Quisiera volver a sentir, a soñar, como antes,
quisiera poder olvidar todas mis dudas,
quisiera pensar que todavía es posible,
quisiera creer que nada ha cambiado, mas...
Me estremezco al escuchar tu nombre...
Nunca más, afirmé, volveré a enamorarme,
nunca más, repetí, me dejaré sorprender,
nunca más, aseguré, tendré miedo al silencio,
nunca más, prometí, lloraré por una ausencia, pero...
Te enamoraste de mí... y yo de ti...
Siempre creí que existía un límite para el amor,
siempre creí que las diferencias no eran importantes,
siempre creí que con el tiempo llega la calma,
siempre creí que al final, podría olvidarte, pero...
La tormenta nos arrastró a tierras desconocidas...
Y me hundo en tus ojos hechiceros, verdes o castaños,
y escucho la dulzura de tu voz, susurrando en mi oído,
y acaricio, con la mirada, tus labios, y luego te beso,
y respiro aquél aroma en tu cuello, y sin embargo...
Exploro los recovecos de tu cuerpo... como la primera vez...
Y sueño, con verte de nuevo, cada noche,
y sueño, con esperarte escondido, robarte dos besos,
y sueño, con esquiar levemente, por todo tu cuerpo,
y sueño, con almacenar tantos hermosos recuerdos...
Comprobando que todo ello estaba justificado
Pues he visto que catorce años no son nada,
pues he amanecido más de dos mil quinientas veces a tu lado,
pues he acariciado tu cabello con mis labios,
pues he provocado tu despertar, y me has besado...
Y entonces, de todo lo demás, me he olvidado...
quisiera poder olvidar todas mis dudas,
quisiera pensar que todavía es posible,
quisiera creer que nada ha cambiado, mas...
Me estremezco al escuchar tu nombre...
Nunca más, afirmé, volveré a enamorarme,
nunca más, repetí, me dejaré sorprender,
nunca más, aseguré, tendré miedo al silencio,
nunca más, prometí, lloraré por una ausencia, pero...
Te enamoraste de mí... y yo de ti...
Siempre creí que existía un límite para el amor,
siempre creí que las diferencias no eran importantes,
siempre creí que con el tiempo llega la calma,
siempre creí que al final, podría olvidarte, pero...
La tormenta nos arrastró a tierras desconocidas...
Y me hundo en tus ojos hechiceros, verdes o castaños,
y escucho la dulzura de tu voz, susurrando en mi oído,
y acaricio, con la mirada, tus labios, y luego te beso,
y respiro aquél aroma en tu cuello, y sin embargo...
Exploro los recovecos de tu cuerpo... como la primera vez...
Y sueño, con verte de nuevo, cada noche,
y sueño, con esperarte escondido, robarte dos besos,
y sueño, con esquiar levemente, por todo tu cuerpo,
y sueño, con almacenar tantos hermosos recuerdos...
Comprobando que todo ello estaba justificado
Pues he visto que catorce años no son nada,
pues he amanecido más de dos mil quinientas veces a tu lado,
pues he acariciado tu cabello con mis labios,
pues he provocado tu despertar, y me has besado...
Y entonces, de todo lo demás, me he olvidado...
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