lunes, 7 de enero de 2019

CINCUENTA Y SIETE

Y escucho tu voz
en el rumor del Mistral,
el viento me trae tu risa,
fresca, viva, radiante,
como un nuevo amanecer...


Y veo tu melena rielar
bajo el sol del mediodía,
con el color de las algas,
roja cobriza en la playa desierta,
promesa de otros tiempos...

Y brilla tu piel en la noche,
compitiendo con la luna,
aunque un leve rubor marca
tus mejillas y tu pequeña nariz,
sonrosada por la brisa del mar...

Y tu cuerpo se cimbrea
como un junco en la orilla,
ese biquini negro acerado,
que tanto me gusta tocar,
deja muy poco a la imaginación.

Y sonriendo, te acercas a mí,
y nos perdemos en un abrazo,
y me hundo en tu mirada
que me lleva hacia nuevos sueños
en los que todo es posible...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

140. UN REGRESO INESPERADO

Poemas que se elevan en el viento y alcanzan los cielos de madrugada. Palabras que surgen en la punta de los dedos, y encuentran su camino s...