jueves, 25 de abril de 2019

107. ÍNTIMA TENTACIÓN


La tentación existe al otro lado de la pantalla,
esos ojos miopes que me miran en la distancia,
el sonido de tu voz adormilada en el teléfono,
el tacto imaginado de tus manos sobre mi piel.

A veces merece la pena luchar contra molinos
si van a acercarme la presencia de mi amada,
pequeños trucos de truhán algo loco,
llevado por la tentación y mil ideas desatadas.

No sé qué me cuesta más, si amarte y olvidarte,
o soñarte cada noche hasta la madrugada,
entre mis sábanas y mantas me acompañas,
cuando por fin escapan de la cárcel mis pensamientos.

Es el ansia por besar tus cárdenos labios,
de abrazarte hasta que se pasen mil miedos,
y notar tu cuerpo bajo mis labios, la caricia,
casi con miedo, de tus dedos sobre mi piel.

En sueños, nos hemos amado mil y una veces,
y con la mañana, he sido arrancado de tu lado,
me he despertado con la respiración acelerada,
con la huella de tu cuerpo sobre mi piel.

Tentación, la fruta prohibida siempre es mejor,
más jugosa, con mil virtudes escondidas,
los amores imposibles son más interesantes,
y en la madrugada se realizan todos los anhelos...

Y yo, mortal dispuesto a caer en tus brazos,
a dejarme llevar por la felicidad y el miedo,
con el corazón en vilo, el amor por bandera,
y el sabor de tus labios murmurando una promesa...

miércoles, 24 de abril de 2019

106. SUEÑOS DE MADRUGADA

Vivo esperando que llegue la madrugada,
porque solo entonces soy libre de soñar
con perderme entre tus brazos, en tu mirada,
recorrer tu cuerpo con los labios, los dedos,
y piel contra piel, descubrir otros mundos,
en los que todo es posible, incluso amarte.

Durmiendo, compartimos la vida, la muerte,
quien sabe si otras realidades distintas,
mi alma se une a la tuya, en cruel torbellino,
me pierdo en tu mirada, me refugio en tus labios,
juego con tu melena, acaricio tus mejillas,
y trazo arabescos en la piel de tu espalda.

Sueños, pequeñas parcelas de realidad,
retazos de amores, pequeñas leyendas
que te cuento al oído al anochecer,
para que te hagan compañía, y luchen,
contra los dragones que te atormentan,
San Jorge enamorado de la dragona.

Tan lejos, y sin embargo, tan cerca,
cuando todo es posible de madrugada
unidos por el misterioso tejido etéreo
que ampara a los amantes, les consuela,
mezcla de amor, amistad, deseo y lujuria,
pero deseando fundirnos en ese único beso.

Sueños, que se esfuman con el cruel despertar,
abriendo los ojos a la realidad cotidiana,
cuando segundos antes notaba tu cuerpo
pegado al mío, bajo las mantas, y tu cabeza
reposaba sobre la almohada, tus labios se abrían...
Y nos fundíamos en ese beso, tan anhelado...

105. ENTRE SUSURROS

A pesar de mil y un silencios,
de las charlas que no tuvimos,
de los abrazos sin robar al viento,
continúa el pequeño gran juego,
done todo es posible entre nosotros,
incluso la esperanza de un hoy,
de un presente incompleto,
en el que estamos juntos.

Y voy lanzando mis besos al aire,
mensajeros de mañanas dispersos,
pequeños testigos de amores
donde ya no se distingue
quién ama y quién es amado,
porque tampoco está nada claro
el límite de almas y cuerpos,
ni dónde empiezan tus labios.

Sueños, lo único que tenemos,
lo que nos separa y nos une,
los presentes poco satisfechos,
los mañanas inexistentes,
cuando no existe el tiempo,
únicamente la distancia,
dos ciudades, dos silencios,
y el dolor de las ausencias.

Seguimos navegando entre susurros,
cuando las palabras ya no sirven,
las esperanzas se quedan cortas,
las caricias se resisten a nacer,
los labios no acarician tu piel,
los abrazos naufragan solitarios,
y mi alma clama en el desierto,
por estar tan lejos de tu mirada...

jueves, 18 de abril de 2019

104. MANOS


Manos que acarician
la curva de tus senos;
Manos que rebuscan
las migas del deseo.

