martes, 30 de octubre de 2012

EL RASTRO DE UN FANTASMA...

Un leve rastro de perfume me saluda,     
esta tarde, cuando llego a casa...
y sonrío... y me emociono... y lloro...
porque tú estuviste... y ahora no estás...

Aquella fragancia, de rosas y almizcle,
de romero y magnolia, tan exquisita...
obra perfecta de un maestro perfumista,
la intangible marca de un amor imposible...

Ya no me visitas ni en sueños, amada mía,
ya no espero la noche con el corazón,
y el alma, en vela... porque ni dormido,
ni despierto, me besas en los labios...

Hace tiempo, podía ver tu reflejo
en el azogue, tu boca, tus ojos negros,
tu piel morena, y tu larga melena negra,
a veces, incluso tus manos pequeñas...

Te aparecías cuando estábamos solos,
tu perfume era el heraldo de mil placeres,
y la miel de tus labios, el epílogo, el final,
de un sueño hermoso e imposible...


Me enamoré de un fantasma, y ella...
ella dice que también... y nadie existe,
si no le robo un beso de sus labios...
o bebo sus lágrimas frías y amargas  ...

Hoy... hoy me quiero morir, amor...
quizás de esa manera, estaré contigo,
que no puedo seguir latiendo sin ti...
ni seguir otra vez el perfume de la nada...


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