en mi pobre corazón
porque ella ha encontrado
un nuevo y dulce amor...
Hoy la soledad me llama
con más fuerza que nunca,
me rodea con zarcillos
de humo y niebla...
con toda mi fuerza e ilusión,
con mi esperanza y mis sueños,
pero la realidad me ha derrotado.
Y aquí estoy ahora, triste,
llorando lágrimas de tinta,
con el corazón sobrecogido,
y clamando por mi amor...
Amor no deseado, no buscado,
renacido de frías cenizas
en cuatro noches de incienso
a la luz de mil velas...
Sentimientos siempre conocidos,
amistad, amor, deseo, fascinación,
peligrosa y explosiva mezcla
que se enquista en mi corazón...
Sueños de cuatro noches de verano
llenas de charlas a media voz,
en las que todo parecía posible,
incluso encontrar de nuevo el amor...
Nunca hubo engaño, solo verdad,
sentimientos intensos no correspondidos,
pero siempre pensé alcanzar el equilibrio,
que todo tenía una solución...
Ya solo me queda volver a las sombras,
convertirme de nuevo en el amigo fiel,
intentar olvidarme de las emociones,
y cerrar con llave el corazón...