Los sueños se deshacen como la nieve al sol,
En los extraños días en que noto tu presencia,
Vivimos, comemos, dormimos juntos, pero
Ya hay demasiadas cosas que nos separan,
Que nos impiden incluso mirar en la misma
Dirección, o sentir que formamos parte
De un “todo”, de una entidad que es superior,
Y más importante, que nosotros por separado,
Dos mitades de de la cama, con un vacío
En el medio, que casi nunca llenamos de besos…
En los extraños días en que noto tu presencia,
Vivimos, comemos, dormimos juntos, pero
Ya hay demasiadas cosas que nos separan,
Que nos impiden incluso mirar en la misma
Dirección, o sentir que formamos parte
De un “todo”, de una entidad que es superior,
Y más importante, que nosotros por separado,
Dos mitades de de la cama, con un vacío
En el medio, que casi nunca llenamos de besos…
Nuestros cuerpos ya no se buscan en el sueño,
Tal vez porque la cama es demasiado grande,
El edredón demasiado cálido, o porque el tiempo,
Ese gran asesino del amor, incluso del afecto,
Nos ha traicionado entre sus heladas garras,
Reclutando al espacio como necesario compañero,
Mitigando lenta pero inexorablemente la pasión
Que antes nos unía… hasta hacerla tambalearse…
Y de la efusión de los primeros años o meses,
Llegamos casi a la jubilación anticipada…
Sí, es cierto, permanece la ternura, el deseo,
El hacer planes de futuro juntos, la complicidad
De mirar juntos en la misma dirección, sabiendo
Que aunque no estemos comiéndonos a besos,
Por algún extraño motivo, se complementan
Nuestras palabras y nuestros silencios cómplices…
Y casi leemos en nuestras mentes la llamada
De los cuerpos, la palabra se vuelve susurro,
Y luego beso, y el gesto termina en caricia,
Y de ella renace otra vez el deseo, perezoso…
Muchas veces creo que necesitamos algo más
Que nos devuelva la complicidad y la ilusión,
Al menos, de los primeros años de novios...
No debe ser tan difícil, ¿verdad?, recuperar
La magia que sigue latiendo en nosotros,
Y se despierta, y nos sorprende, algunas noches,
Algunas tardes, pues ciertas siestas son gozosas...
Un proyecto en común nos une, es cierto, pero
Nunca está de más añadir más argamasa, de cariño,
Y que nuestras sábanas y almohadas se mezclen de nuevo...
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