Nace un mundo, entre dos suspiros,
de la ausencia que no cesa, un verso...
Y busco una verdad, cualquiera,
en el fondo de palabras silenciadas...
Sentir, otra vez, la garra de acero,
asentándose contra el corazón...
Y sufrir, sin soñar con el mañana,
pues de todas formas, no vendrá...
Infiel corazón de poeta, enamorado...
del aire que la rodea, abraza y besa;
recuerdos soñados que dan vida,
noches de tormenta sentimental...
Sueños enfebrecidos de felicidad,
comuniones de almas gemelas...
miríadas de besos en la orilla,
acurrucados, sobre la arena...
Silencios llenos de palabras,
pues hablan nuestros cuerpos,
jamás la vi más hermosa, jamás,
que aquella noche de luna llena...
El sol nunca brilla para nosotros,
vivimos en la oscuridad perpetua,
acunados por el mar, nos besamos,
nos amamos, el deseo eriza la piel...
Extraña maldición la nuestra, amor...
vivir cada día una y mil mentiras,
y ansiando el mundo de los sueños,
pues solo allí podemos ser felices...
Mas estoy cansado de abandonarte,
de luchar con la luz de cada amanecer,
quiero enlazar tus manos con las mías,
y seguirte, donde quiera que vayas...
Sueño con encontrarte otra vez, amor,
con despertar a tu lado bajo el sol,
y convertir nuestros sueños en vida,
y no sentirme, nunca más, solo...
de la ausencia que no cesa, un verso...
Y busco una verdad, cualquiera,
en el fondo de palabras silenciadas...
Sentir, otra vez, la garra de acero,
asentándose contra el corazón...
Y sufrir, sin soñar con el mañana,
pues de todas formas, no vendrá...
Infiel corazón de poeta, enamorado...
del aire que la rodea, abraza y besa;
recuerdos soñados que dan vida,
noches de tormenta sentimental...
Sueños enfebrecidos de felicidad,
comuniones de almas gemelas...
miríadas de besos en la orilla,
acurrucados, sobre la arena...
Silencios llenos de palabras,
pues hablan nuestros cuerpos,
jamás la vi más hermosa, jamás,
que aquella noche de luna llena...
El sol nunca brilla para nosotros,
vivimos en la oscuridad perpetua,
acunados por el mar, nos besamos,
nos amamos, el deseo eriza la piel...
Extraña maldición la nuestra, amor...
vivir cada día una y mil mentiras,
y ansiando el mundo de los sueños,
pues solo allí podemos ser felices...
Mas estoy cansado de abandonarte,
de luchar con la luz de cada amanecer,
quiero enlazar tus manos con las mías,
y seguirte, donde quiera que vayas...
Sueño con encontrarte otra vez, amor,
con despertar a tu lado bajo el sol,
y convertir nuestros sueños en vida,
y no sentirme, nunca más, solo...
porque siempre puede haber un nuevo comienzo...
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