No
te juzgo, pero te amo, a pesar de todo...
Buceo
entre las lágrimas del recuerdo
para
atrapar el esquivo momento
cuando
me dejaste de amar...
Y
me planteo que simplemente, te dejaste llevar...
Por
no hacerme mal, seguiste adelante,
que
mi amor era tan fuerte, y sordo... y ciego...
Lo
intentaste, lo sé, doy fe...
quisiste
enamorarte, tú, también...
Durante
algunos meses, funcionó...
Besos,
caricias, sueños, anhelos...
Atardeceres
en el Retiro... y amaneceres...
Abrazados,
en tu cama...
Ayer,
después de amarnos...
me
dijiste "Adiós... Vete..."
y comprendí que era el final...
Pero no me arrepiento de haberte amado...
porque
me diste la vida entera
con
cada uno de tus besos, cada caricia,
y
cada sueño...
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