Noche sin luna ni estrellas.
Camino en medio del campo,
Siguiendo un viejo sendero.
El mundo existe tan solo
En el haz de luz de mi linterna.
Mis silenciosos pasos me llevan
Hasta la vieja ermita solitaria.
Abro la veterana puerta.
La oscuridad me envuelve.
Noto una presencia.
Callan los grillos. Es ella…
Tanto tiempo buscándola,
Y por fin la encuentro…
¿O es ella quien me encuentra?
No tengo miedo… No puedo verla bien,
Mi linterna lucha contra la oscuridad…
Melena negra… Ojos marrones…
Piel blanca… Labios rojos…
Cuerpo menudo envuelto en blanca tela…
Se acerca… Me besa…
Sabor de otros tiempos, aliento afrutado,,,
Mi corazón late… y luego se para…
Para renacer en ella…
Muerte y vida se dan la mano
En la vieja ermita…
Y en el silencio de la noche,
Ambas ganan y pierden…
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