martes, 19 de junio de 2012

EL COMIENZO DE UNA VIDA

Mis sueños han sido arrastrados por el tiempo,
Obligados a emprender el vuelo hacia el futuro,
Navegando de la nada al todo, sin rumbo...

A pesar de todo ello, siento que me estremezco,
Mientras veo tu foto en la pantalla, tan cerca,
Estás en el límite de amor y de amistad...

Tanto tiempo juntos, que sobran las palabras...

Anunciando la muerte del día, cantan los pájaros,
Preñados de esa extraña tristeza, de ese final,
Parece como si intuyeran los sentimientos,
Están llorando por la muerte del sol
Las emociones encontradas, las palabras rotas,
Los silencios, las dudas, los miedos, las angustias, que
Empañan mi alma con la inquietud de no ser...

De no ser lo bastante bueno como hombre, como padre,
Esperando que al final, seré capaz de dar la talla...
Parece mentira, pero creo que a todos los hombres
Unos más, otros menos, nos entra siempre la misma
Inquietud, la misma angustia... Pero tal vez
Sea justamente aquél el mayor secreto...

La necesidad de temer, para poder proteger...
Ese hijo que mes a mes se convierte en real..

Pues estás viendo cómo crece en aquél cuerpo
A la vez conocido y extraño, pues no reconoces,
Sobre todo al principio, los síntomas del cambio...
Sabes que ella está embarazada, por supuesto, y
Elevas los ojos al cielo con cada absurdo antojo...

Venganza, tal vez inconsciente, por las molestias...
Incluso te tomas con buen humor cuando te toca
Emprender una expedición de fresas con nata,
Noche sí, noche no, pues no le gustan del día anterior, y
Sospechas que lo está haciendo a propósito...

Aunque cuando te mira, con eso ojos hermosos,
Ves cómo desaparece tu enfado, y te vistes, y
Emprendes el camino hacia cualquier sitio que,
Contra todo pronóstico, tenga al menos las fresas...

Mas luego, cuando vuelves a casa dos horas después,
Observas, defraudado, que ella se ha quedado dormida,
Incapaz de despertarla... te comes las fresas... aunque las odias...

Vivir un embarazo es toda una experiencia, pues no
Existen dos mujeres iguales: unas no tienen antojos,
Rara vez piden helado de cabrales de madrugada,
Se conforman con arrasar con todo lo que hay en la nevera...

La mía... cualquiera sabe con qué me sorprende...
Espero que no sea algo que no tengan en el chino...

Todavía no hemos empezado a vivir aquella historia,
O tal vez todo esto sea un calentamiento psicológico,
Una especie de prólogo, de juego, de paradoja...
Tener ganas de antojo, sin conseguir el embarazo...

O quizás, yo necesite enfrentarme a mis temores,
Universales, me temo, de no ser lo bastante bueno...

Luego, te cansarás de antojos, de nauseas, de caprichos,
Exclaman los amigos con experiencia... Ya verás....

No les digo lo que pienso, que tener un hijo, incluso un
Embarazo, compartirlo con la mujer a quien amo,
Acaso sea la mayor aventura de nuestra vida...
Nada más... y nada menos, que crear desde la nada
Todo un ser humano, partiendo de un cachito de amor...

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