Manos que sueñan
con mañanas tan diversos;
Manos que exploran
de tu cuerpo universos.

Manos que se engarfian
en los nudos de tus cabellos;
Manos que transmiten
mil y un sentimientos.

Manos que te besan,
dotadas de cien labios;
Manos que te sueñan
a pesar de tus silencios.

Manos como huérfanas
de tus abrazos y besos;
Manos que te escriben
cien poemas y versos.

Manos que lanzan al viento
coronas de flores y anhelos;
Manos que te persiguen
a través de los tiempos.

Manos que te amparan
cuando llegan los lamentos;
Manos que te cobijan
de todos los miedos.

Manos que te cuentan
historias en silencio;
Manos que te amparan
en pesadillas a cientos.

Manos que te aman
en cualquier momento;
Manos que te desean
desde el silencio…

Manos…

103. BESOS AL VIENTO



Como las lágrimas desprendidas de tus ojos
mis manos vuelan a tu encuentro, ingrávidas,
atravesando el espacio y el tiempo,
para aportarte el magro consuelo
de los viejos amantes despechados.

Hace ya varios años que empezó el sueño,
primero un juego, luego un lamento,
ahora quién sabe qué extraño movimiento
nos hizo encontrarnos al otro lado
de la pantalla, del mundo, de la realidad,
bastaron unas cuantas conversaciones,
por la tarde, por teléfono, unos atardeceres,
nuestras vidas se fueron ligando,
como en un trasnochado cuento de hadas…

Desaparecieron las palabras,
llegaron los silencios, pero seguimos adelante,
como burros con anteojeras, como esclavos
de la nada y del viento, y ahora,
nada existe más allá de tus lágrimas,
de tu voz en el teléfono, de mis versos,
de tantos recuerdos reales o imaginados,
de los libros que compartimos a distancia,
de las películas que nos enseñaron
que todo era posible, para los amantes.

Y te sigo lanzando besos al viento,
envueltos en versos, entre mil silencios,
y te sorprendo con pequeños regalos,
siempre pendiente, siempre presente,
siempre a tu lado en la cruel distancia,
envolviéndote en un protector capullo
como la ninfa o crisálida que nacerá
a su debido momento, entre mis brazos,
cuando de tus labios recolecte el primer beso.



sábado, 6 de abril de 2019

102. TE HE BUSCADO

Llovía esta tarde en Madrid,
y las lágrimas del cielo disimulaban
las que corrían por mis mejillas,
el calor llamando al frío interno,
la soledad amarga me perseguía.

Buscando tu reflejo en los charcos,
no alzaba la mirada, y la capucha,
negra, todo lo limitaba.

La realidad, sin ti, carecía de sentido.
Pero yo te seguía buscando.

En el agua sucia de los charcos,
con los restos de gasóleo
formando precarios arcoíris.

La sonrisa de una desconocida
tras el ventanal de un bar
me hablaba de tu ausencia.

El doble silencio de las calles,
con el oído desconectado tras volar
hacia otras realidades, mas no hacia ti,
me aislaba aún más que de costumbre.

Esas tontas ganas de cantar bajo la lluvia,
para que lo haga con más fuerza,
el repicar del granizo sobre el impermeable,
los pies de la gente al correr
buscando un refugio inexistente...

Y yo, a cada paso, más lejos de ti,
más perdido, más solo, más triste,
deseando con más ganas ese abrazo,
esos besos, tus caricias y tus manos,
pequeños milagros de la vida en común
que nos han sido negados por el tiempo,
por la distancia, por tus miedos...

