domingo, 18 de diciembre de 2011

* EN EL ESPEJO...


Buscas la verdad en el espejo, el rastro,
las señales del paso del tiempo,
y en él descubres algo curioso:
que cuando se ama, no pasa el tiempo...

Tus labios son perfectos, sensuales,
a juego con tus dientes, nacarados,
y sin embargo, los retocas,
con ese rojo que tanto te gusta...

Y te sigues mirando, en silencio,
y yo te miro, por encima del hombro,
te pones un poco nerviosa, mientras yo...
te desnudo con la mirada...

Tu boca, recién pintada, dice "no...",
cuando pongo mis manos en tu cintura,
sobre ese vestido que es tenue como un velo,
pero tu cuerpo, tus ojos, dicen "sí..."

Te beso, suavemente, en el cuello,
aspirando tu discreto perfume,
saboreando tu piel de terciopelo,
y mordisqueo el lóbulo de tu oreja...

Mis manos se deslizan por tu cuerpo,
alcanzando tus hermosos pechos,
y subiendo hasta los tirantes...
los deslizo por tus hombros...

Y cae el vestido, lentamente,
y te quedas en ropa interior negra...
y te sigo abrazando, y besando...
y me respondes, con pasión...

Te levanto en mis brazos, amor,
y seguimos con la tormenta de besos,
una vez más, llegaremos tarde a la cena...
que nos alimentaremos de besos y versos...

Y llegaremos con el vestido arrugado,
una mancha de carmín en el cuello,
el pelo despeinado, y ojos brillantes,
y la sonrisa del sexo tardío y satisfecho...

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