domingo, 28 de enero de 2024

139. LA SOMBRA DE SUS MANOS

Manos que sueñan,
que acarician,
que besan, observan,
bailan, hechizan,
flotan en el aire,
prometen infinitos...

Y ella, ella...

No se da ni cuenta
del efecto que tienen,
de cómo las miro,
anhelante, pendiente,
mientras hablan en silencio.

Las sigo con la mirada,
me concentro
en la forma de sus dedos,
tan largos, tan ansiosos
por expresarse y cantar;
en las uñas, a veces roídas,
a veces mal cortadas;
en la palma de su manos,
que acaricio en silencio
con toda el alma...

Esas manos hermosas, curtidas,
por mil y una batallas y derrotas,
por esas victorias épicas
sobre ella misma y la tristeza.

Manos de artista, manos de bruja,
manos que igual empuñan los pinceles,
que se cierran en puños ansiosos,
o sirven de escondite a las lágrimas.

Esas manos que son tan ella,
tan vivas y alegres, proporcionadas,
que hablan y cantan y vuelan
como los murciélagos en la madrugada.

Manos que me roban el sentido,
y que yo miro, pero nunca acaricio,
cuyo tacto apenas si conozco,
que completan sus frases y palabras,
que tienen vida propia y la traicionan
en sus arrebatos de tristeza,
y la acompañan en la risa.

Y ella se da cuenta de mi mirada,
de mi silencio, de mi fascinación,
y me pregunta "¿qué tienen de especial?"
Y yo le respondo "que son mágicas,
y me hablan, me cuentan al oído
tantas y tantas cosas..."

Manos que se aparecen en mis sueños,
manos que capturan su alma,
manos que me muero por besar,
manos que prometen caricias,
manos que hablan de amor,
manos que expresan en silencio
lo que nunca dirán las palabras...

140. UN REGRESO INESPERADO

Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...