Esa extraña sensación
de tenerte por fin entre mis brazos,
como de un sueño cumplido al fin,
o llegar a casa tras un largo viaje;
el olor de tu crespa melena,
el perfume en tus mejillas,
tus pupilas dulces y dilatadas,
el aliento entre tus labios;
ese primer y soñado abrazo,
tu cuerpo junto al mío,
y a lo lejos, el imponente Océano.
La brisa marina en mis brazos,
el olor a algas y a libertad,
tu bikini negro en la piel blanca,
la viscosidad de tu crema solar,
con sabor a coco, bien lo sé,
repartida por todo tu cuerpo.
Encontrarnos en la playa fue tu idea,
para compartir el atardecer,
la hora mágica donde todo es posible,
desde mi adoración hasta tu amor.
Dos viajeros que se encuentran
en el limbo entre dos realidades,
dos almas antiguas que coinciden,
dos historias que se comprenden sin hablar,
y un único futuro, tan inquietante,
porque todo es posible, incluso la vida,
para quien en el fondo nada tiene...
... al final, regreso a la poesía... aunque no sea demasiado buena... aunque a veces me parezca incluso un poco falsa... porque me quedé enganchado en las marañas de la prosa... pero sobre todo, porque disfruto escribiendo poesía... y compartiéndola contigo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
140. UN REGRESO INESPERADO
Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...
-
Me pides, melosa, que te escriba una historia alegre, de dragones comprensivos torturados por princesas, que les hacen cosquillas en la bar...
-
Los oyes respirar... duermen... tranquilos... como solo los niños pueden hacerlo... y tú, en silencio, vigilas sus sueños... Ilu...
-
Déjame ser el viento en la noche, susurrar mi nombre en tus oídos mientras duermes, tranquila... Déjame deslizarme sobre tu piel, sonro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario