martes, 30 de octubre de 2012

MUJER EN LA NIEVE...

Cae la nieve, lentamente, en mi jardín...  
Los restos de hierba congelados se yerguen,
como diminutas torres de fiera vida,
antes de desaparecer, tragados por el frío...
Las ultimas hojas del castaño, del tilo,
se estremecen, en la gélida brisa,
intentan permanecer agarradas a su amigo,
pero el tiempo, y la gravedad, vencen...

Un leve manto blanco se apodera de la tierra,
se deposita sobre los bancos de madera,
y en las gruesas piedras decorativas,
alguien ha dejado un osito de peluche...
Y, por supuesto, también está ella...
Su pelo, largo, negro, como la noche,
se esparce, a su alrededor, una corona...
arropando levemente parte de su cuello,
y derramándose sobre su vestido rojo...

Última noche del año, la magia en el aire,
antiguos conjuros, viejas presencias, sacrificios...
que el vestido no era negro, sino blanco,
es la sangre quien lo va tiñendo, despacio...
Sus ojos, tan negros como la nada, miran,
sin verlas, miríadas de estrellas... no respira...
Y la nieve la cubre con su gélido manto...
Soy el único destinatario de su irreal belleza...
Y casi lamento haberla matado....

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