Y
salen las palabras a borbotones,
Precipitándose
en cascada
Sobre
el negro teclado…
Y
surgen los sentimientos,
Amores,
ausencias, dolores,
Separaciones,
ansias, encuentros…
Y
nacen los versos, precarios,
En
el vértice de la razón,
En
el limbo de la no existencia…
Y
crecen las presentes ausencias,
Y
desaparecen tiempo y espacio,
Y
solo queda la nada cotidiana…
Nada
resiste al paso del tiempo,
Salvo
un puñadito de palabras,
Con
ansias de eternidad…
Historias
que en el fondo son una,
Amores
posiblemente imposibles,
Recuerdos
imperfectos e imperecederos…
Esa
sensación de estar escribiendo,
Siempre,
el mismo poema, pues
Todos
ellos nacen de la ausencia…
Y
pese a todo, sigo soñando,
Escribiendo,
viviendo entre
Volutas
de humo mil misterios…
Hablando
de amantes que se encuentran
Más
allá del espacio y del tiempo,
Eternamente
vivos en el presente…
Porque
en el fondo, no hay otra cosa,
Salvo
futuros imperfectos,
Y
pasados caducos y remotos…
Y
golpe a golpe, verso a verso,
Sigo
creando historias de princesas,
Que
encuentran el amor verdadero…
Ese
amor que se resiste a llamar a mi puerta,
Y
por eso sigo soñando, despierto,
Con
princesas malas, y dragones buenos…
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