Te he llamado entre océanos de tiempo,
te he buscado, incansable, para encontrarte,
refugiada en las líneas de un poema...

miércoles, 27 de marzo de 2019

101. PERDIDO EN TU SONRISA

Y te busco, incluso en los límites del cuento,
en las rimas del poema, en la música silenciosa,
y te encuentro en la sal de tus lágrimas,
en la flor de tu sonrisa amarga,
en las comisuras de tus labios,
en tu voz al otro lado de la línea,
en el brillo de tus ojos en las fotos,
en tantos "te quiero" no pronunciados,
en cada pequeña muestra de afecto,
en la camiseta que roza tu piel al levantarte,
en la toalla con la que te envuelves tras la ducha,
incluso en los calcetines rosas para el frío,
o en la mirada del oso de peluche de tu mesilla,
en las líneas de los libros no leídos,
o en los restos de los poemas que te escribo...

Te busco y te encuentro en todas partes,
en la arisca realidad que nos separa,
en el marasmo de promesas incumplidas,
en los viajes que nunca hice para verte,
en la reserva de hotel anulada en Madrid,
en el medio de tu silencio triste y amargo,
en todos los besos que no pude darte,
en mis manos acariciando tu cara,
en los lánguidos paseos por tu piel,
en la imagen en mis sueños salvajes,
en los árboles del Paseo de los Tristes,
y en los jardines de la Alhambra...

Y perdido en tu sonrisa hechicera,
sueño con besar aquellos labios,
en algún lugar del tiempo y el espacio,
mientras me esfumo entre las tinieblas,
y me sumo en la nada de tu ausencia...

sábado, 23 de febrero de 2019

100. MISIÓN CUMPLIDA


Cien poemas te prometí,
de esto hace ya varios meses,
mi bella y triste dama,
para decirte cuanto te quiero,
para demostrarte con palabras
que nada es imposible,
que el amor triunfa siempre,
que no hay límites en el sueño,
que estamos juntos en la distancia,
que solo nos separa el tiempo,
que solo nos unen los besos.

Y poco a poco, mis palabras,
tus poemas, han ido naciendo,
engarzándose como mudos testigos
de un amor entre las nubes,
de tantos sentimientos nuevos,
para llegar hasta tus manos,
convertidos en papel y tinta,
hijos de mil y un sueños,
de tantos sentimientos reprimidos,
como un largo y triste lamento,
pues con este último verso,
me despido de ti, mi bella dama,
hasta el próximo reto…

99. EN LA MADRUGADA


En el silencio de la madrugada,
mis labios buscan tu cuello,
como una nave en puerto seguro,
como el cachorro en mitad del sueño.

Y tú te das la vuelta dormida,
y me quedo mirando tu cuerpo,
valles y sombras bajo las sábanas,
campo de batalla sagrado y secreto.

Así, en reposo, pareces feliz,
lejos de la vida y sus misterios,
en un lugar donde el dolor no existe,
ni tampoco distancia ni tiempo.

Tantos años juntos pero separados,
tanto tiempo soñando contigo,
y al final compartimos lecho,
y te siento a mi lado en el sueño.

Sueños, en el fondo, todo lo que tengo,
me cuesta distinguir la realidad,
pero estando por fin a tu lado,
el mundo cabe entre mis brazos.

Te miro, y me sonríes, dormida,
mis labios buscan los tuyos,
poco a poco te despierto,
y nos amamos en la alborada.

Nuestros cuerpos se buscan,
sedientos, y se encuentran,
entre las sábanas revueltas,
en los límites de la realidad…



viernes, 22 de febrero de 2019

98. LA LLAVE DE TU CORAZÓN

A veces me siento como un caballero andante
en pos de un dragón danzarín o de una princesa,
rebuscando en mil baúles de los recuerdos
la llave que abre las puertas de tu corazón.

A base de poemas, de libros, de cuentos,
con ciento y pico canciones y varias películas
me voy acercando al preciado objetivo,
venciendo las últimas defensas doloridas.

Si enamorarme de ti fue una sorpresa,
el paso del tiempo solamente ha fortalecido
mis más ocultos sentimientos e ideas,
arrastrándome por caminos desconocidos.

Nada hay más duro de vencer que el dolor
de quien tanto ha sufrido, pues no confía,
no se permite soñar con algo distinto,
con un mundo de dragones buenos.

Eres la reina de mis mundos de tinta,
la musa lejana pero tan necesaria,
la voz encapsulada en un mensaje,
la foto radiante en la pantalla del móvil.

