
de amores siempre correspondidos,
de paraísos artificiales para los dos,
de mundos por descubrir, por vivir,
pues uno de los secretos de ese amor,
tan único y especial, tan romántico,
es que si no hay entrega mutua,
en el fondo, no hay nada de nada...

Lo siento, pero no me van las relaciones
unidireccionales, donde alguien lo da todo,
alma, sueños, esperanzas, futuro, presente,
con la esperanza de conseguirlo también
todo de aquella persona tan especial...
negándose a ver que nunca conseguirán
aquello que más necesitan: sentirse amados,
tal y como son, por lo que son, y nada más...

Por ello, la única medida que hay en el amor
no es solamente amar sin medida, sino más bien
amar al cincuenta por ciento, recibir tanto amor
como das, pues no hay cuerpo ni alma ni corazón
que aguante tanta entrega, sin recibir algo,
lo que sea, ternura, besos, pequeños gestos,
que te hagan sentir mejor, más completo,
más en paz contigo mismo, y con más fuerzas...

No digo que sea fácil reconvertir una relación
estéril, desequilibrada en su proporción amorosa,
en otra cosa... Pero sí te aseguro que vale la pena
intentarlo, dar el paso, sentarte a hablar, escuchar,
explicar cómo te sientes, y por qué, y desde cuando,
y juntos, bucear por la memoria hasta el punto
donde os separasteis, y retomarlo todo allí...
Cualquier cosa es mejor que seguir besando sombras...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...