Desde la distancia de otro cuento
ansío naufragar en tus ojos negros,
dejarme llevar por el negro viento
de la ausente presencia y desaliento.
Esa carta mil veces empezada
me pesa en corazón y memoria,
esas palabras engarfiadas en mi pecho
me quitan hambre, esperanza y sueño.
Y lucho cual quijote y los molinos
mientras van pasando días y momentos,
y tu imagen se va desdibujando
y del sabor de tus labios no recuerdo.
Sueños, al final es todo lo que queda,
pues no hubo besos robados entre sábanas
ni caricias ni lamentos del alba al ocaso,
tan solo una comida y un paseo...
Y pasan los días y las semanas,
a mis palabras respondes con silencios,
las esperanzas se esfuman lentamente,
y noto que el vacío va creciendo.
Maldita ausencia y distancia que matan
las promesas de noches en vela,
los planes de futuros sin cuento,
cuando la sombría realidad se impone.
Y el corazón que sangra se hunde
en los límites del desconsuelo,
el dolor martillea la esperanza,
y se difuminan los intensos anhelos.
Del rescoldo que pudo haber sido
tan solo quedan las cenizas
y el viento las dispersa implacable
para mezclarlas con lágrimas de sangre...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
miércoles, 4 de mayo de 2016
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