Me pides, melosa, que te escriba una historia alegre,
de dragones comprensivos torturados por princesas,
que les hacen cosquillas en la barbilla con una pluma,
posiblemente de garza, hasta que estallan en risas...
Me dices, persuasiva, que todo esfuerzo tiene recompensa,
y que encontraré la mía entre tus brazos, eternos,
y que recogeré mi premio de tus labios, fragantes,
y que no me arrepentiré del trabajo realizado...
Insistes y repites que "a ti no te cuesta nada escribir,
te nacen las ideas de la punta de los dedos, mágicos,
y conviertes (casi) cualquier cosa, en una historia,
de amores, odios, desengaños, sentimientos, esperas..."
de dragones comprensivos torturados por princesas,
que les hacen cosquillas en la barbilla con una pluma,
posiblemente de garza, hasta que estallan en risas...
Me dices, persuasiva, que todo esfuerzo tiene recompensa,
y que encontraré la mía entre tus brazos, eternos,
y que recogeré mi premio de tus labios, fragantes,
y que no me arrepentiré del trabajo realizado...
Insistes y repites que "a ti no te cuesta nada escribir,
te nacen las ideas de la punta de los dedos, mágicos,
y conviertes (casi) cualquier cosa, en una historia,
de amores, odios, desengaños, sentimientos, esperas..."
¿No entiendes, acaso, que tengo el corazón triste?
¿No comprendes que no puedo falsear los sentimientos,
pues de lo contrario, no conseguiría escribir nada?
No me pidas imposibles, querida... No lo hagas...
Te puedo escribir historias tristes, de amores,
y ausencias; cuentos y relatos de perdedores,
de personas cansadas de luchar contra la nada,
de futuros inciertos, y amaneceres grises...
Soy una marioneta entre sus frías manos,
bailo al son que tú me marcas con tus latidos,
vivo pendiente de tus ojos, de tus labios,
de tus caricias... pero el corazón, me lo reservo...
Déjame seguir buscando las raíces del malestar,
de aquél sentimiento que llevo tan dentro,
y me roba de las sonrisas y las ganas de reír...
y cuando lo consiga, escribiré tu historia alegre...
¿No comprendes que no puedo falsear los sentimientos,
pues de lo contrario, no conseguiría escribir nada?
No me pidas imposibles, querida... No lo hagas...
Te puedo escribir historias tristes, de amores,
y ausencias; cuentos y relatos de perdedores,
de personas cansadas de luchar contra la nada,
de futuros inciertos, y amaneceres grises...
Soy una marioneta entre sus frías manos,
bailo al son que tú me marcas con tus latidos,
vivo pendiente de tus ojos, de tus labios,
de tus caricias... pero el corazón, me lo reservo...
Déjame seguir buscando las raíces del malestar,
de aquél sentimiento que llevo tan dentro,
y me roba de las sonrisas y las ganas de reír...
y cuando lo consiga, escribiré tu historia alegre...
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