Presente incluso en mis sueños más secretos,
a veces me despierto en mitad de la alborada,
justo en el momento en que nuestros labios
se unen, se confunden, en un largo beso.

Llevado por la imaginación, te escribo,
y cada poema es un testigo amoroso,
quizás la única forma de estar a tu lado,
de hacer que se esfumen distancia y tiempo.

Todo habría sido mucho más sencillo
de compartir ciudad y calles, río y cielo,
incluso la Alhambra te acabaría gustando
de tanto recorrerla de la mano conmigo.

Pero mientras tanto solo nos quedan
vidas separadas, pero los mismos sueños,
y momentos donde sobran las palabras,
y se deja hablar... a los versos...

97. EL SONIDO DE TUS LÁGRIMAS



A través de la oscuridad de la noche,
grabado en un mensaje de voz,
me llega el sonido de tus lágrimas,
las palabras entrecortadas
cuando intentas poder respirar.

Y te imagino llorando a solas,
en la oscuridad de tu habitación,
tumbada en la cama de noventa,
mientras suenan las campanadas
en el reloj del salón comedor.

Daría lo que fuera por estar
esta noche a tu lado, mi dama,
y poder abrazarte mientras lloras,
dejando que la camisa se empape,
al mismo tiempo que se va tu dolor.

A veces los gestos dicen más
que las selectas palabras de amor,
y con un simple abrazo nos basta
para reconstruir nuestro mundo
y encontrar respuestas secretas
en medio de la soledad.

Pero yo no puedo estar a tu lado,
una vez más, cuando me necesitas,
maldita distancia inclemente,
que sin embargo sirve de acicate
para escribirte poemas de amor…


miércoles, 20 de febrero de 2019

96. DOS CARAS DE LA MONEDA

Algunas veces pienso en mis otros amores,
en lo distinto que es todo esta vez,
cuando la fascinación surge de esta manera,
a través primero de mensajes de texto,
y luego de la magia de tu triste voz.

Más distinta no puedes ser
de la última mujer que amé, y que me destrozó,
que se llevó lo mejor de quince años,
una segunda familia, muchos recuerdos,
y que encima me cambió tanto,
que antes de poder conocerte
tuve que reconstruirme de cero.

Encontré refugio en las letras, y luego,
a su debido tiempo, a fuego lento,
te encontré a ti, mi bella dama silenciosa,
la dueña de mis versos, de mis pensamientos.

A través de la entrega de mis sentimientos,
volví a encontrar mi camino, mis sueños,
y a compartirlos si es posible contigo.

Hemos tejido una telaraña de recuerdos,
hecha de música, de libros, de películas,
que me hacen sentirte más cerca
cada vez que necesito tu aliento,
cuando me pesa demasiado tu ausencia.

Pero añoro tantísimo los viejos tiempos,
cuando me llamabas cada noche,
antes de cenar, desde tu casa,
y la comida se enfriaba sobre la mesa,
y mi familia se quejaba en vano,
y me preguntaba si tenía para mucho...

Eran llamadas de media hora, tres cuartos,
y lo planeaba todo en función de ellas,
robándole incluso horas al sueño,
por escuchar tu mágica voz,
cuando lo que menos importaba
eran las palabras, o los silencios,
sino el sentirte cerca de mí...

Ahora me alimento de mensajes de texto,
aplaudo cuando escucho tu voz,
y te llamo de vez en cuando, en vano,
para sentirte más cerca, a mi lado,
en el desierto de los nuevos tiempos...

95. UN EXTRAÑO BESO

Y siguen pasando los días
plagados de tus silencios,
esa ausencia llena de presagios,
esos dolores que van naciendo,
cuando ni lees los mensajes,
y olvido el sonido de tu voz;
y tus letras no llenan la pantalla;
y tan solo me queda el vacío.

Pero yo no me rindo, y lo sabes,
y sigo creando telarañas de versos,
para que cuando las leas sepas
hasta qué punto te quiero.

Me resulta un poco extraño
escribirte a través del tiempo,
cien poemas nada menos,
todo un libro para tus ojos.

