domingo, 6 de enero de 2019

CINCUENTA Y CINCO

Media hora nada más al día,
para sentirme a tu lado,
y dejar libres mis sueños,
para volar a tu lado,
convirtiendo sentimientos
en palabras y versos.

Treinta minutos de libertad,
más allá de las barreras
impuestas por la distancia,
engarfiadas en el tiempo,
para buscarte y encontrarte
en los dominios del sueño.

Y feliz me enfrento al vacío
de la pantalla en blanco,
buscando el silencio
que anida en mi interior,
convirtiendo las palabras
en aves, de tinta, de fuego.

Letra a letra, compongo un poema,
que habla de ti, de tus silencios,
de tus penas y mil tristezas,
pero también de esperanzas,
de caricias en la distancia,
de castos y ardientes besos.

Besos que no pude darte,
caricias que murieron en mis dedos,
palabras que no abandonaron
mis labios, ardientes y resecos,
y que no se refrescaron en los tuyos,
porque era de otro tipo mi sueño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

140. UN REGRESO INESPERADO

Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...