He seguido sus huellas
por la ciudad desierta,
sintiendo su presencia...
He dormido a pocos metros
de la funda de su almohada,
soñando siempre con ella...
Me ha mojado la misma lluvia,
empapando mis zapatos y ropas,
como si el cielo también llorase...
He mirado desde el suelo
las lejanas estrellas, pensando,
que estaban más cerca que ella...
He olido en la Alhambra
el perfume de su pelo
entre magnolias y camelias...
En las cuevas del Sacromonte
he perseguido en vano el sonido
de su etérea risa cristalina...
Y todo en la ciudad me hablaba
de ella, incluso estando lejos,
y he seguido sus pasos en la noche...
La próxima vez, mi hermosa dama,
compartiremos tiempo y espacio,
desde el alba hasta el ocaso...
Y entonces, los sueños más locos
se harán realidad, y te robaré
un beso de tus cárdenos labios...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
jueves, 15 de octubre de 2015
viernes, 9 de octubre de 2015
VEINTICUATRO
Palabras que son silencios
combatidos con los versos,
mientras en la distancia
de su soledad ella mira
el mundo por la ventana...
No tengas miedo a volar
mi hermosa y dulce dama,
que existe una vida nueva
esperándote de otro lado,
más allá del opaco cristal...
No te hundas en soledad,
pues yo te espero aquí,
tal vez en la distancia,
con los brazos abiertos,
entre las luces del alba...
Olvida antiguos miedos,
y refúgiate en mis palabras,
no habrá promesas de amores,
ni más palabras vanas,
mi miedos ni soledades claras...
combatidos con los versos,
mientras en la distancia
de su soledad ella mira
el mundo por la ventana...
No tengas miedo a volar
mi hermosa y dulce dama,
que existe una vida nueva
esperándote de otro lado,
más allá del opaco cristal...
No te hundas en soledad,
pues yo te espero aquí,
tal vez en la distancia,
con los brazos abiertos,
entre las luces del alba...
Olvida antiguos miedos,
y refúgiate en mis palabras,
no habrá promesas de amores,
ni más palabras vanas,
mi miedos ni soledades claras...
jueves, 8 de octubre de 2015
VEINTITRES
Ese extraño dolor que se engarfia en el pecho
cuando la tristeza del amado te alcanza...
Esa impotencia maldita contra el silencio,
porque en el fondo sobran las palabras...
Esa necesidad de abrazarla tan fuerte
para que desapareciera de su alma el miedo.
La distancia, en ocasiones fiel musa
se convierte en una sonora maldición.
Y bullen en mi cabeza pensamientos,
y tramo mil estrategias para verla,
para consolarla y arroparla en silencio,
para convencerla de mi amor sincero...
Mezcla peligrosa e inusual es la nuestra,
amistad fronteriza, amor involuntario,
sumado a un cóctel de viejos miedos,
unidos a la distancia y al esquivo tiempo.
¿Cuántas veces he soñado con el viaje?
¿Cuántas noches he deseado besarla?
Casi a cada momento desde enero,
cuando de mis labios se escapó un te quiero...
Y pasan los minutos y las escasas horas,
y se aproxima el viaje, pero se aleja el sueño,
aumentan el dolor y las lágrimas calladas,
por la dificultad del primer encuentro...
Poco puedo hacer contra su voluntad,
aunque poco a poco voy socavando
el muro que protege su corazón dolorido
y me voy metiendo en sus pensamientos...
Desearía tanto verla, siquiera un momento,
estrechar sus pálidas y firmes manos,
darle un abrazo, tal vez un casto beso,
y hundirme en sus tristes ojos marrones...
Mi corazón es fuerte, pero está sufriendo,
al ver como poco a poco se va hundiendo,
y rechaza por miedo la mano que le tiendo,
y se acoraza en su dolor y en su soledad.
No sé de magia, no soy perfecto ni bueno,
pero ella saca lo mejor de mí, de mis sueños,
de su argentina risa nacen mil poemas,
y de sus lágrimas beben mis secretos anhelos...
cuando la tristeza del amado te alcanza...
Esa impotencia maldita contra el silencio,
porque en el fondo sobran las palabras...
Esa necesidad de abrazarla tan fuerte
para que desapareciera de su alma el miedo.
La distancia, en ocasiones fiel musa
se convierte en una sonora maldición.
Y bullen en mi cabeza pensamientos,
y tramo mil estrategias para verla,
para consolarla y arroparla en silencio,
para convencerla de mi amor sincero...
Mezcla peligrosa e inusual es la nuestra,
amistad fronteriza, amor involuntario,
sumado a un cóctel de viejos miedos,
unidos a la distancia y al esquivo tiempo.
