Vivo esperando que llegue la madrugada,
porque solo entonces soy libre de soñar
con perderme entre tus brazos, en tu mirada,
recorrer tu cuerpo con los labios, los dedos,
y piel contra piel, descubrir otros mundos,
en los que todo es posible, incluso amarte.
Durmiendo, compartimos la vida, la muerte,
quien sabe si otras realidades distintas,
mi alma se une a la tuya, en cruel torbellino,
me pierdo en tu mirada, me refugio en tus labios,
juego con tu melena, acaricio tus mejillas,
y trazo arabescos en la piel de tu espalda.
Sueños, pequeñas parcelas de realidad,
retazos de amores, pequeñas leyendas
que te cuento al oído al anochecer,
para que te hagan compañía, y luchen,
contra los dragones que te atormentan,
San Jorge enamorado de la dragona.
Tan lejos, y sin embargo, tan cerca,
cuando todo es posible de madrugada
unidos por el misterioso tejido etéreo
que ampara a los amantes, les consuela,
mezcla de amor, amistad, deseo y lujuria,
pero deseando fundirnos en ese único beso.
Sueños, que se esfuman con el cruel despertar,
abriendo los ojos a la realidad cotidiana,
cuando segundos antes notaba tu cuerpo
pegado al mío, bajo las mantas, y tu cabeza
reposaba sobre la almohada, tus labios se abrían...
Y nos fundíamos en ese beso, tan anhelado...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
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