Poemas que tendrás que leer
lentamente y a sorbitos,
porque en ellos te voy desvelando
todo lo que amo, sueño y pienso.

Y tú, en la distancia, en el silencio,
eres a la vez la musa inefable
y la mujer amada, la amiga,
que un buen día se lanzó
a intercambiar el primer saludo.

Aquí me tienes, años más tarde,
enamorado como un adolescente,
pero con las heridas del perro viejo,
escribiéndote versos de madrugada,
a la luz de las velas, y con incienso,
como si fuera el principio
de un libro de bellos cuentos...

Salvo que son versos los que nos unen,
y las palabras se elevan en el viento,
y te buscan en la distancia,
y te rodean mientras las lees,
reposando quizás el libro en tu pecho,
antes de llevártelo a los labios,
en un extraño y mágico beso...

domingo, 17 de febrero de 2019

94. EN LOS LÍMITES DE UN VERSO




Y te busco entre tus silencios,
el rastro de tu sonrisa
en las agujas del reloj,
El sabor de tus lágrimas
cuando lloras sobre la almohada
cuando nadie te ve.
Y te sigo la pista en el aire,
el leve rastro de tu perfume
me indica el camino.
De repente, tu risa,
desde la otra esquina
del mundo conocido.
Vivo por aquellos momentos
que tú ni siquiera valoras,
y que para mi son todo.
Incluso por el doble check
de tus mensajes de whatsap
se alegra mi tarde.
Y cuando escucho tu voz
en un pequeño mensaje
me siento poderoso.
Me enfrentaría incluso
a mil princesas guerreras
para salvar a un pobre dragón.
Vivimos separados pero juntos,
a la distancia de un susurro,
en los límites de un verso…


viernes, 8 de febrero de 2019

93. EN LA ENCRUCIJADA



Entre tus silencios y mis tristezas quedan pequeños caminos
que va llenando la soledad y labrando la indiferencia,
convirtiéndose en minúsculas barreras
que poco a poco nos van separando,
como una hormiga hacendosa en busca de su nuevo nido.

Y tú no te das cuenta de lo que pasa, das por hecho
mi amor incondicional, como si fuera eterno,
pero hasta el aire quiere correspondencia.

Y por eso me siento solo, y me quejo,
te mando mensajes que ignoras cortésmente
desde tu sagrada altivez, y me siento
como el cachorrito que pide mimos de su ama,
y no me gusta, mi hermosa dama.

Que necesito quererte es algo que tengo
a estas alturas, muy asumido, como tu cariño;
pero sin embargo, en ocasiones, necesito más,
una palabra amable, un beso al viento,
una lágrima quizás, el sonido de tu risa,
la caricia de tu voz al otro lado del teléfono…

Pequeñas acciones, diminutas muestras
de tu interés, de tu afecto, de tu amor,
porque algunas noches, como en esta,
la soledad se vuelve demasiado fuerte,
y las palabras nacen sin pensar,
y trazan pequeñas verdades incómodas
sobre el negro teclado…

Pequeños mensajes que piden socorro,
cuando el peso de la realidad es demasiado,
cuando la soledad oprime más que de costumbre,
y los pequeños castillos de palabras,
de papel y de tinta, empiezan a derrumbarse…



domingo, 3 de febrero de 2019

92. Y TE ENCIERRAS

Y te encierras en tus silencios,
y yo me empiezo a morir
un poquito, por dentro;
y las palabras nacen
en la punta de mis dedos,
y crean mensajes sobre el teclado,
buscando verdades falsas
o mentiras verdaderas,
otros mundos de tinta
en los que ser distinto,
no más guapo o más alto,
pero en todo caso,
más feliz a tu lado.

Y miro tu foto en el móvil,
esa nueva que tanto me gusta,
con tu crespa melena al viento,
el mar al fondo, ese increíble cielo,
y sonríes de perfil, a la vida,
y de alguna manera te siento,
más viva, más cerca, más feliz.

Quisiera ser yo quien te hizo
aquella tarde, la foto,
o el destino de tu sonrisa;
quisiera poder robarte ese beso,
con el que tanto sueño,
como víspera de un abrazo
de esos que pegan los cuerpos;
y poder mirar juntos al mar,
donde todo es posible,
donde nada es eterno...

