Cientos de miles de minutos se extienden,
lentamente, mientras sigo viviendo...
Palabras no pronunciadas, pero temidas,
sueños condenados al olvido...
Pequeños hijos de la rabia anidan,
mordiendo, en mi pecho...
Y no quiero aceptar que todo terminó...
Palabras malditas que no deseaba escuchar,
exhaladas por tus cárdenos labios...
Mentiras necesarias para seguir viviendo...
Huecos y vanos sueños, que terminan...
Rompo la eterna promesa que hice
una noche de primavera...
Y resuenan en el aire las palabras
que marcan el final..."Siempre" te he amado...
y "Nunca" te olvidaré...
"Siempre" y "Nunca", mis enemigas...
pues no consigo decirlas...
Quizás tengo miedo del compromiso...
Del amor...Y la muerte...
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