Entre
dos suspiros llevados por el viento,
te
busco, incansable, por los caminos del cuerpo.
Mis
labios, ansiosos, recorren tu piel,
desde
las comisuras de tus labios
hasta
la punta de tus pies, y por el camino,
me
voy deteniendo en los rincones
como
un fiero perro de caza
que
acecha a la codiciada presa.
Porque
eres tú el objetivo y el objeto,
la
suma de todos mis sueños y anhelos,
el
secreto detrás de todas mis pesadillas,
el
resumen de todos mis cuentos y versos,
la
maravillosa mezcla hecha mujer…
Con
tu melena crespa y rojiza,
tus
ojitos marrones y pequeños,
la
nariz exquisita y los labios golosos,
tu
cara me persigue dormido y despierto,
y
mis manos ansían acariciarla
y
mis labios robarte un beso…
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