domingo, 18 de diciembre de 2011

Hombres de tinta... y de sangre



Seguramente alguna vez...
habrás vivido uno de esos días,
en los que las palabras no expresan bien
demasiados sentimientos, demasiadas emociones...
y te atragantas con ellas, se convierten
en una bola, que no te deja hacer nada:
tragar, respirar, pensar, expresar, llorar...

Y es entonces, cuando buscas una alternativa,
para que puedas expresarte, para protestar
contra la injusticia, para maldecir la soledad,
cuando se produce el cambio...

Porque rebuscas, en lo más hondo de ti,
Y descubres que anida un hombre de tinta,
que tus sentimientos solamente pueden
encontrar su camino con la tinta, pues
ella es la sangre que los alimenta...

Y caprichosos, los sentimientos reprimidos,
las emociones inexpresadas, por inconvenientes,
otras exterminadas en tu corazón, se escapan
de tus poros, fluyen de tus manos, y crean,
sobre el teclado, caprichosas formas,
precarios versos, fantasmagorías e ilusiones,
que poco a poco, van dando forma a un texto...

Y tu mente fluye, creando un mensaje...
Y la tensión se desvanece, lentamente...
Y te vuelves un hombre de tinta...
Y te das cuenta, de que nunca, antes,
te has sentido más libre...

* EN EL ESPEJO...


Buscas la verdad en el espejo, el rastro,
las señales del paso del tiempo,
y en él descubres algo curioso:
que cuando se ama, no pasa el tiempo...

Tus labios son perfectos, sensuales,
a juego con tus dientes, nacarados,
y sin embargo, los retocas,
con ese rojo que tanto te gusta...

Y te sigues mirando, en silencio,
y yo te miro, por encima del hombro,
te pones un poco nerviosa, mientras yo...
te desnudo con la mirada...

Tu boca, recién pintada, dice "no...",
cuando pongo mis manos en tu cintura,
sobre ese vestido que es tenue como un velo,
pero tu cuerpo, tus ojos, dicen "sí..."

Te beso, suavemente, en el cuello,
aspirando tu discreto perfume,
saboreando tu piel de terciopelo,
y mordisqueo el lóbulo de tu oreja...

Mis manos se deslizan por tu cuerpo,
alcanzando tus hermosos pechos,
y subiendo hasta los tirantes...
los deslizo por tus hombros...

Y cae el vestido, lentamente,
y te quedas en ropa interior negra...
y te sigo abrazando, y besando...
y me respondes, con pasión...

Te levanto en mis brazos, amor,
y seguimos con la tormenta de besos,
una vez más, llegaremos tarde a la cena...
que nos alimentaremos de besos y versos...

Y llegaremos con el vestido arrugado,
una mancha de carmín en el cuello,
el pelo despeinado, y ojos brillantes,
y la sonrisa del sexo tardío y satisfecho...

NOCHE DE FERIA…


Noche de feria a la orilla del mar,
Nada importa, para los amantes…
Que fusionan almas y cuerpos, sin pensar,
En palabras extrañas como amor o piedad…

Mueren las olas, besando la arena, en su cantar,
Imposibles recuerdos nacidos del profundo mar,
Extrañas criaturas se acercan para mirar,
A dos amantes, que se pierden entre dos almas…

Noche sin luna ni estrellas, sueños oceánicos,
Final y principio de un leve y mágico respirar,
Pasan los minutos con tormentas de besos,
Caricias imposibles, y cuerpos que se funden…

Las luces de la Feria recuerdan, en la distancia,
Que existe un mundo real, extraño, acechante…
Y que un mañana esquivo les podrá separar,
Pero esta noche, tiempo y espacio desaparecen…

Sinfonía de caricias y besos, que permanecen…
Bocas, manos y pieles se buscan sin cesar,
En los límites del sueño, lejos del bien y del mal,
Las olas los arrullan, el tiempo se detiene…

Interrumpen las ondas su eterno cantar,
El viento ya no refresca cuerpos y caras,
Los amantes se arrullan en la eternidad,
Donde nada ni nadie parece ya importar…

Y el mundo entero se detiene, acechando,
En el suspiro de la amada, el nombre amado…
Con el último éxtasis, regresa la vida…
Y el mundo reanuda su lento caminar…

Noche de Feria a la orilla del silente mar,
Amándonos sin pudor, sin querer pensar,
Que con las luces del alma, volveremos atrás…
Sirena y mendigo, unidos para amar…

miércoles, 14 de diciembre de 2011

* LA MAGIA DEL PRIMER BESO...


