domingo, 27 de agosto de 2023

133. Hacia otros horizontes

En la madrugada, te busco,
y como siempre, no te encuentro.
Un producto de mi imaginación,
un sueño tal vez, una pesadilla.

Ya no asomas al otro lado del espejo,
no escucho tu voz en el viento del Norte,
ni me viene el aroma de tu melena,
ni siento tus lágrimas en mi cuello.

Todo ha terminado, lo sé, pero...
perduran los recuerdos de lo imaginado,
los sueños que no compartimos,
los viajes que nunca hicimos.

Los besos que nunca te di,
las palabras que no salieron de mis labios,
las veces que no sequé tus lágrimas,
cuando nunca me dijiste que me amabas.

Lo habría dado todo por ti, ¿lo sabes?
Quizás tendría que haberlo hecho,
abandonarlo todo por una ilusión,
y empezar una nueva vida, tan lejos.

El viento del ocaso me trae tu nombre,
el recuerdo de unas pocas horas juntos,
los libros que compartimos en la distancia,
las películas que vimos juntos pero separados.

Por más que lo intento, no puedo olvidarte,
y noto esa familiar opresión en el pecho,
y siento tu dolor, tu tristeza, tu ansiedad,
incluso ahora que nada tiene remedio.

Quizás en otra vida, tú me habrías querido,
nos hemos separado, pero perduran
aquellos poemas que nacieron para ti,
y las cartas que nunca tuvieron respuesta.

Con el tiempo, aprenderé a quererme,
a valorarme, a cuidarme, a respetarme,
completando el proceso que comenzó
cuando por fin te dije adiós.

Otros amores vendrán cuando me sienta listo,
otras voces pronunciarán mi nombre,
otros labios besarán mi cara, mi cuello,
otras mujeres llenarán el inmenso vacío.

Y yo seguiré buscando respuestas
en el fondo de otras miradas inocentes,
en los sabores secretos de otra mujer,
mientras recorran mis labios su piel desnuda.

Y aprenderemos a estar juntos pero separados,
a darnos por completo, a vivirnos, a sentir,
a compartir sueños y paseos bajo la luna,
a descubrir en el otro que somos uno...

Somos barcos fantasmas que navegan en la noche,
que comparten aventura durante un tiempo,
luego regresan al puerto seguro, a sus vidas,
para encontrarse de nuevo en el horizonte.


139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...