Ni siquiera el amor...

viernes, 1 de febrero de 2019

91. TRES ABRAZOS, DOS SONRISAS, UN BESO

Tantas y tantas noches juntos, al filo del tiempo,
cuando la distancia se esfuma entre nosotros
y lo único que queda son dos corazones
latiendo al mismo tiempo, con un sueño,
con un ansia loca de estar juntos,
al margen del espacio y del tiempo,
y lo único que nos falta para estar vivos,
son tres abrazos, dos sonrisas y un beso.

Y con todo ello sueño cada noche,
al cerrar los ojos cuando la realidad
me pesa demasiado para seguir despierto,
buscando refugio a tu lado, en tu piel,
como si no hubiera un mañana, un destino,
nada al margen de las dulces fantasías
que vivo contigo al cerrar los ojos.

Porque todo lo que escribo es un simple,
aunque hermoso, espejismo de lo que pienso,
de todas aquellas cosas que me gustaría decirte,
pero que me faltan las palabras cuando hablamos
por teléfono al filo de la noche, y me callo,
y me dejo llevar por mil pequeñas historias,
rellenas de princesas malvadas y fieros dragones,
de caballeros andantes, ninfas, trasgos y faunos,
reinos en los que todo es posible entre nosotros,
incluso nuestro amor, del que poco hablamos.

Y pasan los días, se acumulan los poemas,
el límite de los cien parece realizable,
las páginas del libro van engordando,
y los sentimientos encuentran su cauce,
entre un "te quiero" y dos "te necesito",
entre "eres la luz de mi vida, por eso te amo"
y un "déjalo, que siga viviendo sus sueños",
porque los poetas somos los amantes perfectos,
ni siquiera nos hace falta que la musa exista...

90. A UN SUSPIRO DE TI

Esta noche, después de trabajar,
iré a un concierto, de tu cantante favorito,
para dejarme llevar por sus canciones,
y quien sabe si soñar que estás a mi lado.

Yo, con lo mal que lo paso entre el gentío,
visitaré al moderno bardo en su gruta,
rodeado de demasiadas personas,
casi todas mujeres, pobre de mí.

Y trataré de disfrutar con el acto,
sabiendo que tú harías lo mismo,
haciéndole frente al miedo a las masas,
y notando el dolor de tu ausencia.

Ya es la segunda vez en un año
que lo escucharé cantar, en directo,
me compré un par de discos, y su libro,
aquellos fueron regalos por tu cumpleaños.

Mientras daría lo que fuera
porque estuvieras conmigo,
pondré mi mejor cara de asustado,
e invocaré la antigua magia...

Esa misma que a la luz de la luna
aproxima a los amantes en la distancia,
calma las ansias de besos y abrazos,
y me acerca a un suspiro de ti...

jueves, 31 de enero de 2019

89. EN LA HORA DE LOS BESOS

En la hora de los besos, de las risas,
de las caricias, de la ternura,
quiero estar a tu lado,
entre tus brazos,
porque ya fuimos uno
en la hora de las lágrimas,
del rechinar de dientes,
de la tristeza desesperada.

Demasiadas cosas hemos vivido
en el otro lado de la luna,
en los dominios de la soledad,
en la cruel distancia
como para merecernos ahora
dormir a la luz del sol.

Dame del cielo las estrellas,
de la mar el sonido,
del fuego el crepitar,
del viento sus caricias,
y yo crearé para nosotros
un universo alternativo,
en el cual seremos
felices y libres al fin.

Donde ya no habrá soledad,
ni el frío de la alborada,
solo el calor de nuestros cuerpos
entre sábanas arrugadas,
y tu melena salvaje y rojiza
creando sombras sobre la almohada,
y mis labios buscando los tuyos,
dos amantes unidos por fin,
al filo de la madrugada.

88. JUGANDO CON FUEGO

Muchas veces, al pensar en ti,
noto que estoy jugando con fuego,
que mi alma poco a poco se consume
por tantos sentimientos callados,
por todas las cosas que me gustaría
decirte al caer la tarde, cuando escucho,
tan cerca en la distancia, el sonido de tu voz.