Pocos recuerdos hay más dulces...
que el primer beso...

Entre el éxtasis y el miedo, te mueves,
lentamente, hacia el otro...

Labios que se abren suavemente,
anhelantes...

Fugaz atisbo de lengua rosada,
entre los dientes...

El mundo entero se detiene, y mira,
expectante...

Su cara desaparece, es toda ojos,
nariz, y dientes...

Pero los ojos se cierran, enamorados,
y solo queda ella...

Su naricita pecosa, y su piel, tan blanca...
y sus labios sabor fresa...

Electricidad que recorre tu piel...
al besarla...

Al sobrarte las manos, la acaricias,
suavemente, en las mejillas...

Y cuando os separáis, notas que te falta
un pedacito del alma...

Todavía la recuerdo, y hace treinta años,
algo menos, que no la veo...

Es la magia del primer beso, que no olvidas,
aunque fuera un juego...

UNA VENTANA AL MUNDO



Tus ojos son una ventana al mundo,
y en ellos busco una verdad
que no alcanzo a comprender...


Es tu verdad lo que busco en ellos,
tus sueños, tus aspiraciones,
tus deseos más secretos...

Me gustaría ser yo quien se viera
reflejado en ellos, tan de cerca
que se fusionan nuestras almas...

Quisiera ver cómo se cierran lentamente
cuando nuestros labios se encuentran
pues todo el mundo está de más...

Refugiarme en ti cuando tenga miedo,
esconder mi imagen en tus ojos negros,
y perderme dentro de ti, por siempre...

Conseguir que nuestros reflejos se fundan,
de tan cerca como estamos, para no saber
dónde empiezas tú y termino yo...

Los ojos no mienten, amor mío, no pueden
pues siempre reflejan aquello que sientes,
lo que anhelas, y lo que deseas o temes...

Por eso me gusta tanto acortar las distancias,
pues en tus ojos se refleja todo lo que siento por ti,
y también todo lo que sabes y no te digo...

Si pudiera escoger una forma de vivir,
sería buceando en tu mirada, dentro de ti,
protegido, tranquilo, recogido, en paz...

Desearía probar tu sabor una vez más,
y luego, morir, pues no imagino mejor manera
que perderme y desaparecer por siempre en ti...

HE BUSCADO...

He buscado la sabiduría entre las dunas,
en la arena azotada por el Mistral,
paseando junto a la orilla
del inclemente mar
una respuesta...

He buscado la fortaleza en la piedra,
en las cavernas alejadas del sol,
al margen de toda la vida
que bulle, inclemente,
en la superficie...

He buscado la ternura en el viento,
en sus largas caricias sin manos,
en sus besos sin labios,
que te rodean,
y te dejan...

He buscado la alegría en el fuego,
en mil largas noches sin luna,
calentado por las llamas,
en el rojo, en el naranja,
y en el negro...

He buscado compañía ente los almendros,
flores rosas y blancas por doquier,
y entre sus ramas encontré
la virtuosa soledad
del silencio...

He buscado el perdón entre lápidas  y nichos,
caminando, vivo entre los muertos,
o quizás muerto entre los vivos,
descubriendo que la vida
no existe...

He buscado el amor entre clínicas y hospitales,
recorriendo  mil habitaciones y pasillos,
bebiendo las lágrimas amargas
de la soledad, y de la ira,
ante la muerte...

He buscado la risa en los barrancos, en el eco,
suena por mil sitios, cien mil voces,
mientras tú vas cayendo,
por siempre, hacia
la nada...

Pero al final he encontrado todas las respuestas
en el lugar donde siempre supe que podría
encontrarlas: en tus ojos, en tus manos,
en tu regazo, en tus labios,
en tu alma, en tí...

SI TE ESTOY AÑORANDO TANTO...

Sentirme protegida entre tus brazos,
cuando tenga miedo...

Beber de tus labios el agua de la vida,
cuando tenga sed...

Que tu piel acaricie suavemente la mía,
cuando tenga frío...

Que adivines mis sentimientos,
con una sola mirada...

