Vivo en el estrecho limbo entre dos mundos…
El real, donde imperan monotonía, soledad y distancia…
Y el que tejemos cada noche, con nubes de palabras…
Solo en el sueño ambos se funden,
Y mi corazón canta historias de amor…
¡Qué no daría yo por despertar a su lado,
Cada mañana! ¡Por verla abrir los ojos al sol!
¡Hasta mi alma vendería, si hubiera un buen postor!
Mas ni al diablo le interesa, porque sabe que es de Ella,
Y que llevo su nombre grabado por siempre
Con letras de fuego, en mi corazón…
Seis letras tan solo, un nombre de mujer,
Que me hace soñar, que me hace vivir…
Y mientras hablamos, cada anochecer,
Siento que la vida recorre mis venas,
Que puedo oler el perfume de su piel,
Acariciar levemente su cuello,
Y enredar mis ojos en su negro cabello,
Besar sus labios incluso…y morir después…
Sueños de amor que me dan la vida,
De los que regreso cuando tenemos que colgar…
Y entonces se me viene encima la realidad…
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