Media hora nada más al día,
para sentirme a tu lado,
y dejar libres mis sueños,
para volar a tu lado,
convirtiendo sentimientos
en palabras y versos.
Treinta minutos de libertad,
más allá de las barreras
impuestas por la distancia,
engarfiadas en el tiempo,
para buscarte y encontrarte
en los dominios del sueño.
Y feliz me enfrento al vacío
de la pantalla en blanco,
buscando el silencio
que anida en mi interior,
convirtiendo las palabras
en aves, de tinta, de fuego.
Letra a letra, compongo un poema,
que habla de ti, de tus silencios,
de tus penas y mil tristezas,
pero también de esperanzas,
de caricias en la distancia,
de castos y ardientes besos.
Besos que no pude darte,
caricias que murieron en mis dedos,
palabras que no abandonaron
mis labios, ardientes y resecos,
y que no se refrescaron en los tuyos,
porque era de otro tipo mi sueño...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
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