Refugiarme en el fondo de tus ojos.
cuando necesite amparo...

Y saber que siempre estarás allí,
cuando te necesite...

Conocerte de manera tan completa,
que termines mis frases...

Fundirnos de tal modo al amarnos,
que  no haya principio ni final...

Que sepas cuando me estoy haciendo la fuerte,
aunque me esté muriendo por un abrazo...

¿Por qué no te conozco todavía,
si te estoy añorando tanto?

LAS VOCES DEL VIENTO

Tarde de lluvia en Madrid, de otoñal invierno...
Bajo los paraguas, mil humanos se esconden,
y caminan , y corren, y sufren, y mienten,
y se mienten a sí mismos sobre sus vidas,
tan "perfectas  y felices" que no hay tiempo,
ni tan siquiera, para la música en el viento...
pero yo sí le escucho, y me paro, atento...

Las notas de un violín desgarran el aire,
y lo llenan de armonías y de lamentos,
acordes zíngaros en medio de Montera...
El violinista tiene los ojos medio cerrados,
fruncidos bajo el ala del ancho sombrero,
y algunas gotas salpican al fiel compañero,
al preciado instrumento lleno de recuerdos...

Medio resguardado por un precario toldo,
el hombre recuerda su vida, sus sueños,
su pequeño y antiguo pueblo en los Cárpatos
su familia, sus gentes, su amada, todos ellos,
arrastrados por el espacio, la tristeza y el tiempo,
y mientras recuerda, nace de su corazón
y llega a sus dedos el profundo lamento...

Mas ahora, cada vez que improvisa los viejos acordes,
escucha de nuevo en su corazón las voces del viento...
Y yo también las escucho, y me detengo, y cierro los ojos,
y sueño con noches junto a la hoguera, en el claro del bosque,
una mujer baila, otras dos con ella, y sus vestidos,
refulgen por el fuego, y ríen, henchidas de libertad,
de ausencias, de tristeza, y de mil lamentos al viento

martes, 13 de diciembre de 2011

* PERDIENDOME

Con las manos vacías y el corazón lleno,
me acerco a ti, despacio, arrastrando...
tantas cosas que preferiría olvidar en ti...
Sueños, de los malos... que no he cumplido,
quizás por miedo, o por pereza, o por tristeza,
no sé... mas todos ellos me hunden el alma...

Esperanzas... nunca realizadas ni soñadas,
y muchas veces, abandonadas por inercia...
si todos te dicen que no puedes, por algo será...
Tristezas que te arrancan la vida, y naufragas,
cuando nadie te ve, en océanos de lágrimas...
por tantas cosas que has perdido para siempre...

Soledades, el peor de los fantasmas malignos,
para no estar solo, todo lo has aceptado,
soportado, comulgando con ruedas de molino...
Frustraciones... por lo que nunca has conseguido,
por no haber aprovechado mejor el tiempo...
y estar desperdiciando tantos minutos de tu vida...

En tus brazos quiero encontrar el antídoto;
contra tristezas, frustraciones, soledades, sueños,
esperanzas... incluso contra mis propios fantasmas...
En tus ojos quiero reflejarme, quizás no como soy,
sino como tú me ves, como siempre he sido...
y renacer en ti con cada latido del corazón...

En tus labios quiero beber el agua de la vida,
y entregarte mi alma, dispersarla en tu cuerpo,
y de esa manera, sentirme a salvo, protegido...
En tu alma encontraré la más absoluta entrega,
la mayor esperanza, amor, el final y el principio,
fundiéndome y perdiéndome dentro de ti...

domingo, 25 de septiembre de 2011

* El maullido...

Y la busco en la casa vacía,
donde las habitaciones claman,
en silencio, por su ausencia;
y me siento solo, más solo,
de lo que jamás creí posible...

Al memos, nuestro gato,
ya no maúlla al reloj,
pasadas las diez y media;
no quedan vencedores,
solo vencidos en la arena...

No hay regreso posible,
ni tampoco lo deseo,
no hay lugar para la duda;
solo un camino por seguir,
y sacar fuerzas de flaqueza...

Duele, la soledad, deseada,
y ni siquiera con la música,
las voces de la radio, se calla;
y esta tarde, yo también lo haría,
maullar al reloj en el vacío...

140. UN REGRESO INESPERADO

Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...