Sonrisas a media voz, sentimientos cruzados
las palabras no pronunciadas, los besos callados,
las caricias con la mirada, los abrazos,
esas manos que hablan solas.
Tantas cosas que se juntan, se revuelcan,
te envuelven y te acompañan,
las amistades teñidas de amor,
los amores confusos y callados.
Los labios que se humedecen,
las lenguas que desean mezclarse,
los límites y las fronteras de lo aceptable,
los sueños de libertad y deseo.
¡Cuánta verdad hay en los silencios!
¡Cuántos abrazos en la distancia!
¡Cuántos te amo silenciados!
¡Cuántas dosis de tristeza callada!
Pero sigues adelante, el amigo fiel,
el compañero de andanzas,
el ancla para el largo viaje de la vida,
aquello que te une a la realidad.
A veces me gustaría ser más libre,
atreverme a sanar sus heridas,
mercancía defectuosa que nadie quiere,
iguales que se pierden en la madrugada.
No me hables de amor, sino de realidad,
del ahora, del para siempre, del aquí,
es en este momento cuando te necesito,
cuando estoy por ti, para ti.
Que las palabras se las lleva el viento,
incluso los más bellos poemas mueren,
son los actos los que cuentan de verdad,
y hay abrazos que sanan corazones.
De amores he vivido muchos,
pero he soñado demasiados,
hacen daño los recuerdos,
aunque sigues viviendo.
¿Y mañana? ¡Quién sabe!
Ojos que te miran cansados,
labios requemados por las lágrimas,
cuando las fuerzas te abandonan.
Pero sigues soñando, con ella,
y te sigues ilusionando, con las pequeñas cosas
que hacen que la vida tenga sentido,
que te llevan del presente al mañana.