Quisiera ser, de verdad, un poeta, para contaros,
en versos, una de aquellas historias de antaño,
con moralejas, con enjundia, y sentimientos...
Quisiera encontrar las palabras, para hablar
de un nieto que perdió a su abuelo, a su amigo,
confesor, tutor, referencia, Norte, y Sur...
Mañana se cumplen diez años de la muerte,
de un hombre bueno, escritor maldito,
dramaturgo y poeta, y mil cosas más...
Y me pongo a pensar en todas las cosas,
malas y buenas, que se ha perdido,
y en los momentos en que más le añoro...
El día de nuestra boda, por ejemplo...
¡Qué feliz hubiera sido, de ver casado,
y bien casado, a su único nieto varón!
O cuando su nieta, mi hermana,
apruebe y saque plaza en las oposiciones,
que esta vez, seguro que sí, que es la buena...
También, estoy seguro, de que disfrutaría,
recordando muy lejanos tiempos,
si yo fuera padre, y él bisabuelo...
Mi abuelo también estaría a mi lado,
leyendo tal vez mis cuentos, y versos,
historias de siempre, contadas a mi manera...
Me gustaría creer que hay otra vida,
que hay un mañana tras la muerte,
que veré otra vez a mi abuelo...
Mas de momento, solo puedo pensar,
que mañana se cumplen 3.650 días,
de ausencias, de silencios, de silencio...
Mi abuelo se llamaba Luis, y era mi héroe,
caballero andante de los mil cuentos,
y por encima de todo, un hombre bueno...
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