¿Cuántas veces he soñado con el viaje?
¿Cuántas noches he deseado besarla?
Casi a cada momento desde enero,
cuando de mis labios se escapó un te quiero...
Y pasan los minutos y las escasas horas,
y se aproxima el viaje, pero se aleja el sueño,
aumentan el dolor y las lágrimas calladas,
por la dificultad del primer encuentro...
Poco puedo hacer contra su voluntad,
aunque poco a poco voy socavando
el muro que protege su corazón dolorido
y me voy metiendo en sus pensamientos...
Desearía tanto verla, siquiera un momento,
estrechar sus pálidas y firmes manos,
darle un abrazo, tal vez un casto beso,
y hundirme en sus tristes ojos marrones...
Mi corazón es fuerte, pero está sufriendo,
al ver como poco a poco se va hundiendo,
y rechaza por miedo la mano que le tiendo,
y se acoraza en su dolor y en su soledad.
No sé de magia, no soy perfecto ni bueno,
pero ella saca lo mejor de mí, de mis sueños,
de su argentina risa nacen mil poemas,
y de sus lágrimas beben mis secretos anhelos...
martes, 6 de octubre de 2015
VEINTIDOS
Porque hay momentos, como ahora,
en los que solo quisiera llorar,
cuando se rompe en pedazos un sueño,
y la vida pierde el Norte y el Sur...
Un viaje se convierte en un error,
en una pesadilla... y te pierdo...
¿Qué será de mi sin tu risa,
sin tu sonrisa, sin tu voz?
Pues ahora me fustigas, inclemente,
con el vacío de tu ausencia...
con tus silencios crueles...
con tu dura indiferencia...
¿Qué mal había en conocernos,
en vernos por vez primera,
en compartir un café o un paseo,
un desayuno o una merienda?
Tampoco te estaba pidiendo la Luna,
aunque bien sabes que la habría
bajado del cielo por ti, y también
un millón o dos de estrellas...
Solo tu presencia, y un poquito,
solo una pizca, de tu tiempo...
Mas creo que en el fondo tuviste
un extraño e irracional miedo...
¿Miedo a decepcionarte conmigo,
o a que yo me decepcionase al verte?
¿Temor a que se rompiera el precario,
delicado equilibrio que mantenemos?
Sé que no es fácil moverse en el filo
entre la amistad y otro sentimiento,
pero soy un funambulista experto,
nacido al borde de tu aliento...
Y ahora, por vez tercera, nos peleamos,
y me quedo engarfiado en recuerdos,
de conversaciones en la madrugada,
de risas, de llantos, de anhelos...
Y tan solo me quedan las palabras
para exorcizar mis pensamientos,
para expresar mi dolor y desconcierto,
frente al vacío que me devora por dentro...
¿Volverán las aguas a su cauce,
o naufragaré en espacio y tiempo?
Desde el dolor escribo estos versos,
mientras sueño contigo despierto...
en los que solo quisiera llorar,
cuando se rompe en pedazos un sueño,
y la vida pierde el Norte y el Sur...
Un viaje se convierte en un error,
en una pesadilla... y te pierdo...
¿Qué será de mi sin tu risa,
sin tu sonrisa, sin tu voz?
Pues ahora me fustigas, inclemente,
con el vacío de tu ausencia...
con tus silencios crueles...
con tu dura indiferencia...
¿Qué mal había en conocernos,
en vernos por vez primera,
en compartir un café o un paseo,
un desayuno o una merienda?
Tampoco te estaba pidiendo la Luna,
aunque bien sabes que la habría
bajado del cielo por ti, y también
un millón o dos de estrellas...
Solo tu presencia, y un poquito,
solo una pizca, de tu tiempo...
Mas creo que en el fondo tuviste
un extraño e irracional miedo...
¿Miedo a decepcionarte conmigo,
o a que yo me decepcionase al verte?
¿Temor a que se rompiera el precario,
delicado equilibrio que mantenemos?
Sé que no es fácil moverse en el filo
entre la amistad y otro sentimiento,
pero soy un funambulista experto,
nacido al borde de tu aliento...
Y ahora, por vez tercera, nos peleamos,
y me quedo engarfiado en recuerdos,
de conversaciones en la madrugada,
de risas, de llantos, de anhelos...
Y tan solo me quedan las palabras
para exorcizar mis pensamientos,
para expresar mi dolor y desconcierto,
frente al vacío que me devora por dentro...
¿Volverán las aguas a su cauce,
o naufragaré en espacio y tiempo?
Desde el dolor escribo estos versos,
mientras sueño contigo despierto...
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140. UN REGRESO INESPERADO
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