Las palabras inexpresadas aletean
como mariposas en mi pecho,
levantando tal vez huracanes
en los versos de otro poeta,
con una musa menos exigente,
o como poco más cercana.

Si unas cuantas horas de charla
por teléfono en las puertas del ocaso,
y unas pocas horas juntos
una mañana de primavera
se han convertido poco a poco
en casi cien poemas de amor...

¿Qué habría pasado si te hubiera besado,
lanzándome a la tan deseada aventura,
si te hubiera abrazado con fuerza,
para grabar tu cuerpo sobre mi piel?

¿Cómo estaríamos ahora, mi dama,
de haber vivido en la misma ciudad,
con la posibilidad de vernos a diario,
de cambiar el teléfono por un café?

Dicen que todo poeta necesita
una musa para nacer y crecer,
y por ti nacen los versos,
desde el fondo de mi corazón...

Tristes versos marcados por la ausencia,
por la distancia, convertidos en mensajes,
perdidos entre dos mundos distantes,
y convertidos en papel y tinta...









87. EN EL FONDO DE TUS OJOS

En el fondo de tus ojos, me busco,
como el náufrago en medio del mar
otea el horizonte, atento al barco,
que puede devolverle a la vida.

Me busco, como el niño que ve
a su madre por vez primera,
y se duerme entre sus brazos,
ajeno al mundo que le rodea.

Me busco, como el amante
que sigue la pista en el bosque,
bajo la luz de la luna llena,
de una ninfa esquiva y descarada.

Me busco, y te busco,
en los profundos pozos de tu alma,
entre sábanas descolocadas,
en tu huella en la almohada.

Me busco, y me encuentro,
en tu mirada de ojos marrones,
pequeñitos como puñales,
pero que contienen mundos...

Me busco, y te encuentro,
en tu sonrisa de niña mala,
en el fondo de tus besos,
en el tacto de tu piel...

martes, 29 de enero de 2019

86. UN PLATO DE CROQUETAS

¿Cuántas veces tu voz ha sido mi faro,
mi única referencia entre las sombras?

Y tú, casi sin saberlo, te convertías
en mi único nexo con la realidad, con la vida,
en la barrera frente a las sombras
de la tristeza, la soledad, la melancolía.

Y cada noche, durante muchos meses,
esperaba tu llamada, al filo de la cena,
y mi madre se enfadaba mucho
porque se enfriaba la sopa de cocido,
la tortilla de patatas o el filete de pollo.

Pero yo sabía que durante esa media hora
iba a ser lo bastante feliz para recuperarme,
para coger las fuerzas y hacerle frente
a todo, a la realidad, al trabajo, a la vida.

Tú me salvabas de mil enemigos,
los peores de todos, la tristeza y la rutina,
con ese acentillo granadino tan majo,
con tu forma peculiar de pronunciar
las eses y las zetas, con tus carcajadas,
con los pequeños detalles de tu vida,
esas cosas que me hacían sentirte
a mi lado a pesar de la distancia.

Fueron buenos tiempos, y sin embargo,
de tan cotidianos, casi no los valoré.

Pero ahora, que se ha impuesto el silencio,
y que lo único que recibo son mensajes
de texto y alguna que otra grabación,
y que en tu interior anida la tristeza,
daría casi cualquier cosa por estar,
una vez más, escuchando tu voz,
en este momento, mientras se enfría,
en la mesa, un plato de croquetas...

85. POR QUITARTE ESA TRISTEZA

¡Qué no daría yo por quitarte esa tristeza!
Cuánto me gustaría estar a tu lado,
cogerte de la mano, mirarte a los ojos,
y darte ese abrazo que tanto necesitas.

Pero me tengo que conformar con palabras,
las mismas que antes empleaba sin dudar
para hacerte llegar todo mi amor y deseo,
y que tal vez ahora te sirvan de tan poco.

Palabras, en el fondo, lo único que tengo,
el nexo de unión entre dos mundos,
el tuyo y el mío, entre dos ciudades,
incluso entre dos realidades distintas.

