Extraños sentimientos me llevan de nuevo hacia ti.
Quizás por la luna llena, se despierta esa necesidad
de amar y ser amado, de sentir el tacto de otra piel,
de recorrer tu cuerpo con los dedos, y besarte,
en tus lugares secretos, y oírte gemir...
Quizás por la luna llena, se despierta esa necesidad
de amar y ser amado, de sentir el tacto de otra piel,
de recorrer tu cuerpo con los dedos, y besarte,
en tus lugares secretos, y oírte gemir...
Las carambolas del destino nos unieron,
y luego la vida siguió su curso, lentamente.
Tú te enamoraste de mi, al menos eso dices,
y yo no tardé mucho en caer en tus redes,
en la trampa de tu cuerpo desnudo sobre mí,
en tus gemidos cuando hacemos el amor.
Quizás el sexo no sea una buena base para una relación,
pero sobre las sábanas, o en la ducha, te busco,
y me encuentras, y juntos, por unas horas,
encontramos un nuevo camino al mañana.
pero sobre las sábanas, o en la ducha, te busco,
y me encuentras, y juntos, por unas horas,
encontramos un nuevo camino al mañana.
Tengo hambre de ti, mi bella dama,
tengo ansias de poseerte y de ser tuyo de nuevo,
de hacer que mis labios y mis caricias se apoderen
de ti, de tu mente, de tus recuerdos, de tu pasión,
de arrancarte gemidos al posar mis labios sobre los tuyos,
al dejar que mi lengua explore tus rincones más secretos,
como el marinero que vuelve a casa desde el mar.
tengo ansias de poseerte y de ser tuyo de nuevo,
de hacer que mis labios y mis caricias se apoderen
de ti, de tu mente, de tus recuerdos, de tu pasión,
de arrancarte gemidos al posar mis labios sobre los tuyos,
al dejar que mi lengua explore tus rincones más secretos,
como el marinero que vuelve a casa desde el mar.
Eres el puerto seguro al que vuelvo sin falta,
la sirena o la hechicera que se apodera
de mi esperanza, de mi fe, de mis pensamientos,
y sólo entre tus brazos, entre tus piernas,
al notar tu piel desnuda junto a la mía,
encuentro la paz de la que hablan los poetas,
o la felicidad que buscan los místicos.
la sirena o la hechicera que se apodera
de mi esperanza, de mi fe, de mis pensamientos,
y sólo entre tus brazos, entre tus piernas,
al notar tu piel desnuda junto a la mía,
encuentro la paz de la que hablan los poetas,
o la felicidad que buscan los místicos.
Ansío volver a estar por unas horas contigo,
abandonando entre las sábanas inseguridades y miedos,
y dejarnos llevar por las oleadas de pasión
que drenan nuestros cuerpos, cuando, desnuda
y satisfecha, te descabalgas y te acurrucas,
desnuda, entre mis brazos anhelantes.
abandonando entre las sábanas inseguridades y miedos,
y dejarnos llevar por las oleadas de pasión
que drenan nuestros cuerpos, cuando, desnuda
y satisfecha, te descabalgas y te acurrucas,
desnuda, entre mis brazos anhelantes.
Desearía pasar toda la noche contigo, irnos juntos,
despertar a tu lado con el nuevo día, y buscar,
en un nuevo amanecer en la orilla del océano,
esas verdades que atisbo en tus ojos negros,
en tus piernas de diosa, en tus pechos pequeños,
en tu sexo amante y acogedor, en tus manos
que acarician y arañan mi cuerpo, y sentir,
que por fin he llegado a casa, donde no existe
ni la soledad ni el miedo...
en un nuevo amanecer en la orilla del océano,
esas verdades que atisbo en tus ojos negros,
en tus piernas de diosa, en tus pechos pequeños,
en tu sexo amante y acogedor, en tus manos
que acarician y arañan mi cuerpo, y sentir,
que por fin he llegado a casa, donde no existe
ni la soledad ni el miedo...
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