viernes, 25 de noviembre de 2022

123. CUANDO LLEGAN LAS LÁGRIMAS

 Algunas veces, sin darte cuenta, 
llegan las lágrimas más amargas,
de esas que surgen de lo más profundo,
sin motivo aparente, pero allí están,
rielando con lentitud desde los ojos,
como si fuera un torrente seco.

Son lágrimas que todo lo pueden,
que rompen fachadas de fuerza,
que saben esperar al momento oportuno,
cuando por fin te has quedado solo,
aunque sea por unos instantes de nada,
o bien aunque la gente te rodee...

"Se me ha metido algo en el ojo",
"Sin duda es por la alergia al polen",
"Cuánto pica este chile", dices, 
o cosas similares, si tienes gente delante,
y no deja de ser una gran muestra de confianza
el dejarte llevar, el mostrarte débil y humano.

Una película, una imagen. El recuerdo
que te persigue de la persona amada.
Ese abrazo que te estás muriendo por recibir.
Las palabras que silencias entre tus labios.
Una caricia, una mirada, un gesto, una idea,
más quien está a tu lado que quien las provoca.

Esa corriente que se genera entre dos personas,
amante, amigo, poco importa, cuando surgen,
imparables, las lágrimas, que unen, que sanan,
que salvan, que demuestran la humanidad,
y que se refugian muchas veces en el recuerdo,
de otro tiempo, de otro lugar, que parece mejor.

Hoy lloré así por mi padre, en la soledad,
en el silencio, de mi dormitorio de siempre.
Veinte años después de su muerte, en casa,
le seguimos añorando, necesitando, soñando,
y el tiempo, destructor, se ha llevado el recuerdo
del sonido de su voz... pero no el de su risa...

Hoy, quizás más que nunca, mi bella dama,
habría dado cualquier cosa por estar a tu lado,
por abrazarte hasta que se fueran las lágrimas,
por compartirlas sin miedo ni vergüenza,
por refugiarme en tus ojos castaños,
y beber la vida entre tus labios...

viernes, 4 de noviembre de 2022

122. NADANDO ENTRE DOS AGUAS

Contigo, mi bella dama, me muevo en el silencio,
sin palabras voy tejiendo mi red, y preparo,
como la araña, la tela para capturarte al fin.

Es una sensación extraña, y lo sabes,
el no poder leer tus pensamientos en la distancia,
el lanzar mis naves contra el océano del silencio.

Soy como el náufrago, nadador entre dos aguas,
arrastrado por las mareas hacia los arrecifes,
pero al mismo tiempo, feliz de tocar tierra.

Las corrientes me traen y me llevan,
desde las lágrimas de tus ojos, hasta el Paraíso,
ese objetivo misterioso, de tus labios.

Porque solamente cuando sueño, soy feliz,
desaparecen las barreras, y cada noche,
me pierdo entre tus sábanas, en tu regazo.

En sueños, te beso, te abrazo, te acaricio,
me dejo llevar por la promesa que late,
confiada, entre sus senos, entre tus piernas.

Y vivo, y muero, por tenerte a mi lado,
por mirar juntos los bosques de la Alhambra,
por acariciar tu melena pelirroja, desordenada.

Daría cualquier cosa por perderme en tu mirada,
por observar mi imagen invertida, antes de besarte,
y que tus labios se abrieran bajo mi lengua.

Y te abrazo, en la distancia, en el tiempo,
en el todo y en la nada, y cada noche,
como un ladrón, me meto entre tus sábanas...

jueves, 3 de noviembre de 2022

121. BUSCÁNDOTE...

 He seguido tu rastro por los valles del sueño,
y he ascendido las más altas cumbres de la soledad.
He hablado con Ella, la de los mil nombres,
y le he prometido el alma por estar a tu lado.

He dormido junto al león mágico de Narnia,
he viajado con Sir Lancelot en pos del Grial,
he afrontado a las Sirenas con Ulises,
y vencido al Monstruo de Los caballeros de la Tabla Cuadrada.

En todas partes he encontrado tu rastro,
pero en ninguna de ellas conseguí besarte,
tus labios siguen siendo la gran incógnita,
el sabor de tu boca, ese enorme misterio.

Te encuentro, en la umbría del Bosque de San Andrés,
entre las piedras del Paseo de los Tristes,
y en el Patio de los Leones, ellos proclaman tu nombre,
desde el Mirador de San Nicolás veo tu melena pelirroja.

Porque todo me habla de ti, desde las canciones de Marwan,
hasta los peligros de estar cuerda, de Rosa Montero,
sin olvidarnos de Félix García Modroño,
pero también las locas historias de Mathias Malzieu.

Nos unen, ese puente de palabras compartidas,
te encuentro entre las páginas de los libros,
en las extrañas músicas que escucho mientras te escribo,
y los sueños de largas noches de vigilia.

Y te escribo, con tal de sentirte cerca, y al mismo tiempo,
te voy creando, porque vives en mi memoria, protegida,
de la enfermedad, de la soledad, de la tristeza, de ti misma,
y los tristes versos te acompañan cada día...

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...