Se
marchó la princesa, con sus ojitos de cielo,
y su boquita de fresa...
guardando en la maleta, dos puñaditos de plumas,
y el recuerdo de un beso...
Se marchó la princesa, con un hatillo de sueños,
botas de siete leguas,
una pestaña de hada, y tres madalenas, rellenas,
de jamón y de queso...
Se marchó la princesa, saltó de ventana a patio,
escalando una tapia,
trepando un viejo árbol, y prometiendo no volver,
a pisar este extraño cuento...
Se marchó la princesa, con su bolsito de mano,
sus zapatillas de ballet,
haciendo una última pirueta delante del gato,
que la miraba desde el árbol...
Se marchó la princesa, con su vestido azul,
y su rana de peluche,
y su libro de cuentos de las mil y dos noches,
y me dejó solo...
Se marchó mi princesa, para no volver...
y su boquita de fresa...
guardando en la maleta, dos puñaditos de plumas,
y el recuerdo de un beso...
Se marchó la princesa, con un hatillo de sueños,
botas de siete leguas,
una pestaña de hada, y tres madalenas, rellenas,
de jamón y de queso...
Se marchó la princesa, saltó de ventana a patio,
escalando una tapia,
trepando un viejo árbol, y prometiendo no volver,
a pisar este extraño cuento...
Se marchó la princesa, con su bolsito de mano,
sus zapatillas de ballet,
haciendo una última pirueta delante del gato,
que la miraba desde el árbol...
Se marchó la princesa, con su vestido azul,
y su rana de peluche,
y su libro de cuentos de las mil y dos noches,
y me dejó solo...
Se marchó mi princesa, para no volver...
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