martes, 24 de julio de 2018

TREINTA Y CUATRO

Puedo notar en tus labios
el sabor de mil mundos,
los cientos de besos
que no nos dimos a tiempo.

Puedo ver en tus ojos
las palabras silenciosas,
las ansias marchitas,
incluso los sueños perdidos.

Puedo sentir en tu piel
cada caricia robada al sol,
el marasmo de la excitación
al mirarnos en silencio.

Puedo lamer entre tus pechos
las ansias silenciosas y fugaces,
el producto de nuestros abrazos,
los sabores densos del deseo.

Puede mi cuerpo entero rozarte
incluso cuando estés tan lejos,
que más que en la misma historia
vives en otro cuento...

Pero de nada me sirve tu ausencia,
si puedo colmarla de versos,
y te encierro entre pobres rimas,
y con tu alma me quedo...

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