He buscado la sabiduría entre las dunas,
en la arena azotada por el Mistral,
paseando junto a la orilla
del inclemente mar
una respuesta...
He buscado la fortaleza en la piedra,
en las cavernas alejadas del sol,
al margen de toda la vida
que bulle, inclemente,
en la superficie...
He buscado la ternura en el viento,
en sus largas caricias sin manos,
en sus besos sin labios,
que te rodean,
y te dejan...
He buscado la alegría en el fuego,
en mil largas noches sin luna,
calentado por las llamas,
en el rojo, en el naranja,
y en el negro...
He buscado compañía ente los almendros,
flores rosas y blancas por doquier,
y entre sus ramas encontré
la virtuosa soledad
del silencio...
He buscado el perdón entre lápidas y nichos,
caminando, vivo entre los muertos,
o quizás muerto entre los vivos,
descubriendo que la vida
no existe...
He buscado el amor entre clínicas y hospitales,
recorriendo mil habitaciones y pasillos,
bebiendo las lágrimas amargas
de la soledad, y de la ira,
ante la muerte...
He buscado la risa en los barrancos, en el eco,
suena por mil sitios, cien mil voces,
mientras tú vas cayendo,
por siempre, hacia
la nada...
Pero al final he encontrado todas las respuestas
en el lugar donde siempre supe que podría
encontrarlas: en tus ojos, en tus manos,
en tu regazo, en tus labios,
en tu alma, en tí...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
miércoles, 14 de diciembre de 2011
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