Eres el fruto
prohibido,
cuyo sabor jamás
conoceré…
eres mi ancla con
la realidad,
y la llave de los
sueños…
tu cuerpo llama al
mío,
con tremenda
fuerza, arrollador,
mas debo mantenerme
en mi sitio,
encorsetada, presa…
como siempre, del
maldito
“qué dirán”, de
convenciones,
mentiras,
imposiciones,
navegando por lo
respetable,
ignorando lo que
realmente
quisiera realizar,
y prosiguiendo al
mismo tiempo
con el camino
recto…
Eres el lienzo
sobre el cual
esgrimo mis
pinceles de sueños,
la causa y el
efecto,
el alfa y el omega
de todos mis desvelos,
aquella idea loca
que te devuelve a
la vida desde la nada…
Eres el puerto
amigable,
seguro, que me da
fuerzas,
y bebo cada una de
tus palabras
con ansias de
amante…
Y una y otra vez me
persiguen
los viejos
fantasmas,
aquella maldita
frase
que me arrastra a
los infiernos…
“Pero si yo te
quiero mucho…
Pero solo como
amiga…”
No necesito una
miga,
ni una hermana, ni
consejera,
que de todo ello
tengo en exceso…
Necesito alguien
especial,
que me ame por lo
que soy,
y basta, que me
acepte,
me respete, que no
pretenda
cambiarme ni
mejorarme,
que me acompañe
por los caminos
oscuros del destino,
que esté a mi lado
en malos y buenos
momentos,
que sueñe despierta
conmigo,
y me acaricie en
los sueños,
y me haga sentir
viva,
completa,
tranquila, a salvo…
Te ofrezco todo lo
que soy,
y todo lo que he
sido…
Más no puedo darte,
porque el futuro
quiero vivirlo,
saborearlo,
descubrirlo,
contigo, y nadie
más…
Estando a tu lado,
me sobra el mundo,
se esfuma…
Desearía recorrer
con mi boca
los caminos
secretos de la piel,
contar los lunares
de tu espalda
compartiendo
sábanas y ducha…
Saborearte entera,
y que tú
descubras mis
sabores secretos…
Y sin embargo… no
doy el último paso…
No puedo hacerlo…
Y olvido ansias y
deseos…
Pues somos
“solamente amigas”…
Y te veo… y me voy
muriendo por dentro…
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