No puedo evitarlo, miro tus fotos,
que me hablan de otros tiempos,
cuando pensaba que todo era posible,
que el amor existía y que tú,
mi bella dama, eras mi futuro.
que me hablan de otros tiempos,
cuando pensaba que todo era posible,
que el amor existía y que tú,
mi bella dama, eras mi futuro.
Fuiste mi presente y mi pasado,
las noches se sucedían y la luna,
desde lo alto, me guiaba hacia ti,
y mientras dormías depositaba
un triste beso, en tus labios.
Dos veces nos vimos, hace ya tanto,
pero el efecto de tu presencia,
de tu ausencia, de tus sueños,
de tus penas, de tus alegrías,
me daba la vida...
Y ahora, me he quedado solo,
frente al vacío que me aterra,
cuando ya no estás a mi lado,
ni siquiera en los sueños,
ni tampoco despierto...
Dentro de poco serán dos meses,
desde tu último ataque de celos,
desde que rompimos, y algo
se partió en mi pecho aquél día,
algo murió en mi interior.
De poco sirven las razones
cuando el corazón dolido es quien habla,
y el juicio se nubla, y tan solo
tienes ganas de llorar, en silencio,
porque los hombres no lloran.
Igual que borré la larguísima cadena
de mensajes desde que nos hicimos amigos,
y fueron 14 años de palabras,
debería haber borrado tus fotos,
pero no he podido...
Y las miro, en la madrugada,
y pienso en ti, en lo mucho
que te quise, y te añoro,
como ese sueño que tuve
cuando era niño...
Me sonríes desde la pantalla,
esos labios hermosos, esos ojitos
pequeños como puñales,
esos hoyuelos en las mejillas,
esa melena salvaje...
De poco me sirve recordar
que nunca me quisiste de verdad,
que no nos volvimos a ver,
que se rompieron los sueños,
y que nunca descubriremos aquella ciudad.
La razón me dice que te olvide,
que te arranque de mi memoria,
que todo fue un sueño de soledad,
pero el corazón, ¡ay el corazón!
sigue gritando tu nombre...
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