La tentación existe al otro lado de la pantalla,
esos ojos miopes que
me miran en la distancia,
el sonido de tu voz
adormilada en el teléfono,
el tacto imaginado
de tus manos sobre mi piel.
A veces merece la
pena luchar contra molinos
si van a acercarme
la presencia de mi amada,
pequeños trucos de
truhán algo loco,
llevado por la
tentación y mil ideas desatadas.
No sé qué me cuesta
más, si amarte y olvidarte,
o soñarte cada noche
hasta la madrugada,
entre mis sábanas y
mantas me acompañas,
cuando por fin
escapan de la cárcel mis pensamientos.
Es el ansia por
besar tus cárdenos labios,
de abrazarte hasta
que se pasen mil miedos,
y notar tu cuerpo
bajo mis labios, la caricia,
casi con miedo, de
tus dedos sobre mi piel.
En sueños, nos hemos
amado mil y una veces,
y con la mañana, he
sido arrancado de tu lado,
me he despertado con
la respiración acelerada,
con la huella de tu
cuerpo sobre mi piel.
Tentación, la fruta
prohibida siempre es mejor,
más jugosa, con mil
virtudes escondidas,
los amores
imposibles son más interesantes,
y en la madrugada se
realizan todos los anhelos...
Y yo, mortal
dispuesto a caer en tus brazos,
a dejarme llevar por
la felicidad y el miedo,
con el corazón en
vilo, el amor por bandera,
y el sabor de tus
labios murmurando una promesa...
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