Y yo, tan lejos, escuchando tu voz,
deformada por las lágrimas y el dolor,
mientras que me hablas de tus miedos,
de aquellas cosas que más te preocupan,
incluso oigo el caer de tus lágrimas...

Y yo, con mi voz como único apoyo,
intentando que pienses en otras cosas,
que te olvides de la terrible enfermedad,
de tus soledades casi eternas, de tu hermano,
de todas aquellas cosas que te hacen daño..

Y van pasando los minutos y las horas,
quisiera tanto estar a tu lado, abrazarte,
como si no hubiera un mañana,
sentir tu cuerpo junto al mío, y descubrir,
quizás, una realidad tan distinta,
en la que por fin pudieras ser libre...
y yo estar a tu lado, amándote...

jueves, 24 de enero de 2019

84. EN EL LIMBO

Y te estaré esperando allí, mi hermosa dama,
en el limbo, en el lugar sin nombre ni peso,
donde se besan las nubes de lluvia y el mar,
en la frontera de la luz y la oscuridad,
en el eterno eclipse de sol entre día y noche,
más allá del tiempo, de la distancia, de la realidad...

Porque solamente en el limbo, todo es posible,
los amores infinitamente pequeños despiertan,
las ansias de besos, caricias, se realizan,
las palabras resuenan sin haber sido pronunciadas,
y lo posible, lo irreal, y lo verdadero se mezclan,
de tal manera que lo imposible desaparece...

Y tal vez en ese momento y preciso lugar
podamos en verdad ser completamente libres,
y nos olvidemos al fin de la grisura de la vida,
de todos los "¡qué dirán!", de los consejos gratuitos,
de las buenas intenciones, de los malos amigos,
y de tantas cosas que se interponen en el camino...

¡Que nadie separe las almas de los enamorados,
de quienes se atrevieron a vivir plenamente!
¡Que nadie llore por quienes fracasaron,
y se tuvieron que conformar con lo posible!
Que nada nos impida soñar, con un futuro distinto,
en el que podamos al fin ser de verdad felices...

83. ANTES DE QUE LLEGUE EL INVIERNO


Cuando la realidad te persigue
con mil y un problemas diversos
solamente puedes refugiarte
en el terreno de los sueños,
puesto que allí, todo es posible,
desde los grandes y dulces amores
hasta los deseos más pequeños.

El tiempo y la distancia dejan de existir
en el eterno presente de los amantes,
y solamente cuenta el aquí y el ahora,
la sinfonía anhelante de los besos,
el tacto febril en la punta de los dedos,
las caricias piel contra piel en todo el cuerpo,
la exploración de la persona amada,
el descubrimiento de lugares secretos.

Quisiera poder amarte de esa manera,
como si no hubiera un mañana,
igual que los pájaros se buscan en primavera,
o como resisten las flores en el invierno,
con la certeza del momento presente,
sin olvidarnos del paso del tiempo,
disfrutando plenamente del dulzor
de los últimos frutos del otoño…

Ven, acércate a mi lado, hermosa dama,
disfrutemos del aquí y del ahora
antes de que llegue el invierno…

82. ENTRE DOS SUSPIROS


Entre dos suspiros llevados por el viento,
te busco, incansable, por los caminos del cuerpo.

Mis labios, ansiosos, recorren tu piel,
desde las comisuras de tus labios
hasta la punta de tus pies, y por el camino,
me voy deteniendo en los rincones
como un fiero perro de caza
que acecha a la codiciada presa.

Porque eres tú el objetivo y el objeto,
la suma de todos mis sueños y anhelos,
el secreto detrás de todas mis pesadillas,
el resumen de todos mis cuentos y versos,
la maravillosa mezcla hecha mujer…

Con tu melena crespa y rojiza,
tus ojitos marrones y pequeños,
la nariz exquisita y los labios golosos,
tu cara me persigue dormido y despierto,
y mis manos ansían acariciarla
y mis labios robarte un beso…

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan, que acarician, que besan, observan, bailan, hechizan, flotan en el aire, prometen infinitos... Y ella, ella... No se da ni...