Siempre me dicen los amigos
que el tiempo todo lo cura,
que el dolor disminuye,
que ves un mañana luminoso,
que hay segundas oportunidades,
que el amor triunfa al final,
que la bondad gana...
que el tiempo todo lo cura,
que el dolor disminuye,
que ves un mañana luminoso,
que hay segundas oportunidades,
que el amor triunfa al final,
que la bondad gana...
Me gustaría pensar un momento
que todas estas cosas son ciertas,
que hay esperanza para mi,
que el corazón latirá de nuevo,
y me volveré a enamorar,
a sentir esa locura
que nos trae la felicidad.
Ansío tener unos ojos
en los que reflejarme al besarla,
unos dedos que recorran mi cuerpo,
una piel que se amolde a la mía
al amarnos de madrugada,
encontrar a esa compañera
que me haga sentir vivo de nuevo.
Pero el tiempo no pasa,
el dolor permanece y aumenta,
los días se suceden imperturbables,
las noches se atascan en mi garganta,
y la soledad me persigue, implacable,
ahuyentando cualquier tipo de esperanza,
y la fría madrugada roe mis entrañas.
Y tengo ganas de llorar, por ella, por mi,
por esa extraña y desconocida amada,
y por quien me partió el corazón,
llevándose la magia de los últimos años
en un torbellino de palabras no pronunciadas,
buscando en los resquicios de mi alma
las huellas de lo que pudo haber sido,
pero que nunca fue, porque ella no quiso...
Amante, amada, amiga, la sagrada trilogía,
ama, esclava, víctima y verdugo,
causa hoy de todos mis desvelos,
cuando el viento me trae el reflejo
de su nombre, tan querido, tan adorado,
y ella me sonríe desde la pantalla,
porque nunca pude borrar sus fotos.
La salvaje melena pelirroja
que nunca se enredó entre mis dedos,
las manos cuyas caricias no sentí,
ese cuello que llamaba a mis labios,
esos senos pequeños y maduros,
esas caderas que jamás recorrí con la lengua,
esas piernas que se empeñaban
en llevarnos más lejos, hacia otro sueño....
Y tan solo espero que llegue el momento
en que otros ojos me devuelvan la mirada,
y borren su recuerdo, el sonido de su voz,
el aroma a mar que la envolvía,
y los sueños que nunca compartimos,
porque ella no quiso, porque yo tuve miedo
de perderla, de alejarla, de dejarla sola,
y ella prefirió la nada, la ausencia,
pero sé que llora de madrugada...
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