Tan lejos... Y tan cerca, princesa.
Cada noche, vivimos una ilusión,
desaparece la distancia,
tejiendo un puente de palabras.
Nuestras voces se enzarzan
en incruenta batalla,
sentimientos a flor de piel,
alma con alma.
Atrás quedan dos ciudades,
dos vidas, tan distintas,
grupos de amigos diversos,
mil y una diferencias...
De todo nos olvidamos
de la vida, aquella ingrata,
de la realidad desalmada,
del tiempo y del espacio...
Mientras hablamos, sucede...
Se produce la vieja magia,
todo desaparece, y solamente
existimos nosotros dos...
El mundo se esfuma, sin ira,
no importa nada, salvo la palabra,
y soñamos, con los ojos abiertos,
que estamos tan cerca, tan cerca...
Por eso es tan amarga la despedida...
Por eso nadie quiere decir
la última, y más amarga palabra...
Un "Adiós..." que desgarra el alma...
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