sábado, 5 de enero de 2019

CINCUENTA Y DOS

Entre tus silencios, voy hilvanando
historias de amores imposibles,
de hermosos y dulces recuerdos,
de charlas a la luz de la luna de agosto,
de paseos por los jardines de la Alhambra,
de tantas y tantas cosas poco importantes
que en el fondo me muero por decirte.

Siempre es bueno tener un amor imposible,
de esos que no se realizan ni en sueños,
para escapar de la realidad en zapatillas,
y hundirte en una historia distinta.
Ciudades que se funden una en otra,
lugares donde no existe distancia,
ni barreras, ni espacio, ni tiempo...

¿Qué sería de mi sin ti, sin tu voz,
sin tus mensajes en el teléfono,
sin tus fotos robadas en mil sitios,
sin aquellos sentimientos que despiertas,
a veces incluso sin quererlo, en mi?
¿Qué puedo esperar de un momento,
en el que dejes de estar en mi corazón?

Igual que a ti te gusta ser querida,
mimada y protegida como a una niña,
a mi me gusta quererte en silencio,
y demostrarte mi amor con mil detalles,
incluso con una colección de versos.
Palabras llenas de cariño, que lanzo,
cual mudos mensajeros, al viento...

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