Recuerdos que me acompañan
en la medianoche del alma...
El sonido de tu risa.
La sal de tus lágrimas.
La dureza de tus silencios.
El tacto de tu mano en la mía.
El olor de tu melena cobriza.
Tu profunda mirada.
Los libros que compartimos.
Un paseo por la orilla del Darro.
El camino de los Tristes.
Ese pinchito con patatas.
Las películas que te mandé.
El tacto de la lana sobre tu piel.
La mirada de un oso de peluche.
Dos monstruos salidos de una taza.
Aquellos libros tan peculiares.
Tu foto en pijama.
Tu voz al atardecer, tantos meses.
Tus comentarios sobre el día.
Mis sueños durante la noche.
Tantas y tantas cosas,
que no se desvanecerán mañana...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
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