Pocos placeres puedo imaginar
más intensos que dormir a tu lado,
refugiarme entre tus brazos
cuando me despierte por la noche,
impulsado por mis miedos…
Junto a tu cuerpo encontraré
la respuesta a mil preguntas,
me hundiré en el calor de tu aliento,
y te robaré uno tras otro los besos,
como lo hace un niño pequeño.
Descansar a tu lado después de amarnos,
con los cuerpos sudorosos y plenos,
desnudos bajo las fragantes sábanas
que tú guardas con pétalos de violetas,
un poco de lavanda, y otro de romero.
“¡Tus sábanas huelen a pizza!”
te dije la vez primera, hace ya tiempo.
“Son los olores del campo, de mi infancia”
me respondiste entre sonrisas y besos,
y yo te respiré profundamente.
Y ahora soy yo quien en la distancia
pequeñas bolsitas voy poniendo,
para recordar aquellas noches
que pasamos juntos, amándonos,
hace ya tantísimo tiempo…
Tanto, que ya parece otra vida,
otro sueño loco, otro deseo,
de esos que te roban el alma,
y te dejan molido el cuerpo
por el peso de la añoranza.
Pero sigo cerrando los ojos,
y al acostarme sueño contigo,
y todo comienza de nuevo,
y nuestras almas se solazan
más allá de espacio y tiempo…
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