miércoles, 9 de enero de 2019

SESENTA

Mil veces te he buscado
a la luz de la luna,
en la noche sosegada,
en la soledad del alma,
y otras tantas he viajado
hacia ti en sueños,
magro consuelo
de los amantes separados...

Y mil veces me he inclinado
sobre ti para besarte,
dejando que murieran
las palabras en mis labios,
porque todo lo importante
lo dijeron mis caricias,
cuando mis manos
recorrieron tu cuerpo...

Manos y labios y bocas
y sueños y versos,
la libertad del poeta
es crear mundos distintos,
donde los sueños
se realizan al soñarlos
y los límites de los cuerpos
desaparecen al tocarlos...

¡Pobre poeta enamorado
de su musa esquiva!
¡Pobre amante despechado
que en la soledad imagina!
¡Por uno solo de tus besos,
qué no daría, mi bella dama!
¡Y por recorrer tu cuerpo
con mis labios, nada bastante sería!

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