miércoles, 24 de abril de 2019

106. SUEÑOS DE MADRUGADA

Vivo esperando que llegue la madrugada,
porque solo entonces soy libre de soñar
con perderme entre tus brazos, en tu mirada,
recorrer tu cuerpo con los labios, los dedos,
y piel contra piel, descubrir otros mundos,
en los que todo es posible, incluso amarte.

Durmiendo, compartimos la vida, la muerte,
quien sabe si otras realidades distintas,
mi alma se une a la tuya, en cruel torbellino,
me pierdo en tu mirada, me refugio en tus labios,
juego con tu melena, acaricio tus mejillas,
y trazo arabescos en la piel de tu espalda.

Sueños, pequeñas parcelas de realidad,
retazos de amores, pequeñas leyendas
que te cuento al oído al anochecer,
para que te hagan compañía, y luchen,
contra los dragones que te atormentan,
San Jorge enamorado de la dragona.

Tan lejos, y sin embargo, tan cerca,
cuando todo es posible de madrugada
unidos por el misterioso tejido etéreo
que ampara a los amantes, les consuela,
mezcla de amor, amistad, deseo y lujuria,
pero deseando fundirnos en ese único beso.

Sueños, que se esfuman con el cruel despertar,
abriendo los ojos a la realidad cotidiana,
cuando segundos antes notaba tu cuerpo
pegado al mío, bajo las mantas, y tu cabeza
reposaba sobre la almohada, tus labios se abrían...
Y nos fundíamos en ese beso, tan anhelado...

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