Cien
poemas te prometí,
de
esto hace ya varios meses,
mi
bella y triste dama,
para
decirte cuanto te quiero,
para
demostrarte con palabras
que
nada es imposible,
que
el amor triunfa siempre,
que
no hay límites en el sueño,
que
estamos juntos en la distancia,
que
solo nos separa el tiempo,
que
solo nos unen los besos.
Y
poco a poco, mis palabras,
tus
poemas, han ido naciendo,
engarzándose
como mudos testigos
de
un amor entre las nubes,
de
tantos sentimientos nuevos,
para
llegar hasta tus manos,
convertidos
en papel y tinta,
hijos
de mil y un sueños,
de
tantos sentimientos reprimidos,
como
un largo y triste lamento,
pues
con este último verso,
me
despido de ti, mi bella dama,
hasta
el próximo reto…
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